Hay días que una se levanta con la sensación de que va a ser una gran jornada… Y el 27 de abril fue uno de esos días: salió del centro de exterminio de Herrera de la Mancha, Manuel Arango Riego, militante del PCE(r), un imprescindible.
Le recibimos en Madrid, en el combativo barrio de Vallecas, en el CSOJ La Atalaya. Allí la gente joven, con el Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR) al frente organizándolo, preparó ese primer recibimiento a tan enorme ejemplo de lucha y resistencia. Cuando entró por la puerta le esperaba una pancarta y diferentes banderas, pero lo más importante frente a ese hombre que llegaba con el puño en alto en clara declaración de victoria de que los fascistas no han podido con él; era que quienes le esperaban fueran mayormente jóvenes, que junto a l@s no tan jóvenes, son el presente y el futuro que tendrá que acabar con el fascismo imperante en este país.
Después de los abrazos, saludos y pequeñas charlitas en las que queríamos decirle tantas cosas que no hemos podido decirle durante años, se pasó a un pequeño acto de bienvenida antes de pasar a comer todas juntas. Habló un mozo agradeciendo su ejemplo, para después ceder el micro al propio Manolo que comenzó diciendo que no estaba acostumbrado a hablar delante de tanta gente, su trabajo revolucionario no se lo había permitido; y con la humildad que sólo tienen los más grandes luchadores de la clase obrera agradeció a los presentes, más bien les hizo responsables, a “ese Movimiento que existe a nivel político, propagandístico, a nivel de calle…” de que él estuviese allí y que el enemigo no hubiese acabado con él. Unido, claro está, a “la resistencia numantina” de los prisioneros y prisioneras políticas. Denunció además la desatención sanitaria, las condiciones represivas que siguen sufriendo l@s presas políticas, aislamiento, prohibiciones de todo tipo, …; y entonces recordó el asesinato de Isabel Aparicio Sánchez, 7 años hace de su muerte, y señaló “no va a quedar impune nunca”. Y prosiguió “mi reconocimiento a ella porque su valentía hasta el final de su vida, su coraje, y nuestra vida compartida de compañeros me ha animado mucho, ayudado, hasta resistir hasta el final, que esté hoy aquí y caiga quien caiga, pues no se iba ceder”. Continuó diciendo que le habían invitado a las Jornadas por la Amnistía en Madrid el día 22 de mayo, y que claro que iba a venir, que se ponía a disposición, que él estaba para ayudar en lo que hiciese falta, que él no venía “a dar unas sesiones, nosotros los comunistas, a ver si se entiende una cuestión, servimos a la clase obrera, a los trabajadores en general, al pueblo en general, no esperamos que nos sirvan. Nosotros somos… si hace falta lo entregamos todo porque es nuestro deber, nuestra conciencia y nuestra ideología. O sea, que estoy a lo que digáis vosotros…” Y terminó diciendo que la lucha por la amnistía es fundamental, y que había que unirla a la lucha por las libertades políticas y sociales, y a la liquidación de las leyes represivas; señalando también que la represión va a seguir en aumento, para acabar apuntándonos que “las conquistas hay que lograrlas en la lucha más intransigente…”.
Comimos juntas en el mismo centro donde la gente joven había preparado con todo cariño la comida; y allí charlando pudimos comprobar que nos queda mucho que aprender de este hombre que tiene una gran claridad de ideas y hace un análisis de la situación política y social que ya quisieran algunos politicuchos y charlatanes de los que abundan por ahí. Pero claro, por eso mismo intentaron acabar con él, y lo siguen intentando con los prisioner@s políticos que siguen secuestrados en los centros de exterminio.
A la tarde, después de un cafetito, nos dirigimos al cementerio donde se encuentran las cenizas de Isabel Aparicio Sánchez, para el acto que había organizado el MAR. Allí, frente a la placa que recuerda a esta revolucionaria, dio comienzo un sentido homenaje que comenzó con la lectura de una carta escrita por Manolo: “Querida Isa: Lo hemos logrado”. Y le contaba que había hecho frente a las difíciles condiciones carcelarias y a la dureza de su ausencia, con su dignidad revolucionaria y con el apoyo de una extensa solidaridad. Que su salida de prisión, su liberación, “también es un triunfo tuyo”. Y prosiguió resaltando que el ejemplo de consecuencia revolucionaria hasta el final de Isabel y la poderosa fuerza de su vida compartida también le habían acompañado para llegar hasta ese día; y que a partir de ese mismo día él también iba a poder llevarla, junto a camaradas y trabajadores, a las calles y a los centros de trabajo. “Participaré en llevarte con nosotros a los combates donde se extiende el fuego liberador de la lucha de clases y se forjan las conquistas populares”. Continuó Manolo contándole a Isabel que le llevaríamos, él y todos nosotros, a su amado Madrid, donde “se fortalece en la resistencia política consecuente un audaz movimiento de lucha, con mucho presente y mucho futuro”. Esto último apuntaría que es algo que está sucediendo por todo el Estado español; y que es una cuestión que si bien agobia a los fascistas, está despertando las esperanzas y los ánimos de los trabajadores. Acabó contándole que su Partido continúa haciéndose más fuerte en dirección hacia ese futuro “que nos pertenece a todos nosotros, a todos cuantos luchan y a todos los trabajadores”.
Entonces se leyó un escrito del Socorro Rojo Internacional en el que además del carácter alegre de Isabel, su curiosidad y su saber acercarse a cualquiera, resaltaba el tremendo trabajo que desarrolló durante sus 42 años de vida militante, desde la universidad, la prisión y también en el trabajo clandestino. Nos recordaron que siempre estaba dispuesta “a lo que hiciera falta por defender, fortalecer y para llevar la línea del Partido a los trabajadores”. Y cómo había estado en tantas batallas que con ella se había ido una de las mejores memorias colectivas con las que podía contar el movimiento de resistencia. Y el Socorro Rojo nos terminaría señalando que la crueldad del Estado español, ese que asesinó a Isabel, continuaba dándose en las prisiones, donde la desatención sanitaria es un arma de exterminio para todos los presos pero especialmente para los revolucionarios por “ser éstos una bandera de resistencia y un ejemplo a seguir en la lucha por nuestros derechos y libertades”. Y nos hicieron un llamamiento a luchar por la libertad de todos los presos políticos y la AMNISTÍA.
La última lectura sería el escrito del MAR, donde se volvió a resaltar la figura de Isabel, “su ejemplo de resistencia, de coherencia y de entrega a la causa revolucionaria”. Y muy acertadamente se señalaba que tenían la tarea de devolver todo el dolor y sufrimiento que los criminales al frente del Estado comenten a diario. “Para eso, hay que trabajar con más intensidad, tenemos que organizarnos mejor y debemos aumentar cada día nuestra entrega y compromiso con la lucha”.
Y nos fuimos cantando la Internacional y oyendo a l@s más veteranos entornar la Marcha fúnebre revolucionaria “Dormid, hermanos, cubristeis de honor la senda más noble y valiente. Llegó al fin la hora y el pueblo se alzó liberto, gigante, potente…”.
¡Hasta la victoria, siempre!
Una solidaria asistente a los actos.
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