El semanario alemán Der Spiegel publica un informe desclasificado por el ministerio germano de Exteriores
El embajador alemán en España en 1981, Lothar Lahn, aseguró en un informe de la época que el rey Juan Carlos I, frente al intento de golpe de Estado del 23-F, "no mostró ni desprecio ni indignación frente a los actores, es más, mostró comprensión, cuando no simpatía".
Lo ha revelado hoy el semanario alemán Der Spiegel, que ha publicado un informe desclasificado por el ministerio germano de Exteriores y que fue enviado por Lahn.
El semanario alemán señala que el embajador de Alemania en España entre 1977 y 1982, y fallecido en 1994, mantuvo una conversación de carácter privado con el monarca el 26 de marzo de 1981, en la que el rey le comentó sus impresiones acerca del frustrado golpe de estado.
Fuentes de la Casa del Rey en Madrid han manifestado hoy a este respecto que "el papel y la actuación del rey el 23-F están ya consolidados por la historia, y el modo decidido y determinante como actuó en defensa de la democracia es conocido por toda la sociedad española y en todo el mundo".
El monarca manifestó ante el embajador de Alemania, según la versión de éste, que trataría de influir en el Gobierno y los tribunales para evitar un castigo severo a los golpistas, ya que estos "solo pretendían lo mejor", señala Der Spiegel. Finalmente, subraya que Juan Carlos I dijo a Lahn que el golpe del 23F "debería olvidarse lo antes posible" y se mostró convencido de que una actuación así no se repetiría.
El semanario escribe finalmente que la Casa real española no ha querido pronunciarse acerca del informe del embajador alemán, y que señaló únicamente que en los archivos oficiales no existe protocolo alguno sobre esa "conversación privada" entre el rey y Lahn.
La revista destaca que el documento acaba de ser desclasificado por el Gobierno federal alemán y que puede leerse en la publicación de 2.250 páginas del Instituto de Historia Contemporánea "Actas de la política exterior de la República Federal de Alemania de 1981".
Lo ha revelado hoy el semanario alemán Der Spiegel, que ha publicado un informe desclasificado por el ministerio germano de Exteriores y que fue enviado por Lahn.
El semanario alemán señala que el embajador de Alemania en España entre 1977 y 1982, y fallecido en 1994, mantuvo una conversación de carácter privado con el monarca el 26 de marzo de 1981, en la que el rey le comentó sus impresiones acerca del frustrado golpe de estado.
"Los cabecillas sólo pretendían lo que todos deseábamos", reseña el texto de Lahn
Según el documento del entonces embajador, el rey le aseguró que "los cabecillas sólo pretendían lo que todos deseábamos, concretamente la reinstauración de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad". Fuentes de la Casa del Rey en Madrid han manifestado hoy a este respecto que "el papel y la actuación del rey el 23-F están ya consolidados por la historia, y el modo decidido y determinante como actuó en defensa de la democracia es conocido por toda la sociedad española y en todo el mundo".
Los militares "sólo pretendían lo mejor"
El informe citado por la revista señala que el rey manifestó a Lahn que la responsabilidad última del intento de golpe de estado no fue de sus cabecillas, sino del entonces presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, a quien reprochaba "despreciar" a los militares.
El rey pidió sin éxito a Suárez que "atendiera los planteamientos de los militares"
En su reporte, el embajador alemán destacó asimismo que el rey había aconsejado reiteradamente sin éxito a Suárez que "atendiera a los planteamentos de los militares, hasta que estos decidieron actuar por su cuenta".El monarca manifestó ante el embajador de Alemania, según la versión de éste, que trataría de influir en el Gobierno y los tribunales para evitar un castigo severo a los golpistas, ya que estos "solo pretendían lo mejor", señala Der Spiegel. Finalmente, subraya que Juan Carlos I dijo a Lahn que el golpe del 23F "debería olvidarse lo antes posible" y se mostró convencido de que una actuación así no se repetiría.
El semanario escribe finalmente que la Casa real española no ha querido pronunciarse acerca del informe del embajador alemán, y que señaló únicamente que en los archivos oficiales no existe protocolo alguno sobre esa "conversación privada" entre el rey y Lahn.
La revista destaca que el documento acaba de ser desclasificado por el Gobierno federal alemán y que puede leerse en la publicación de 2.250 páginas del Instituto de Historia Contemporánea "Actas de la política exterior de la República Federal de Alemania de 1981".
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