Queremos manifestar nuestro apoyo y solidaridad internacionalista con los camaradas de Panamá y con las masas opromidas que estamos seguros que mas temprano que tarde alcanzaran la victoria.
DR.
Sublevación
nacional por salvaje represión contra la nacionalidad
Ngabe-Buglé
Una gran
indignación ha provocado en todo el país la salvaje represión policiaca,
desatada por el gobierno fascista de Ricardo Martinelli, contra la nacionalidad
Ngabe-Buglé ubicada centralmente en las provincias de Chiriquí, Veraguas y Bocas
del Toro. Los cuales desde el día 31 de enero, a convocatoria de la Coordinadora
de Lucha contra las hidroeléctricas y la minería –aquí hay que aclarar y
remarcar que la misma nada tiene que ver con la Coordinadora de Lucha por la
Vida y la Dignidad del Pueblo montada por la izquierda burguesa capitalina en
función divisionista y electorera- se han ido concentrando en puntos
estratégicos de la Carretera Interamericana con miras de realizar un cierre,
como con antelación habían anunciado. Para el día 4, los cierres se hicieron
efectivos, en San Félix y Remedios (Chiriquí) y Viguí (Veraguas). Así como en
Bocas del Toro, dónde los heroicos obreros bananeros, en su mayoría ngabes,
cerraron la calle que une Panamá con Costa Rica y otras calles cercando
virtualmente a la capital provincial. Anunciando, asimismo, que esperarían en
San Lorenzo el cumplimiento de la demostrada mentirosa promesa del arribo de los
representantes del gobierno central. Este gobierno de terratenientes,
comerciantes y especuladores de tierras, fascista por la ideología que impregna
al Partido gobernante y, además, racista, prefirieron alargar el tiempo de
dichos cierres para ganar tiempo y preparar sus planes de represión antiindíjena
y anti campesina.
Mientras,
entretanto, movilizaban a la massmierda a su servicio, y como siempre
instrumentos conscientes de todos los gobiernos antipopulares anteriores, en una
campaña mentirosa encaminada a desprestigiar al movimiento reivindicativo de los
Ngabe-Buglé, confundir a la ciudadanía y predisponerla en contra dicha justa
lucha. Se regó infamemente especies de su propia cosecha: dizque “secuestro de
turistas”, “aterrorizamiento de humildes campesinos aledaños”, “millonarias
pérdidas y daños a la economía nacional”, etc. No olvidando el recurrir al
sambenito de todos los reaccionarios y fascistas de “la infiltración e
comunistas y las izquierda”.
Montada
la negra trama, dedicaronse todos los días siguientes a concentrar a los
estamentos represivos de las Fuerzas Policiales –antimotines, control de
multitud, las tropas fronterizas, agentes provocadores del Servicio de Seguridad
del Estado, Corregidores de Policías y la movilización con antelación de
personeros del Ministerio Público en función de castigo legal de las detenciones
que se realizarían.
Así,
arribados al día 4 de febrero, en preparación del desatamiento de la represión
policíaca se corto el fluido eléctrico en toda la región, entre las 5 y 6 a.m.
Iniciándose la acción represiva de la Nueva Guardia Nacional contra la masas
indígena que vigilaba desprevenida las rudimentarias barricadas. Una Guardia
Nacional armada hasta los dientes con armas de guerra, helicópteros, bombas
lacrimógenas, balas de goma y viva, sorpresivamente, cayó inmisericordemente
contra hombres, mujeres y niños. Causándoles decenas de heridos. Golpeados y
desaparecidos y la muerte del dirigente indígena Jerónimo Rodríguez Tugri , muerto por un balazo en el
pecho.
Hecho
criminal, de claro carácter de terrorismo de Estado, que han provocado la
indignación y la repulsa nacional. Luego de conocida la represión policíaca y la
brutal violencia ejercida contra las masas indígenas, por toda la cordillera
central ha cundido la rabia y se ha acrecido el espíritu de rebelión contra el
régimen fascista martinellista. La rebelión, aún en formas de lucha no violenta,
de resistencia pacífica, se ha extendido a todo lo largo de las provincias
centrales e inclusive a la provincia capitalina de Panamá. Generalizándose los
cierres de calles y avenidas, con duros enfrentamientos defensivos con piedras y
palos, nuevas erecciones de barricadas. Y como el desanimo y la fatiga comienza
a hacer presa de los gendarmes represores, se les agotan las reservas de bombas
lacrimógenas y municiones, es de prever ante le acrecentar de la lucha de masas
–no sólo ya indígenas, sino que se le han sumado obreros, estudiantes,
profesores y la población-, el gobierno se vea forzado a recular y tener que
recurrir a llamar a Un dialogo nacional para enfrentar la crisis e impedir que
se convierta en una crisis política que le haga tambalear, quizás
caer.
Ante una tal eventualidad, el que el movimiento de resistencia indígena logre poner en jaque al régimen fascista imperante, pero no consolidado aún, el empresariado y terratenientes han comenzado a dar muestras de inquietud y atemorizamiento. A apandillarse tras sus Organizaciones patronales, sus partidos políticos y las infaltable “sociedades civiles”podridas hasta el tuétano por su reaccionarismo semifeudal y su procapitalismo. Maniobran, tras las bambalinas del poder, el utilizamiento de puño de hierro contra los trabajadores y las masas indígenas en rebelión creciente. Hipócritamente claman: ¡Qué reine la paz y la armonía en la familia panameña! ¡Cese de la violencia! ¡Inmediata apertura de la Mesa de Diálogo! E inclusive demagógicamente dejan entrever su buena disposición a la convocatoria de la Constituyente, sea la paralela o ya sea la “originaria”. ¡Cuanta estulticia, cuanta hipocresía. Mientras, en realidad, en sus oscuros cenáculos maquinan nuevos planes antidemocráticos y represivos, fraguan golpe de Estado y el causarle una mayor sangría a nuestro pueblo.
Sueños
canibalescos y sanguinarios tienen las clases gobernantes de este país. Ellas de
siempre acostumbradas al uso desmedido y abuso de los bienes patrimoniales del
vigente Estado oligárquico. Que ha hecho de la corrupción política, el cohecho y
la coima institucionalizada, del robo descarado y cínico del erario una
condición de vida y mando; de la intermediación comercial, financiera y
especulativa, de capitales y la tierras, de las millonarias percepciones de
comisiones productos de sus tratos y chanchullos con el Capital internacional
(sea estadounidense, italiano, canadiense, coreano, ruso o chino), primero se
echará en brazos de una nueva dictadura militar, ensangrecerá al país, masacrará
a nuestro pueblo –que no le importa nada y siempre ha despreciado- y traicionará
una vez a nuestra patria, antes que hacerle la menor concesión a las demandas y
reivindicaciones populares, en general, y aquellas específicas de las
nacionalidades originarias en particular.
Ningún
compromiso sienten que tienen para con las masas originarias, sólo menosprecio,
discriminación y maldad.
El odio
de clase y el más infamante racismo antiindíjena le resuma por todos sus poros a
estos descendientes de los conquistadores castellanos, aún hoy dominantes y
gobernantes. Primero, por siglos, desde el mal llamado “descubrimiento” pasando
por la conquista y la colonización les han declarado una guerra de exterminio,
esclavizados y sometido a la más infamante e inhumana explotación social. Luego,
con la República canalera y bananera, les han expulsado a las áreas montañosas
más inhóspitas e improductivas del país. Pero, eso sí ricas en yacimientos
cupríferos y auríferos, sobre las que han de morir de hambre y de enfermedades
curables, sin poder utilizar las mismas para beneficiarse en su vida social, la
recuperación su cultura y existencia nacionalitaria.
Reconozcan
todos, si ya ahora, no es justo el que ellos se hayan rebelado contra esos
esclavistas, reaccionarios y fascistas. También que, después de tanos siglos de
humillación y opresión, pongan en remesón a todo el sistema de poder estatal y
gubernamental desde su base económica y social. Hoy, la oligarquía luego de
tantas décadas de burlas, engaños e incumplimiento de compromisos históricos
adquiridos, en las más mínimas reivindicaciones y demandas de las masas de
originarios –Ngabe-Buglé, Nasos, Bofotas, Bri-bris, Emberas y Tules-, los que en
luchan han ido forjando conciencia de la propia nacionalidad y de sus derechos
conculcados, sólo atinan a ver una amenaza a su espuria y feudal dominación
económica, social, política y racial. Y, es nuestra conclusión, mientras más
pronto ajustemos as cuentas mejor será.
¿Cuáles
son esas demandas que, poniendo los pelos de punta a la oligarquía, a los
vendepatrias y a los cometierras especuladores, los impulsa a responderlas con
balas y violencia atrabiliaria y sanguinaria?
La nacionalidad Ngabe-Buglé, en particular, empujada por el hambre generalizada, el acrecentarse de su miseria física y su miseria social, así como también bajo la amenaza real de su muerte histórica y política como grupo nacional reclaman,
Su derecho de territorialidad, de su propiedad colectiva sobre las tierras ancestrales y en la cuales viven hoy;
El respeto de su cultura, costumbres y se le de status oficial a su lengua materna;
El cese
inmediato y absoluto de todos los proyectos hidráulicos y de las concesiones
mineras, negociadas a espaldas de los Ngabe-Buglé con las grandes compañías
monopolistas extranjeras y con los dueños de capitales criollos las cuales
dictan el desalojo y expulsión de las tierras de sus padres y
abuelos;
El
respeto a los derechos adquiridos en la delimitación de sus comarcas, a la
autonomía territorial , al autogobierno por intermedios de sus propias
autoridades comarcales y generales, a la autoadministración de sus asuntos
económicos, sociales, jurídicos, políticos y culturales sin intervención,
directa o indirecta, de las instituciones del poder central
oligárquico.
Es una
deuda histórica que tienen las clases gobernantes y las clases dominantes para
con ellos. Es una deuda política que tienen los grupos de poder que pagar y
satisfacer. Ya esa soga, de estirarse por 500 años, ha llegado a su último hilo
de unión. Ya no da más. Ahora, aprovechando la ocasión de los presentes
acontecimientos, la cumplen o la revolución parte la
puerta.
Eso lo
saben bien los explotadores y opresores de las masas indígenas, en su gran
mayoría trabajadores en las haciendas y fincas de monopolios agricolas
extranjeros, de terratenientes ganaderos, cafetaleros, Ingenios azucareros,
bananeras, tomateras, etc. Para negarse a cumplir estas sentidas demandas y
reivindicaciones de los Ngabe-Buglé, oligarcas, terratenientes y monopolistas
ponen todas sus esperanzas en la capacidad represiva de la Nueva Guardia
nacional y en los instrumentos políticos y jurídicos de la maquinaria de su
Estado. Más allá, considerándola su más segura retaguardia estratégica, en la
Administración estadounidense y en el ejército estadounidense y su capacidad de
intervención armada en los asuntos internos de Panamá.
Pero,
pese a todas las adversidades y fuerzas que trabajan contra esta justa
sublevación indígena-popular, la lucha se extiende a más y nuevos sectores
populares organizados. Movilizaciones y manifestaciones, piqueteos y choques con
las fuerzas del “des-orden” público se han ido sucediendo cada día que pasa.
Para atajar el estallido de la rebelión popular, ya previsible, el gobierno
maniobra y busca contemporizar y aquietar el movimiento que amenaza escapar de
los controles políticos y sindicales tradicionales y concertacionistas por
vocación.
Así,
mientras el movimiento ngabe-buglé y las Organizaciones populares latinas que se
le suman luchan en las calles, los partidos burgueses de oposición ladinamente
intentan pescar en río revuelto y aprovecharse del mismo para debilitar las
bases del gobernante partido Cambio Democrático, del presidente Ricardo
Martinelli.
Casando la ocasión, de que está sublevación espontánea de la población originaria y que el gobierno martinellista ha sido puesto contra las cuerdas, Michael Dohens, máximo jerarca del Partido Revolucionario Democrático (PRD), para echar agua a su molino ha señalado demagógicamente que “ un diálogo se puede restablecer de manera inmediata, si se retira el proyecto de ley minero, pero si éste se mantiene, continuará la discordia”. Concluyendo, de seguido, ““Entonces [Martinelli] está cosechando lo que sembró con sus mentiras”. Olvidando él, muy oportunamente, que la mentira tiene memoria débil.
Por su parte, los panameñistas, tan corruptos y represores como el PRD, luego de haber sido largados de un puntapiés de las áreas gubernamentales, tampoco han dejado de derramar sus lagrimas de cocodrilos por las vejaciones a que somete, hoy, Martinelli, a las comunidades originarias. Pero, en los hechos, no mueven un dedo a favor de las demandas de los Ngabe-Buglé y por el que el señor presidente sea destituido y enjuiciado por sus violaciones a la Constitución Política de la República y por sus violencias represivas en daño de dicha comunidad.
En este
corro de de perros e hienas, que conforman a los partidos burgueses del área
oficial, no podían dejar de hacer parte las ratas mencheviques del Movimiento de
Liberación Nacional-29 de noviembre y del frustrado partido en formación PAP de
Beluche-Jované.
Los
primeros, intentando presentarse como los auténticos amigos de la población
Ngabe, movilizan sus innúmeras ONG y sus organizaciones globos para manifestar
su solidaridad con la lucha en curso –aunque ciertamente el SUNTRACS, ha
organizado y participados en piqueteos y movilizaciones-, pero, con un único fin
oportunista y electorero. Dicen, por ejemplo, con una radicalidad fraseológica
sin igual, Se trata de
una prueba más de la,podredumbre moral a la que fueron arrastradas las
instituciones del estado por los sucesivos gobiernos y los partidos
tradicionales corruptos y ladrones (CD, PRD, Panameñistas, Molirena, Partido
Popular,). Ya no hay salvación. O nos decidimos por barrer esta basura, luchar
por una verdadera democracia o nos condenamos a vivir bajo un régimen
autoritario “a merced de políticas que
atentan contra los sectores populares y las capas medias y del continuo robo de
las arcas y los recursos del Estado por estos clanes mafiosos que se turnan en
el poder”.
Para luego poner en público, para vergüenza suya, sus maniobras sin principios. nos comprometemos a seguir impulsando la lucha y organización del pueblo,, sus reuniones de dirigentes y las falsas movilizaciones de sus Organizaciones globos, sólo están a engañar las masas indígenas y masas populares, desviarlas de su justa lucha y conducirlas a que estampen sus firmas en los libros de inscripción de dicho partido legal, pluriclasista y electorero. ¿Inocencia política de quinceañeras o cinismo y descaro de oportunistas redomados?
Que mal conocen a las masas de nuestro pueblo, a las masas de las nacionalidades originarias. Sacarlas, pues, de las calles, dónde luchan por sus derechos democráticos y nacionales centenariamente conculcados y negados, para conducirlas cual rebaño de pacíficas ovejas al matadero de todas sus esperanzas y ansias de libertad como son los procesos eleccionarios bajo el sistema oligárquico de poder. ¿A cambio de qué? De promesas que ellos, si llegasen al gobierno luego de unas purísimas elecciones harían un gobierno de “decentes”y, desde allí, limpiarían de “corruptos y “mafiosos” al Estado oligárquico-fascistas. Fantasía y demagogia.
En cuanto al PAP, el otro partido aspirante a la legalidad de la pequeño burguesía reformista y menchevique, por boca de su dirigente sabemos del porque su aspiración de encaramarse en el movimiento de los sublevados indígenas. Estos, también, con un lenguaje ultraizquierdista histriónico y falaz, vienen a decir poco más o menos lo siguiente: “Como Martinelli y los intereses capitalistas que defiende no cumplirán por las buenas con los mínimos derechos que la legislación establece, está demostrado, debemos seguir movilizados en solidaridad con la lucha del pueblo Ngabe-Buglé, hasta imponer un gobierno popular en el que se respete la vida humana y la naturaleza”.
Tras las frases radicales, hecha también para las tribunas y en búsqueda de votos, dejan ver apenas escondidas todo el espíritu economicista, reformista y el humanitarismo burgués más plato que la impregna. “Mínimos derechos que la legislación establece”, “movilizados en solidaridad” e “imponer un gobierno popular” que “respete la vida humana y la naturaleza”. Todo ello no demuestra la aridez política de nuestra intelectualidad democrático-burguesa, su apego al legalismo burgués y a la palabra huera. Es la peor manera de ocultar su socialreformismo y oportunismo electorero.
Los
comunistas (marxista-leninistas) de Panamá convocamos a nuestro pueblo
trabajador, en su múltiple componente clasista y nacionalitario, ha rechazar
firmemente estos cantos de sirena dirigidos a desviarles de la justa senda de la
lucha democrática contra el orden y la violencia reaccionaria de las clases
explotadoras y opresoras, hoy representada por el gobierno fascista de Ricardo
Martinelli. A seguir impulsando está sublevación nacional, espontánea y
desorganizada, de los pueblos indígenas y mancomunando esfuerzos, unidad y
organización convertirla en rebelión popular contra todo el sistema económico y
político oligárquico y fascista. Esto es, a que tomen conciencia de que esta
sublevación, para no diluya o quede aprisionada en el cepo de la mesa de
diálogo, de la concertación, del pacifismo, el legalismo y el vulgar
electoralismo, y cumpla sus real y único cometido deberá escoger el camino de la
radicalización de la lucha hasta alcanzar su etapa más consecuente y necesaria,
la revolución política y social, en revolución popular-democrática de nuevo
tipo.
En fin, los llamamos a escoger le camino de la ampliación y profundización de la lucha de clases contra la burguesía burocrática, los grandes comerciantes, los banqueros y los terratenientes –tomando en cuenta que el más grande terrateniente y especulador de tierra, agente comercial interno de los monopolios agrícolas y mineros resulta ser el Estado oligárquico-burgués imperante-, y en el transcurso de la misma aprender y prepararse a responder con la violencia revolucionaria organizada del pueblo a la violencia reaccionaria y genocida del gobierno Martinelli su gestor.
¡Que
la chispa de la sublevación de las masas indígenas, en particular de aquellas
Ngabe-Bugle, incendie los campos de todo el país!
¡Que
la llama de la rebelión de todo el pueblo de Panamá consuma a todo el edificio
de la dictadura oligárquica-fascista!
¡Pueblo
panameño de pie, por la libertad nacional, por la libertad política y por la
libertad social de todos los explotados!
Partido
Comunista (Marxista-Leninista) de
Panamá.
5
de enero de 2012
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