Marx, respecto de las elecciones señaló de una manera clara: “A los oprimidos se les autoriza para decidir una vez cada varios años; qué miembros de la clase opresora han de representarlos y aplastarlos en el parlamento”
No hay duda, así ha sido desde que en el país vivimos el llamado “ejercicio” de la democracia representativa constituida en un escenario que ha permitido la subsistencia organizada del viejo estado terrateniente-burocrático al servicio de la dictadura de grandes burgueses y grandes terratenientes sometidos al control y designios del imperialismo yanqui.
El régimen electivo se implementó en el Ecuador en 1830 (1830-1834) y reformulado en 1848, cuyo fundamento descansaba en el sostenimiento de una sociedad donde aún existía la esclavitud entrelazada con una abyecta de feudalidad que dura hasta 1906 donde se sientan las bases del capitalismo burocrático; a partir de 1946, en el marco de la segunda reestructuración del viejo Estado, este sistema (electivo) se reconstruye dentro de un contexto internacional, económico y político que da paso a la semifeudalidad que subsiste hasta nuestros días. Es decir, las masas, de una u otra forma, han sido arrastradas por 190 años a asistir (obligatoriamente) a las elecciones para validar un sistema de gobierno que además de no representar en términos objetivos la voluntad de las masas, jamás a aportado a solucionar los problemas centrales que tiene la clase, el campesinado pobre y demás masas pobres y explotadas, menos aún, la tarea central: el problema del Poder, su administración, su ejercicio.
Hoy asistimos a las preparatorias para unas nuevas elecciones. En realidad, el prontuario de los candidatos dice por sí mismo del desgaste que tiene este caduco instrumento del sistema electoral.
· Guillermo Lasso. Representante de la burguesía compradora, servil al imperialismo yanqui. Responsable de la crisis bancaria que desmembró económicamente al país y causando una de la crisis sociales más importantes de la segunda mitad del siglo pasado.
· Álvaro Noboa. Terrateniente, exportador, banquero. Uno de los hombres más ricos del país. Comprometido con la explotación laboral, explotación infantil. Afable a los EEUU. Igual, burgués comprador.
· Lucio Gutiérrez. Presidente nefasto, puesto por el MPD (Unidad Popular) la CONAIE, Pachakutik. Inicialmente se mostraba afable a una línea bolivariana (socialismo del siglo XXl) dio un viraje total y puso su gobierno en favor de la burguesía compradora y del imperialismo al permitir que estos tengan una base militar en Manta.
· Galo Lara. Asesino. Famoso por corrupto y por haber financiado el asesinato de tres personas, entre esas, un niño de corta edad por un problema de “faldas”.
· Otto Sonnenholzner, candidato oficial del régimen. Ya lo dijimos, traficó con la pandemia, con las víctimas del Covid y del descalabro del sistema de salud pública del país. Cómplice de uno de los gobiernos más retardatarios, represivos, hambreadoras y entreguista de la historia.
· Abdalá Bucarám. Líder de una banda delincuencial conformada por su familia y ciertos empresarios vinculados a la burguesía burocrática. Ladrones, asesinos, terroristas. Su Poder se ha visto expuesto por encima del marco constitucional.
· Fernando Balda; amigo personal del paraco Álvaro Uribe. Un payaso oportunista.
· El correismo no expone todavía su candidato oficial, empero, seguramente seguirá la línea del efímero socialismo del siglo XXI y el descalabro de la revolución ciudadana.
Todos estos candidatos, en alguna medida resultan predecibles, puesto que su candidatura responde a escenarios económicos y políticos en concreto, que no necesariamente descansa directamente en el apoyo de grupos organizados del pueblo, del campesinado pobre, desde luego, salvo el caso de Lucio Gutiérrez. De todas formas están los otros, los que se suponen se alinean con la izquierda, con las masas, de hecho, en su trillado discurso, con la revolución.
Unidad Popular (PCMLE) se va por la línea etnocacerista. Anteriormente se fueron con Lucio Gutiérrez; inicialmente apoyaron al régimen de Correa, de ese divorcio terminaron apoyando la candidatura de Guillermo Lasso y concluir respaldando el “Sí” en la consulta de Moreno. Hoy manifiestan su apoyo a Yacu Pérez, un comodín de la burguesía burocrática, oportunista que ha cabalgado en las luchas de las masas para posicionarse políticamente e intentar su llegada al gobierno.
Unidad Popular también tiene contradicciones, porque si bien es cierto la mayoría apoya a Yacu Pérez, un sector de su militancia ve con “mejores ojos” a Iza; otro campesino que desde el discurso radical arrastra no solo a un importante sector de las masas campesinas organizadas en torno a Pachakutik, Fenocin y Conaie; sino que ha obnubilado al radicalismo electorero pequeño burgués que cree que con él en la presidencia, los pobres habrán accedido “al Poder”.
Por fuera se queda Antonio Vargas. Su particular oportunismo los llevará a reventar la unidad que mantienen en la Conaie, organizaciones que en definitiva., de manera histórica, ha sido utilizada para parir oportunistas que han anidado en todos los regímenes, sean estos alineados a la burguesía compradora o burocrática. Un verdadero pandemónium de traficantes de conciencias.
¿Por qué somos más incisivos con el oportunismo?: porque estos están inoculados en las organizaciones campesinas, sindicales, de masas, y desde ahí se posicionan para traficar con la miseria, el hambre de sus “representados”. Porque desde el discurso librador del movimiento indígena - campesino, o desde el discurso de trinchera que convoca a la revolución por el “socialismo”, levantan su camposanto electorero erigiéndose como los nuevos dioses del olimpo criollo; de los nuevos curacas, de los nuevos comandantes atrincherados en las ánforas del viejo Estado. En definitiva, porque son el principal aliado que tiene el viejo Estado para sostenerse y conjurar la revolución.
¿Qué hacer? Primeramente tener claro que las elecciones son un instrumento de la democracia, y que esta, tiene carácter de clase, consiguientemente no sirve a los fueros democráticos que reivindica o claman la clase, el campesinado pobre y las masas explotadas.
· Agitación y propaganda. Acciones que concienticen a las masas más pobres entre los campesinos, clase obrera y pueblo en general. También cumple con la tarea de desestabilizar al gobierno, sus autoridades, su aparato represivo.
Generar conciencia de que con las elecciones lo único que haremos, además de aportar a la consolidación de la vieja democracia, lo único que conseguiremos será colocar en el gobierno a un grupo de miserables que se encargaran de jugar, traficar y negociar con el dolor, hambre, miseria y sufrimiento de las grandes mayorías. 190 años nos ha dejado ver que es de esa manera.
· Militarización de las organizaciones de campesinos, obreros y demás masas. Militarizar las acciones contra las elecciones y sus actores.
· Paro forzado. Impedir la libre circulación de todos los actores que impulsan las elecciones. Interrumpir el proceso con paros combativos.
Pueblo del Ecuador. No basta enunciar o convocar al NO VOTAR, es importante desarrollar acciones que promuevan el BOICOT DE LAS ELECCIONES. Si movemos ideas, que sean para desencadenar la acción, la transformación.
No basta convocar al NO VOTAR, si estas acciones no tienen un norte alineado con la necesidad de preparar y desarrollar la guerra popular en el marco de la conquista del Poder para obreros y campesinos en la Nueva Democracia.
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
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