Elecciones en Nepal ¿triunfará el boicot del PCN-maoísta?
Miguel Alonso.
A pocos días de la convocatoria electoral para la
elección de una nueva Asamblea Constituyente, la pregunta clave es la
importancia que en la misma tendrá el
boicot y su activa campaña en las mismas.
Estas elecciones y la actual situación política es
producto de la traición de la camarilla renegada de Prachanda/Bhattarai.
Traición a las masas populares y a la revolución de Nueva Democracia por la que
lucharon heroicamente por espacio de 10 años los hombres y mujeres del EPL.
La trampa de los Acuerdos de Paz del 2006, incluyo la
convocatoria de una Asamblea Constituyente, en el marco de una democracia
multipartidaria, que abolió la secular monarquía y en la que el entonces aun PCN
(maoísta) logro ser el partido más votado. Los viejos partidos del régimen
feudal lograron una suficiente mayoría de bloqueo que paralizo a medio plazo
todo el trabajo de la AC y los profundos cambios que necesita la sociedad
nepalí.
Enloquecidos en sus ansias de personal poder (burgués) Prachanda,
Bhattarai y otros dirigentes abandonaron el camino de la Revolución y del MLM
para desvariar sobre; “convertir a Nepal en la Suiza de Asia” basadas en las
teorías revisionistas de Teng Siao-ping, sobre el desarrollo de las fuerzas
productivas, llegando a todo tipo de acuerdos con las fuerzas feudales y
reaccionarias incluido el desarme del EPL y la devolución de las tierras
confiscadas a los feudales. Es en este marco, es que un grupo de dirigentes y
miembros del antiguo PCN (maoísta) bajo la dirección del camarada Kiran, luego
de un largo proceso de debates, rompieron con el partido usurpado por los
revisionistas y crearon el nuevo PCN-maoísta.
Nuevo partido que trata de encontrar el camino perdido de
la Revolución de Nueva Democracia en Nepal. Con tal motivo se han militarizado
diversas organizaciones del Partido, así como creado un nueva organización
juvenil de voluntarios populares, que ha tenido singular relieve en las
movilizaciones contra el nuevo proceso electoral constituyente con el que
pretende la burguesía desbloquear la actual situación política.
Las fuerzas revolucionarias se encuentran aun en una difícil
situación producto de la traición de Prachanda y de “su camino” no solo por su claudicación
frente a la burguesía y al imperialismo, sino a los problemas ideológicos que
esta nueva traición revisionista conlleva. La causa principal para esta cobarde
traición a la revolución y a las masas no está solo en la acción seductora de
la burguesía sino y principalmente en el interior del PCN (m) donde esa línea anido
y creció. Cuestiones no resueltas como el peligro de una directa intervención
militar imperialista o la incomprensión real del maoísmo y del principio
basarse en sus propias fuerzas se apuntan como causas.
El nuevo Partido ha levantado las banderas de la independencia
nacional y de la Revolución de Nueva Democracia y ha llamado, junto a una
alianza con 33 organizaciones políticas minoritarias, al boicot de las mismas.
Boicot activo y movilizador de las masas, pero hasta ahora, dentro del marco de
la paz formal del 2006, pues aunque estos tratados han sido denunciados, en
ocasiones por su “incumplimiento” (Sic), el PCN-maoísta no ha roto con la
legalidad vigente o llamado a la insurrección. Claro está, que aun que este
fuese el plan, sería suicida proclamarlo, cuando las fuerzas
contra-revolucionarias aguardan el más mínimo movimiento para desatar la
represión.
El gobierno transitorio, ha llamado al EN para proteger el
proceso electoral, algo que ha sentado mal hasta en los propios medios burgueses,
que alertan del peligro que conlleva tal decisión.
El Partido Comunista de Nepal-maoísta ha advertido que si
el ejército les ataca responderán iniciando una nueva guerra popular. ¿Pero y
si no lo atacan aceptara el Partido el resultado electoral?
Y esta pregunta no solo la hacemos desde el campo revolucionario,
como resulta obvio, pues su respuesta será el nuevo escenario de la lucha de
clases en Nepal.
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