lunes, 17 de septiembre de 2012

Con ocasión del 39º aniversario del asesinato por la dictadura yanqui-franquista de Cipriano Martos Jiménez,  militante del P.C.E. (m-l) y del F.R.A.P. (17 septiembre 1973)


El camarada Cipriano Martos Jiménez


¡LA DICTADURA SIGUE ASESINANDO!

CIPRIANO MARTOS NUEVO  MÁRTIR DE LA LUCHA  POPULAR*
 
Nuestro camarada Cipriano  Martos, militante del Partido, prácticamente desde su reconstitución sobre la base de los principios marxistas-leninistas, traicionados por la camarilla de Carrillo-Ibárruri, ha sido  vil y cobardemente asesinado por los esbirros de la dictadura en Cataluña.
Cipriano Martos nació hace 28 años en Huetortajar (Granada) en una familia de jornaleros. Desde su más tierna infancia conoció la miseria y el hambre, la represión y los asesinatos que cometía en masa la dictadura contra los campesinos andaluces. Sin trabajo ni posibilidades de tenerlo en su tierra natal, Cipriano Martos emigró a Cataluña donde trabajaba desde hacía varios años como obrero de la construcción (ferrallista). Desde el primer momento de su militancia en nuestro Partido, el camarada Martos se distinguió por su espíritu combativo, por su entrega revolucionaria y disciplina militante. Encabezó varias luchas al frente de sus compañeros, que siempre vieron en él al dirigente natural. Conoció varios despidos por sus actividades políticas, sin que ni las amenazas ni la persecución le amedrentaran jamás.
   Nuestro camarada Martos fue detenido el pasado 30 de Agosto en Reus (Tarragona), junto con un grupo de antifascistas. Desde el primer momento fue sometido a las más salvajes torturas. Durante días y días los asesinos franquistas se encarnizaron con él tratando de arrancarle datos sobre el Partido, nombres de camaradas y de otros antifranquistas. Pero el camarada Martos era un comunista íntegro, duro como el acero y no se doblegó jamás. De sus labios no salió ni una palabra que comprometiera al Partido ni a ningún antifranquista. Destrozado físicamente por las torturas, la policía lo internó en un hospital para evitar que se les muriese en las mazmorras. Ni siquiera en esos momentos en que su estado era desesperado, la policía permitió a sus familiares y a su abogado que lo vieran. En su habitación había permanentemente un guardia civil metralleta en mano.
   Cipriano Martos murió el día 17 y fue enterrado secretamente el día 21, sin que tampoco sus familiares y abogados pudieran asistir al sepelio. La Guardia Civil comunicó posteriormente a su abogado que Cipriano Martos había muerto a causa de haber “ingerido un líquido tóxico”. ¿Por qué, entonces, no permitieron a su familia ni a su abogado que lo vieran, ni siquiera cuando era ya cadáver? Porque su estado físico después de las torturas era una acusación irrefutable contra los esbirros franquistas.
   Cipriano Martos es una víctima más en la larga lista de asesinatos perpetrados por la dictadura fascista contra nuestro pueblo. Una víctima, un mártir más de esta dictadura que se pretende “civilizadora” y “europeizante” y que los gobiernos llamados “democráticos” como el de Francia, por ejemplo, apoya, y respalda y colabora con ella en labores policiacas. Sanguinaria dictadura con la que los mal llamados países socialistas (dirigidos por camarillas revisionistas) comercian y negocian vergonzosamente estableciendo relaciones de todo tipo, “olvidando” que el único método de gobierno del fascismo español es el asesinato en masa, no sólo a base de fusilamientos como en los años de la postguerra, sino disparando contra los obreros en huelga (Granada), defenestrando a estudiantes (Madrid), aplicando la “ley de fugas” (Mendizábal y otros), torturando y asesinando en los calabozos.
  Contra esta dictadura, lo repetimos una vez más, no hay más que un camino: el de la lucha revolucionaria, sin cuartel. Dejemos a los infames revisionistas y otros oportunistas lloriquear por los rincones y en el exilio su “proceso 1001” para desviar la atención de la opinión pública mundial de los verdaderos problemas españoles. La solidaridad contra la represión, con las víctimas del fascismo, sólo y únicamente se consigue con la lucha y en la lucha.
   La sangre derramada por el camarada Martos, como la de tantos otros antifascistas y patriotas, es como la semilla que abona la tierra de nuestra España y por cada baja causada por el fascismo en las filas revolucionarias, diez combatientes se incorporan a la lucha.
   En estos momentos en que todos los militantes del Partido cerramos los dientes con ira ante este nuevo asesinato fascista, prometemos solemnemente no cejar hasta haber aplastado definitivamente al fascismo y liberado nuestra Patria. Por ello luchó infatigablemente el camarada Martos, hasta ofrendar su joven vida, y por ello lucharemos sin que ningún sacrificio ni penalidad nos detenga.
   Inclinemos las banderas rojas de nuestro Partido, rojas por la sangre derramada por tantos mártires del pueblo español, ante el camarada CIPRIANO MARTOS. Su muerte será vengada cumplidamente.
(*) Publicado en “Vanguardia Obrera”, órgano del Comité Central del Partido Comunista de España (marxista-leninista),  nº  79, Octubre 1973, pp.1, 6. Este artículo ha sido seleccionado y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares

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