¿Es el
derribo del avión ruso por Turquía el nuevo Sarajevo?
Miguel Alonso / correovermello.
El derribo
de avión ruso Su-24 por F-16 turcos y el asesinato de uno de sus pilotos, por las
bandas terroristas que operan en la frontera con Turquía, es una acción de
alcance de imprevisibles consecuencias.
La camarilla
belicista de la OTAN, responsable directa del golpe de Estado en Ucrania, fracasó
en sus intentos desestabilizadores de la frontera del Este, cuando Rusia respondió
con una guerra de baja intensidad, que puso contra las cuerdas al régimen fascista
de Kiev, incorporando a Rusia territorios como Crimea o reconociendo a las
Republicas Populares del Donetz.
La otra operación
de la OTAN es, sin duda, el “nuevo” Medio Oriente y después del asesinato del
Coronel Gaddafi y la destrucción del Estado libio, su objetivo principal pasó a
ser Siria y su gobierno del partido Baath.
Una compleja
coalición de criminales sionistas, islamistas de Turquía, déspotas feudales de Arabia
Saudí o Qatar son respaldados por los belicistas de la OTAN, para organizar una
fuerza insurgente, en un principio llamada “Oposición Moderada” después Frente
Al-Nusra y finalmente Estado Islámico o Daesh, en árabe.
La base principal
de los nuevos reclutas, esta en antiguos cuadros del ejército de Irak y en las múltiples
contradicciones religiosas que dividen a los pueblos en la zona, cuyas
fronteras son el resultado de un reparto territorial del imperio otomano por
las potencias imperialistas. A estos se han sumado miles de jóvenes sin futuro,
lumpen proletariado de origen árabe de la metrópolis imperialistas, bien
engañados por el fanatismo religioso o por las cuantiosas pagas de Arabia
Saudí.
Hoy incluso
Francia, tiene reconocido que impulsó “las revueltas democráticas” contra el régimen
del Presidente Bashar El Assad, probablemente asesorados con los mismos
asesinos del dirigente libio.
¿Y se asombran
que el terror llame a sus puertas?
Bien, es en
este escenario, que tras cuatro años de guerra civil en Siria, Rusia, bajo la dirección
del ex miembro del KGB Vladimir Putin, decide actuar, no como simple apoyo de
su aliado sirio, sino como fuerza activa desplegando unidades aéreas y de la
armada, reforzando su base naval en el puerto sirio de Tartus.
Esta acción
rusa, que parece sorprender a la OTAN, desmonta a mi entender, la por entonces
inminente, invasión turca, preparada previamente y activada con el ataque,
atribuido al Daesh, que costó la vida a 35 jóvenes en Suruç.
El estado
fascista turco, bajo la dirección del ególatra “sultán islámico” Erdogan, con
un serio problema en el interior, tanto por el auge de las protestas en las
grandes ciudades como por el desafío kurdo en el Kurdistan norte, decide
continuar con sus planes belicistas, amparados por la OTAN y sus socios de las monarquías
feudales, aumentando todo tipo de provocaciones contra Siria y la aviación rusa.
Esa escalada
ha tenido su punto culminante en el derribo en territorio sirio, allí cayó el
aparato y sus pilotos, de un Su-24 ruso que supuestamente violó el espacio aéreo
turco.
Este ataque,
sin sentido desde el punto de vista de la defensa militar, es sin duda un
envite para una mayor respuesta de la superpotencia rusa, una simple
provocación. Rusia ha protestado enérgicamente y lo ha calificado de
inaceptable pero ha evitado mostrar sus cartas, si exceptuamos el despliegue, oficial,
del sistema anti-misiles S-400 Triumf en Siria. Este armamento de alta tecnología
anula el poder ofensivo de las fuerzas de la OTAN en una amplia zona, incluida
la mitad sur de Turquía, según informan los analistas sionistas. Como prueba de
ello Turquía ha dejado de violar el espacio aéreo de Siria, algo que hacían de
forma habitual.
La eficacia
de los bombardeos aéreos rusos en la infraestructura de los mercenarios del
Daesh y en su logística está afectando de forma importante no solo a sus
fuerzas de combate, sino también a los negocios del petróleo ilegal, traficado
en la frontera turca.
Rusia ha
exigido disculpas, indemnizaciones y castigo para los culpables, cuestiones que
Turquía no parece querer satisfacer. ¿Cuál será la respuesta rusa?
¿Sera este
derribo del avión SU-24 algo parecido a lo que aconteció en Sarajevo con el
Archiduque Carlos en 1914?
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