El acierto criminal.
Miguel Alonso
Desde el desencadenamiento de las operaciones encubiertas, de los imperialistas yankees, franceses y sionistas contra la Republica Árabe Siria, con métodos muy semejantes a la destrucción de la Yamahiriya Árabe Libia, hemos podido ver como estos estados, antes estables y con niveles de vida altos, están siendo devorados por bandas de asesinos, a sueldo, disfrazados bien de fanáticos religiosos o de “luchadores de la libertad," en medio del terror y el caos.
Solo en el Kurdistán Sur, en Rojava, ha emergido una fuerza revolucionaria dispuesta no solo a luchar por su libertad frente al imperialismo y sus agentes, sino también a levantar las banderas de la Revolución, de transformar la sociedad con un nuevo Poder y asestar duros golpes a las bandas criminales del fascismo islámico.
Son múltiples las contradicciones en la zona, que enfrentan, no solo a los pueblos sino también a las potencias imperialistas y a la visión de los acontecimientos y la línea a seguir en los mismos.
Los objetivos de los imperialistas yankees, de Francia, Reino Unido y de Israel son claros, la destrucción de todos los estados, que al igual que Irak, puedan poner en cuestión su hegemonía e así apoderarse impunemente de dos estratégicos recursos, el petróleo y el agua.
La fuga en masa de la población, negocio muy rentable para algunos, es un hecho que se conocía de antemano, cuando se preparo el golpe en Siria o el asesinato del Coronel Gaddafi a manos de los agentes franceses en Libia.
Las armas de la manipulación masiva, son manejadas con eficacia para provocar el efecto de shock deseado, con la llamada “crisis de los refugiados”. Recordándoles, sutilmente, a los trabajadores y trabajadoras de las potencias imperialistas, lo bien que viven, a pesar de la crisis, porque las cosas pueden ir…. a peor. Y también muy oportuno para ocultar, con el manto hipócrita del humanitarismo burgués, el expolio de Grecia a manos de los prestamistas y usureros, o para que el regimen fascista de Ankara reprima a su población y a la kurda con ribetes de genocidio, ante el clamoroso silencio cómplice de la llamada comunidad internacional.
En unas declaraciones, a una agencia informativa, un joven sirio dijo algo que resulta fácil de entender; quieren vivir en su país y no en Alemania.
Y que decir de los hermanos árabes, de la dictadura militar en Egipto o de los regimenes feudales de Árabia Saudita, Qatar, Emiratos ärabes Unidos o Iran ¿que ayuda han prestado a estas miles de personas? La misma que al pueblo palestino: NADA !
Es evidente quienes destrozan los países, en este caso en oriente medio y en otras partes del mundo; las potencias imperialistas, en su afán hegemónico y de reparto.
Sin importarles las consecuencias de sus actos, olvidan lo que indica el saber popular; quien siembra vientos recogerá tempestades y la gran tormenta revolucionaria no tardará en llegar.
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