Turquía
se está deslizando hacia la guerra civil. Durante los últimos meses las
tensiones en Turquía han ido en aumento. Con el fin de sortear la lucha
de clases que se levanta contra él, Erdoğan ha lanzado una ofensiva
para provocar una guerra civil a gran escala en líneas nacionales.
Durante
más de un mes Turquía se ha visto sacudida por varias oleadas de
ataques racistas claramente coordinados contra la minoría kurda del
país, así como contra el partido
de izquierda basado en la minoría kurda, el HDP. Cuatrocientas oficinas
del HDP han sido devastadas por turbas reaccionarias protegidas por la
policía. Muchas empresas y tiendas, que se cree que pertenecen a kurdos,
han sido blanco de ataques incendiarios; mientras que un hombre de 21
años de edad fue asesinado a puñaladas por hablar en kurdo en su
teléfono móvil en Estambul. Cientos de personas han sido atacadas por
ser kurdos y barrios kurdos en todo el país han sido atacados por turbas
racistas.
Al mismo tiempo, cientos de
ataques aéreos se han dirigido a las posiciones del Partido de los
Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Irak y Turquía, a pesar de las
negociaciones de paz con que el PKK estaba comprometido con el Estado
turco. Una docena de áreas en el sureste del país han sido designadas
zonas especiales de seguridad y las incursiones y ataques con decenas de
víctimas se están llevando a cabo diariamente. El total de víctimas, se
cree, está por encima de los mil kurdos y un máximo de 200 soldados
turcos.
Por ahora, la culminación de
esta operación ha sido el sitio de 10 días a Cizre, una ciudad de
120.000 habitantes, el 92% de los cuales votaron por el HDP en la
elección parlamentaria pasada. Al final del asedio, decenas de personas,
la mayoría civiles, entre ellos varios niños y ancianos, han sido
asesinados, mientras que muchos barrios fueron destruidos por el tiroteo
y bombardeo indiscriminado de los casi 10.000 soldados turcos
desplegados.
Erdoğan
afirma que todo esto es una guerra contra el terrorismo –lo que
significa tanto contra el ISIS como el PKK. Sin embargo, desde el
lanzamiento de la campaña, al menos 100 de los 2.500 detenidos han sido
relacionados con el ISIS, mientras que la gran mayoría han sido
activistas de izquierda y kurdos. De hecho, la mayoría de los ataques
llevados a cabo durante la campaña han sido en beneficio del ISIS, cuyo
mejor oponente hasta ahora han sido las fuerzas relacionadas con el PKK.
En muchas ocasiones, las fuerzas del PKK han sido atacadas mientras
iban de camino al frente.
Con la vaga excusa de tomar
medidas enérgicas contra el terrorismo, Erdoğan ha lanzado nada menos
que una guerra unilateral contra la población kurda de Turquía. No había
ninguna necesidad de provocar una guerra. Durante meses, el PKK ha
estado solicitando el derecho de paso seguro para sacar al resto de sus
guerrilleros fuera de Turquía. Esto fue negado por Erdoğan que no ha
estado dispuesto a negociar desde el pasado mes de marzo.
El aumento de la lucha de clases
Está claro
que Erdoğan no se ha comprometido con las negociaciones de paz con el
PKK. Pensó que podía utilizar al movimiento kurdo y a la izquierda para
golpear contra el sector republicano nacionalista de la clase dirigente
turca.
Durante los últimos años sin embargo, su mayor problema
no ha estado viniendo de la clase dominante, sino de las masas que se
han ido radicalizando cada vez más. Los años de crecimiento económico
masivo no han conducido a ninguna mejora significativa para la mayoría
de la población, mientras que una pequeña minoría se ha convertido en
obscenamente rica. Por otra parte, son los pobres los que tendrán que
pagar la crisis que está golpeando ahora al país.
Esto ha sido una importante fuente de descontento que fue revelada por primera vez
por el movimiento del “Parque Gezi” en 2013, donde cientos de miles de
personas salieron a las calles en contra de Erdoğan, pero no lograron
derrocarlo debido a la falta de dirección.
Sin embargo, la oposición de
ninguna manera se ha disipado. El gobierno cada vez más autoritario de
Erdoğan, su intromisión imperialista en Siria y las medidas introducidas
en favor de la islamización de la sociedad –en comparación con el
carácter tradicionalmente secular de la Turquía moderna– está
alimentando el descontento que arde bajo la superficie.
Al no encontrar salida en los
partidos políticos oficiales de Turquía, este estado de ánimo empezó a
reflejarse a través del movimiento kurdo y de su brazo político, el HDP.
A pesar de todos los esfuerzos de la clase dominante durante décadas
para separar a la juventud turca y kurda una de la otra, el HDP se
convirtió gradualmente en el centro de una capa de la juventud
radicalizada en la sociedad que se sentía repelida por la podrida clase
dirigente. Fue, en particular la batalla de Kobani la que cambió el
curso, cuando los kurdos con pobres armas y poco apoyo se defendieron y
derrotaron a la brutal ofensiva del ISIS durante seis meses, que estuvo
apoyada claramente por el régimen de Erdoğan.
Esto
legitimó al HDP –que se convirtió en el partido de toda Turquía con más
raíces en el movimiento kurdo– a los ojos de cientos de miles de
personas. Junto con un programa radical de reformas sociales y
democráticas, el HDP logró aprovechar el “espíritu de Gezi” y fue
impulsado al parlamento con el 13% de los votos. Este fue un duro golpe
para el Partido AK de Erdoğan, que por primera vez desde 2002 perdió su
mayoría en el parlamento.
Esta es la verdadera razón de
los ataques de Erdoğan sobre los kurdos y la izquierda. Debilitado por
la creciente oleada de lucha de clases, está tratando de dividir a la
clase obrera a través de líneas nacionales, enfrentando a los
trabajadores turcos y kurdos unos contra otros, con el fin de asegurar
su propio gobierno. No es casualidad que la campaña comenzara en torno
al mismo tiempo que la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias
para el 1 de noviembre.
Contragolpe Revolucionario
Marx dijo una vez que las
revoluciones son a menudo impulsadas hacia adelante por el látigo de la
contrarrevolución. Esta perspectiva se aplica claramente en Turquía.
Erdoğan tenía la esperanza de desacreditar al HDP azotando un estado de
ánimo anti-kurdo. Sin embargo, en contra de sus objetivos, algunas
encuestas muestran un ligero incremento de apoyo al HDP. De hecho, en la
inmensa mayoría de las capas de la oposición la culpa de la
inestabilidad creciente y del cada vez mayor número de muertos se coloca
correctamente en Erdoğan.
En las zonas kurdas, la
declaración unilateral de guerra de Erdoğan está alimentando una ira
ardiente que podría explotar con un levantamiento revolucionario en
cualquier momento. Un vistazo de este estado de ánimo se vio durante el
asedio a Cizre.
Erdoğan estaba tratando de
utilizar la ciudad para establecer un ejemplo para todos los kurdos y
lograr la brutal represión del movimiento kurdo. Sin embargo, en vez de
desmoralizar a la población kurda, el asedio a Cizre tuvo el efecto
contrario al galvanizar la creciente ira y el descontento en un
movimiento de resistencia de masas.
Un movimiento para romper el
asedio a Cizre fue iniciado por cientos de abogados y diputados del HDP
que iniciaron una marcha por la paz en Cizre, con el apoyo de miles de
personas en la zona que también comenzaron a organizarse.
Las fuerzas de seguridad se
opusieron a todos los intentos de entrar en la ciudad, pero finalmente
una marcha de miles de civiles, de todo tipo –hombres, mujeres, jóvenes y
viejos– desde los pueblos cercanos de Şırnak y Silopi lograron alcanzar
Cizre después de días de represión policial constante. Mientras que las
fuerzas de seguridad continuaron el bombardeo intensivo de diferentes
barrios de la ciudad, los manifestantes, llevando comida y banderas
blancas, trataron de hacer su camino a través de la policía, entre el
gas y una lluvia de fuego.
Al mismo tiempo, una decidida resistencia de masas se llevaba a cabo dentro de la ciudad. La agencia de noticias Jin informó:
"Somos testigos de un espíritu de resistencia en el barrio Nur, aun cuando las fuerzas de seguridad arrojan gas pimienta, disparos y granadas cada noche. Los residentes explicaron que sobrevivieron a tácticas similares a las de la guerra contra civiles durante la década de 1990, cuando el Estado turco libró una sangrienta guerra sucia en la región. Ahora, dicen, son más resistentes que nunca."'En el momento en que perdemos la moral, es el momento en que nuestra voluntad se rompe", dicen los residentes. El mayor problema es la escasez de alimentos, pero los residentes de Cizre parecen imperturbables, alegando que las verduras que han plantado en sus jardines deben madurar en cualquier momento."Hacia la noche, las calles se llenan de gente. Dondequiera que es seguro, las madres del barrio encienden fuegos en las calles fuera de sus casas, cantando canciones tradicionales de la zona. Los jóvenes hacen té en las fogatas y lo comparten, mientras que las madres mayores se sientan dentro elevando la moral contando a decenas de invitados sobre sus experiencias en la década de 1990. Cuando las explosiones de granadas crecen más intensamente, los residentes responden cantando consignas y golpeando ollas y sartenes, y los médicos voluntarios salen a buscar a los heridos."Las mujeres del barrio dirigen la demostración de ruido, y los residentes a veces sostienen marchas a pequeña escala en sus calles, mientras que los niños deambulan por las calles recolectando escombros a raíz de las explosiones. Cada noche, las explosiones crecen más fuerte, pero la observación común de los residentes se ha convertido simplemente en: “Si pasamos esta noche, todo habrá terminado".
Al final, fue la heroica
resistencia de las masas de Cizre, con el apoyo de la creciente presión
de las masas en el resto del sureste, la que rompió el asedio. En lugar
de ceder a los ataques, el pueblo puso en marcha un movimiento de
resistencia de masas, que llevó a la humillante retirada de las fuerzas
armadas turcas –incluso después de haber sido aumentadas hasta casi
10.000 soldados, con el fin de asegurar el estado de sitio.
El
estado de ánimo entre las masas se reveló después de la retirada de las
fuerzas armadas, cuando casi toda la población de la ciudad asistió a
una manifestación dirigida por Selahattin Demirtas y otros líderes del
HDP. Los miles y miles de personas que salieron para la concentración y
para los funerales de los muertos por el ejército revelan que lejos de
ser sometidas por la violencia de Erdoğan, las masas kurdas se
radicalizaron día a día.
Sólo es posible una salida revolucionaria
Las masas kurdas tienen el
legítimo derecho de defenderse de los violentos ataques de la burguesía
turca. Incluso si esto significa tomar las armas. Cuando se enfrenta a
los ataques brutales del Estado turco, la autodefensa es absolutamente
legítima.
Sin embargo, las acciones
individuales aisladas no son lo que se necesita. El asesinato de
soldados y policías al azar no están debilitando a Erdoğan en absoluto.
Por el contrario, es exactamente lo que quiere Erdoğan. Lo utiliza como
medio de movilización y apoyo en áreas de Turquía, y además divide a los
kurdos de los trabajadores y pobres turcos. Lo que se necesita para
devolverle el golpe a Erdoğan es un levantamiento popular contra el
gobierno corrupto de Erdoğan, contra la opresión y los ataques racistas
contra los kurdos. Cizre mostró que la forma más eficaz para expulsar a
las fuerzas armadas es a través de la acción de masas –no librada por
decenas o cientos, sino por cientos de miles.
En la actualidad el movimiento
kurdo representado por el HDP y las organizaciones relacionadas con el
PKK han agrupado una abrumadora mayoría de la población kurda detrás de
ellos. La mejor manera de organizar una defensa sería movilizar a estos
millones de personas en una huelga general revolucionaria para poner fin
a los ataques contra los kurdos. Se deberían crear Comités de
Organización en cada barrio, fábrica y escuela con delegados elegidos
por los trabajadores y pobres. A su vez, se deben formar Comités de
Defensa en cada uno de éstos para defender a la comunidad de los ataques
del Estado o de matones armados.
Unidad de la clase obrera
Al mismo tiempo, el movimiento
debe apelar a los trabajadores y jóvenes turcos a unirse en la lucha
contra Erdoğan. Para Erdoğan, agitar sentimientos racistas y anti-kurdo
es un intento de aplastar a la oposición de izquierda que ha ido
creciendo en el oeste del país. La mayor amenaza para su gobierno surgió
cuando los trabajadores y los jóvenes turcos y kurdos comenzaron a
movilizarse juntos y encontraron un punto en común, unidos en el HDP.
Un gran número de los
arrestados hasta ahora han sido de hecho izquierdistas y activistas
turcos de la oposición. Al mismo tiempo, Erdoğan está tomando medidas
duras contra todos los derechos democráticos en todo el país. Al
provocar una guerra civil, está en efecto preparando una dictadura en
toda Turquía.
A
pesar de la manipulación de la propaganda y de los medios de
comunicación masiva, la voz de descontento aún se está filtrando a
través de la niebla del racismo venenoso generado por Erdoğan. En el
oeste, la ira está aumentando entre una gran capa que ve con claridad al
régimen de Erdoğan como el problema principal. El mes pasado, en el
funeral de su hermano, que murió en este conflicto, el teniente coronel
Mehmet Alkan gritó: "¿Quién es el verdadero asesino de mi hermano?
¿Quién es realmente responsable?" Muchos otros que asisten a los
funerales de los soldados en todo el país han denunciado a Erdoğan. Como
un familiar de un soldado muerto que gritó a un ministro del Partido AK
de Erdoğan, que apareció en el funeral, "Si hubiéramos elegido
presidente a Erdoğan, nada de esto hubiera sucedido, ¿verdad? Usted dijo
esto. ¿Cuántos más vamos a sacrificar hasta elegirlo como presidente?
Malditos sean todos".
De todos los soldados que
mueren cada día ninguno sale de entre los ricos y poderosos. Todos ellos
han pagado para evitar el servicio militar obligatorio, mientras que
los pobres y los trabajadores que no pueden permitirse el lujo de
hacerlo son enviados para matar a sus hermanos y hermanas de clase
kurdos y morir por esto si es necesario. Por lo tanto, un movimiento de
masas en las zonas kurdas, para pedir el fin de la guerra civil,
encontrará inmediatamente un eco entre los trabajadores y jóvenes
turcos, e incluso entre las filas del ejército. Esto a su vez se debe
conectar al derrocamiento del propio Erdoğan, que ha demostrado que está
dispuesto a desestabilizar todo el país antes de soltar el poder.
Un movimiento de masas en estas
líneas podría obtener rápidamente apoyo de masas entre los trabajadores
y jóvenes turcos en las principales ciudades y desde más lejos, en la
parte central y occidental de Turquía.
Crisis del Capitalismo
Lo que estamos presenciando no
es sólo la crisis del régimen de Erdoğan, sino la crisis del capitalismo
turco en su conjunto. Como no es posible satisfacer las necesidades de
las masas, los burgueses se ven obligados a moverse más y más a la
derecha con el fin de asegurar su dominio.
Muchos comentaristas burgueses
republicanos y miembros de la burguesía "tradicional" han estado
criticando a Erdoğan por sus acciones. Reconocen que está
desestabilizando todo el país. Pero estas señoras y caballeros
"democráticos" olvidan convenientemente que ellos mismos impusieron la
dictadura más brutal tras los movimientos revolucionarios de las décadas
de los años 60 y 70. ¿Y cuál era su programa para las recientes
elecciones? Más privatizaciones, desregulación y "liberalización" - es
decir, más ataques contra los trabajadores y los pobres.
El problema no es qué individuo
gobierna Turquía. Erdoğan, por muy loco que sea, no es más que un
reflejo de la podredumbre y la naturaleza parasitaria del capitalismo
turco. Cualquier lucha contra Erdoğan debe estar conectada con la lucha
contra el capitalismo en su conjunto.
Los trabajadores y los pueblos
turco y kurdo no tienen intereses opuestos. Es sólo la naturaleza
bárbara de este sistema que los tiene peleando por las migajas que la
clase dominante está dispuesta a conceder, mientras que los ricos y
poderosos, que no producen más que miseria, viven en el lujo más
obsceno. Sólo una lucha unida de todos los oprimidos para hacerse cargo
de los recursos y la riqueza, para utilizarlo en beneficio de todos,
puede mostrar una manera de salir de esta barbarie.
¡Abajo la guerra!
¡Abajo Erdoğan y su gobierno de matones y ladrones!
¡Viva la unidad de clase obrera en lucha!
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