lunes, 18 de febrero de 2019

Lenin y los Bolcheviques encabezan la Revolución Mundial. Un articulo del periódico El Pueblo con motivo del Centenario de la III Internacional.

LENIN Y LOS BOLCHEVIQUES ENCABEZAN LA REVOLUCIÓN MUNDIAL



100 años de la Internacional Comunista:

Educación ideológica, publicada en Periódico El Pueblo n° 77 (Enero, 2019)
Este año se conmemora el centenario de la Internacional Comunista, conocida también como la III Internacional, en referencia a los dos anteriores. Este aniversario cobra una gran relevancia en la actualidad, por coincidir en un momento donde los Partidos y organizaciones comunistas vienen avanzado en la unidad luego de conmemorar de forma cohesionada y en férrea lucha de dos líneas: 50 años de la Gran Revolución Cultural Proletaria (2016), 100 años de la Revolución de Octubre (2017) y los 200 años del natalicio de Karl Marx (2018).
Asi es como este 2019 abordaremos, en cada número, distintos aspectos de la Internacional Comunista, que es el primer gran hito donde la vanguardia del proletariado en cada país se organizó en Partido Comunista, como sección de la Internacional Comunista.
Primera Internacional
Antecedentes
Para poder comprender el papel de la Internacional Comunista y el momento histórico en la que surgió y se desarrolló, en este número expondremos de forma general los antecedentes de esta organización internacional de los revolucionarios del mundo.
Karl Marx y Friedrich Engels entregaron su vida a organizar al proletariado a nivel internacional. Fue así cómo bajo, la dirección ideológica y política de Karl Marx nació, la Asociación Internacional de Trabajadores, también conocida como I Internacional. Esta organización proletaria, sin embargo, era amplia, pues en ella estaban reunidos tanto obreros marxistas como obreros de otras doctrinas socialistas, pertenecientes a Europa y Norteamérica. El desarrollo de la lucha de clases, fundamentalmente las revoluciones de 1848 en Francia y Alemania, y luego la Comuna de París (1871), demostró que solo el proletariado podía dirigir la lucha revolucionaria de las masas y que el marxismo era la ideología del proletariado y la única capaz de interpretar el mundo para transformarlo. Esto generó que, al interior de la I Internacional, la lucha de dos líneas se hiciera más abierta y encarnizada: por una parte, los sectores marxistas y, por otra, algunos sectores oportunistas, entre ellos Bakunin, quien para oponerse a los marxistas llegó incluso a buscar la protección del zar Nicolás I, prometiéndole lealtad a su reinado y a Dios, y manifestándole su odio nacionalista a todos los alemanes.
Por su parte, distintos gobiernos de Europa consideraron que era un crimen el estar asociado a la Internacional Socialista. Así fue cómo, ya habiendo hecho el balance de que la tarea de la Internacional estaba cumplida y que al mismo tiempo, mayores luchas requerían de otro tipo de organización, la I Internacional anuncia su disolución en 1876.
Una vez muerto Karl Marx (1883), pero habiéndose extendido el marxismo, su fiel camarada, Friedrich Engels, tuvo la labor de dirigir la reorganización de los partidos socialistas de los distintos países de Europa y parte de Norteamérica. La tarea era dura, el capitalismo vivía un desarrollo que hizo que el oportunismo calara profundo en muchos dirigentes del movimiento obrero, que al ver esta curva ascendente del capitalismo pensaran que este no podría ser derrotado y que a la clase obrera no le quedaba más que ponerse bajo su jurisdicción. Pero, por otro lado, la lucha de los pueblos oprimidos de Asia, África y América Latina despertaba nuevamente con el naciente proletariado de estos países. Engels puso sus últimas fuerzas en la organización del proletariado internacional. El fiel compañero de armas de Marx fallecía en 1895, quedando por delante la tarea de sumar a la organización del proletariado internacional a los obreros de la gran cantidad de colonias y semicolonias.
La bancarrota de la Segunda Internacional
Primera Guerra Mundial Imperialista
A principios del siglo XX, el capitalismo pasó a su fase superior y última: el imperialismo. Fase que se caracteriza porque el capitalismo de la libre competencia se ha convertido en un capitalismo monopólico, parasitario y en descomposición, tal como lo sintetizó magistralmente V. I. Lenin en el libro “El imperialismo, fase superior del capitalismo”.
El capitalismo en su fase imperialista lo que hace es profundizar la opresión y la explotación a la clase obrera de sus países, pero fundamentalmente las naciones del tercer mundo. Va a ser sobre la base de esta gigantesca plusvalía que los Estados imperialistas van a generar dentro de la clase obrera de sus países una aristocracia y burocracia obrera, que es una capa de obreros con condiciones económicamente superiores al resto. Esta elite obrera servirá a los capitales imperialistas como tropa de choque y como contención de la clase en su totalidad. De esta manera, cuando en 1914 las potencias imperialistas se lanzaron a enfrentarse en la Primera Guerra Mundial por el control y saqueo del resto de los países, los partidos socialdemócratas de la II Internacional, en lugar de luchar contra los imperialistas de sus países, declararon que se pondrían del lado de estos, en defensa de la patria. Kautsky, a la cabeza de los oportunistas, intentó convencer al proletariado de que el imperialismo no era tan malo y que podría existir un capitalismo sin despojos ni guerras y una democracia pacífica. A esa altura, la II Internacional estaba en su bancarrota, los avances revolucionarios de las colonias y semicolonias, y principalmente el avance de los revolucionarios bolcheviques en Rusia, demandaban la urgencia de una nueva Internacional, de una internacional revolucionaria, compuesta por la vanguardia de la clase obrera de todos los países del mundo. Era la hora de forjar el camino hacia la Internacional Comunista.

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