jueves, 25 de julio de 2013

La dictadura del proletariado: piedra de toque para comprobar el marxismo verdadero y el falso. Tien Chi-sung .

El presente texto esta tomado del blog Crítica Marxista-Leninista



Piedra de toque para comprobar
el marxismo verdadero y el falso
Tien Chi-sung 

En la prolongada lucha contra el revisionismo de la II Internacional, Lenin persistió, defendió y desarrolló la teoría marxista sobre la dictadura del proletariado. Señaló cristalinamente: “Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista, puede mantenerse todavía dentro del marco del pensamiento burgués y de la política burguesa. Limitar el marxismo a la doctrina de la lucha de clases significa cercenar el marxismo, tergiversarlo, reducirlo a algo aceptable para la burguesía. Sólo es marxista quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o gran) burgués ordinario. Esta es la piedra de toque en la que deben comprobarse la comprensión y el reconocimiento reales del marxismo.” (El Estado y la revolución). Al estudiar las importantes instrucciones del Presidente Mao sobre el problema de la teoría, debemos estudiar a conciencia esta enseñanza de Lenin y hacer un buen trabajo para realizar mejor el movimiento de crítica a Lin Piao y Confucio, combatir y prevenir el revisionismo, consolidar la dictadura del proletariado y prevenir la restauración del capitalismo.

La esencia de la teoría burguesa sobre la lucha de clases 

Lenin señaló que la teoría de la lucha de clases había sido creada por la burguesía antes de Marx. Mucho antes de la aparición del marxismo, historiadores burgueses habían descrito el desarrollo histórico de la lucha de clases y economistas burgueses habían hecho el análisis económico de las clases. A principios del siglo XIX, los historiadores burgueses Thierry, Mignet, Guizot y Thiers, del periodo de la restauración en Francia, indicaron en sus obras históricas que la revolución inglesa del siglo XVII y la revolución francesa del siglo XVIII fueron luchas de clases desatadas por la burguesía contra la aristocracia feudal. Partiendo de la posición burguesa, condenaron los privilegios de la aristocracia feudal y revelaron la inevitabilidad histórica de que la burguesía derribaría la dominación feudal y establecería su propio poder. Entre fines del siglo XVIII y principios del XIX, los economistas burgueses representados por Turgot, de Francia, quien abogaba por dar énfasis a la agricultura, y por Adam Smith y David Ricardo, economistas clásicos de Inglaterra, diferenciaron a las clases en la sociedad conforme a las distintas fuentes de los ingresos económicos de la gente. Señalaron que la sociedad capitalista estaba compuesta de la clase obrera, la clase capitalista y la clase terrateniente. Con su análisis basado sobre tres tipos de ingresos –salarios, ganancias y rentas–, pusieron al descubierto en cierto grado el antagonismo entre los intereses económicos de estas tres clases y expusieron de modo preliminar las causas económicas de las contradicciones de clase y la lucha de clases en la sociedad capitalista. 

La teoría de la lucha de clases, creada por los historiadores y economistas burgueses a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, tenía cierto carácter progresista histórico en su época, pero se basaba en el idealismo histórico. Ellos no entendían que la existencia de las clases va unida a determinadas fases históricas en el desarrollo de la producción y está decidida por las últimas; negaban que fuera necesaria la lucha de clases en la sociedad capitalista y que la lucha de clases sea la fuerza motriz del desarrollo histórico de la sociedad humana. Así que no podían descubrir las leyes del desarrollo de la lucha de clases. Por lo tanto, lo que reconoce la burguesía no es otra cosa que la lucha de clases que ella libra para oponerse a la aristocracia feudal y establecer la dictadura de la burguesía. En cuanto a la lucha de clases realizada por el proletariado contra la burguesía en la sociedad capitalista, ella la considera permisible sólo cuando esta lucha no vaya más allá de los límites permitidos por los intereses de la burguesía. Así, una vez que esta lucha haga daño a los intereses fundamentales de la burguesía, ésta reprimirá cruelmente al proletariado recurriendo a medios violentos. Esto testimonia que la burguesía niega en lo fundamental la lucha de clases que realiza el proletariado para derribar el sistema capitalista, y la dictadura del proletariado. La teoría burguesa sobre la lucha de clases sirve completamente para defender y consolidar la dictadura burguesa y no puede perjudicar en lo más mínimo el sistema capitalista. La “democracia parlamentaria”, la “libertad” y la “igualdad” de que alardea la burguesía son puramente hojas de parra que encubren la naturaleza clasista de la dictadura burguesa y una dosis narcótica encaminada a quebrantar la voluntad revolucionaria de combate del proletariado. 

El marxismo considera que la lucha de clases
conduce necesariamente a la dictadura del proletariado 

El marxismo es la teoría científica de la revolución proletaria. Representa a los intereses fundamentales del proletariado y se diferencia de la teoría burguesa en su naturaleza. El marxismo sostiene que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas en el desarrollo de la producción. Esto significa que las clases no existían desde siempre ni existirán para siempre. Tienen su propio curso histórico de surgimiento, desarrollo y extinción. Las clases, que nacieron junto con la aparición de la propiedad privada de los medios de producción, se eliminarán con la llegada de la sociedad comunista. Y en una sociedad de clases, las clases antagónicas entablan inevitablemente una lucha a muerte debido a sus intereses políticos y económicos diametralmente opuestos. Esta lucha de clases es la fuerza motriz que promueve el desarrollo histórico de la sociedad de clases. Esto es así tanto para la sociedad esclavista y la sociedad feudal como para la sociedad capitalista. De acuerdo con las leyes de desarrollo que rigen la lucha de clases, Marx analizó las contradicciones fundamentales de la sociedad capitalista y sacó la famosa conclusión de que “la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado. (Marx a J. Weydemeyer). El marxismo considera que la cruel explotación del trabajo asalariado por parte del capital y el desarrollo de las grandes industrias capitalistas han dado nacimiento al proletariado, la clase revolucionaria más grande en la historia de la humanidad. La misión histórica del proletariado consiste no sólo en derrocar la dominación burguesa, sino en eliminar a todas las clases y todos los sistemas de explotación y realizar finalmente el gran ideal del comunismo. Esta es la condición indispensable para la completa emancipación del proletariado. Con miras a cumplir esta gran misión histórica, el proletariado debe llevar a cabo una revolución violenta, destruir por completo el aparato estatal de la burguesía y establecer la dictadura del proletariado, utilizar esta dictadura como arma poderosa, llevar hasta el fin la lucha de clases contra la burguesía y preparar las condiciones para la realización del comunismo.


De aquí se ve que el marxismo no sólo reconoce la lucha de clases, sino que la combina estrechamente con la teoría de la dictadura del proletariado. La teoría marxista de la lucha de clases es parte inalienable de la teoría marxista de la dictadura del proletariado. Al referirse a la lucha de clases antes de conquistado el Poder político, los marxistas tienen por objetivo mostrar que es inevitable y necesario que el proletariado tome el Poder mediante las armas y establezca la dictadura proletaria. Al hablar de la lucha de clases después de conquistado el Poder, los marxistas tienen por objetivo consolidar y fortalecer la dictadura del proletariado, llevar hasta el fin la revolución socialista y, finalmente, eliminar las clases. La diferencia fundamental entre el marxismo y la teoría burguesa no reside en reconocer o no la lucha de clases, sino en reconocer o no la dictadura del proletariado. La teoría de la dictadura del proletariado es la quintaesencia del marxismo, y también un signo básico por el cual el marxismo se diferencia de todas las demás teorías burguesas. Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista, puede mantenerse todavía dentro del marco del pensamiento burgués y de la política burguesa. Sólo es un marxista quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado 

Los revisionistas traicionan la dictadura del proletariado 

Reconocer u oponerse a la dictadura del proletariado constituye una línea divisoria entre el marxismo y el revisionismo. Siendo agentes de la burguesía dentro del partido político del proletariado, los revisionistas ostentan la bandera del marxismo para oponerse a la esencia revolucionaria del marxismo. Son renegados de este último. La expresión de su traición al marxismo está concentrada en su oposición a la dictadura del proletariado, que es un problema de importancia fundamental. Los revisionistas de la II Internacional con Kautsky como su representante, tergiversaron el marxismo desde el ángulo oportunista. Limitando el marxismo a la teoría de la burguesía sobre la lucha de clases, Kautsky separó la dictadura del proletariado de la lucha de clases y contrapuso la una a la otra. Pregonó que el punto más esencial de la teoría marxista es la lucha de clases y no la dictadura del proletariado. Atacó además a la dictadura del proletariado diciendo que ésta “elimina la democracia” y es una “tiranía”. Abogó por “conquistar el Poder del Estado ganando la mayoría en el parlamento”, se opuso a la revolución violenta, “circunscribió el terreno del reconocimiento de la lucha de clases al terreno de las relaciones burguesas” (Lenin, El Estado y la revolución) y negó la inevitabilidad objetiva del establecimiento de la dictadura del proletariado. Después del triunfo de la Revolución de Octubre, el propio Kautsky, quien había clamado que el punto más esencial de la teoría marxista era la lucha de clases, dio un viraje de 180 grados, haciendo todo lo posible para negar la existencia de las clases y la lucha de clases en la Unión Soviética después de la Revolución de Octubre. Dijo disparatadamente que “los capitalistas y los grandes terratenientes ya no existen como clases después de ser expropiados” y que “una vez perdido su Poder, obedecerán de buena fe a la mayoría proletaria”. Al actuar así, pregonó abiertamente la teoría de la extinción de la lucha de clases y negó que sea indispensable la dictadura del proletariado sobre la burguesía. Por eso, Lenin censuró a Kautsky calificándolo de “un modelo de tergiversación del marxismo, del que de hecho se reniega ignominiosamente, aunque se le acate hipócritamente de palabra. (El Estado y la revolución). 

Heredando el manto de Kautsky, la camarilla revisionista soviética niega la existencia de la lucha de clases en el periodo del socialismo. Para encubrir su dictadura burguesa, dictadura fascista, vocifera que “ya no es necesaria en la Unión Soviética la dictadura del proletariado” y da publicidad a la falacia del “Estado de todo el pueblo”. Esto constituye una traición descarada e ignominiosa a la dictadura del proletariado. Va más lejos que su antecesor Kautsky. Liu Shao-chi y Lin Piao también entonaron las mismas cantinelas. Pregonaron a los cuatro vientos las falacias revisionistas tales como la teoría burguesa de la naturaleza humana, la teoría de la extinción de la lucha de clases y la teoría de las fuerzas productivas, teorías todas en contra de la dictadura del proletariado. Al pregonar a más no poder la doctrina de Confucio y Mencio, Lin Piao y su pandilla vociferaron que “quien se apoya en la virtud prosperará; quien se apoya en la fuerza perecerá” y disparataron que “si dos partes luchan entre sí, nace la hostilidad; si están en paz, llega la amistad”, oponiéndose frenéticamente a la lucha del proletariado contra la burguesía e intentando vanamente liquidar la dictadura del proletariado. 

En su “Esquema de la ‘obra 571’”, plan destinado a montar un golpe de Estado armado contrarrevolucionario, Lin Piao y sus seguidores atacaron malignamente a la dictadura del proletariado de nuestro país calificándola de “autocracia feudal”; maldijeron rechinando los dientes que la máquina estatal de la dictadura del proletariado es una “máquina moledora de carne”. Formularon amargas quejas a favor de todos los enemigos de clase que habían sido derribados por el puño de hierro de la dictadura del proletariado, clamando en el esquema por liberarlos a todos políticamente. Todo esto muestra que no se detienen ante nada para descargar su odio inveterado hacia la dictadura del proletariado. A fin de cuentas, la traición a la dictadura del proletariado es la característica común más esencial de todos los revisionistas, desde Kautsky y la camarilla renegada revisionista soviética hasta Liu Shao-chi y Lin Piao, por mucho que cambiaran de tácticas. Antes de que el proletariado conquiste el Poder, los revisionistas limitan el marxismo a la teoría de la lucha de clases y se oponen al establecimiento de la dictadura del proletariado; después de la toma del Poder por parte del proletariado, niegan la lucha de clases y se oponen a que el proletariado ejerza su dictadura sobre la burguesía. Precisamente como dijo Lenin al criticar a Kautsky, “el oportunismo no extiende el reconocimiento de la lucha de clases precisamente a lo más fundamental, al periodo de transición del capitalismo al comunismo, al periodo de derrocamiento de la burguesía y de completa destrucción de ésta” (El Estado y la revolución). El revisionismo es el enemigo mortal de la dictadura del proletariado. 

La teoría marxista de la dictadura del proletariado ha sido creada y desarrollada en el curso de la lucha contra el revisionismo y las tendencias ideológicas burguesas de toda índole. En el curso de combate que recorrieron para crear la teoría marxista, Marx y Engels siempre prestaron suma importancia a la teoría de la dictadura del proletariado. En su lucha contra el revisionismo de la II Internacional, Lenin persistió en la teoría marxista sobre la dictadura del proletariado y desarrolló el marxismo llevándolo a la etapa del leninismo. Al dirigir a todo el Partido en la lucha contra el revisionismo dentro y fuera del país, el gran líder del pueblo chino el Presidente Mao ha heredado, defendido y desarrollado la teoría de la dictadura del proletariado, ha planteado la doctrina de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado y ha trazado para el Partido una línea básica en toda la etapa histórica del socialismo. Después de la fundación de la Nueva China, el Presidente Mao ha iniciado y dirigido una serie de movimientos políticos, especialmente la Gran Revolución Cultural Proletaria y el movimiento de crítica a Lin Piao y Confucio, resolviendo así en la teoría y práctica el problema de cómo consolidar la dictadura del proletariado y prevenir la restauración del capitalismo. 
 
La experiencia histórica del movimiento comunista internacional y la lucha entre las dos líneas dentro del partido nos dicen: El problema de la dictadura del proletariado ha sido siempre un foco de la lucha entre el marxismo y el revisionismo; reconocer u oponerse a la dictadura del proletariado constituye la piedra de toque para comprobar el marxismo verdadero y el falso. Sólo es un marxista auténtico quien reconozca la dictadura del proletariado. Para persistir en la dictadura del proletariado, los miembros del Partido Comunista y los revolucionarios deben comprender la teoría del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung sobre la dictadura del proletariado; y para asimilar esta teoría se requiere estudiar a conciencia esta teoría. El Presidente Mao ha señalado recientemente: “¿Por qué Lenin hablaba de la necesidad de ejercer la dictadura sobre la burguesía? Este problema es preciso tenerlo claro. La falta de claridad al respecto conducirá al revisionismo. Hay que hacerlo saber a toda la nación”. Actuando de acuerdo con esta enseñanza del Presidente Mao, el pueblo de todo el país está estudiando concienzudamente la teoría de la dictadura del proletariado con el fin de aumentar su capacidad de distinguir el marxismo auténtico del falso y persistir en llevar hasta el fin la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. 
Eruditos burgueses
sobre las clases y la lucha de clases
Material de referencia 

En su carta a Weydemeyer fechada el 5 de marzo de 1852, Marx dijo: “Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto el desarrollo histórico de esta lucha de las clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas”. 

Descripciones de historiadores burgueses

Los historiadores burgueses a que se refirió Marx eran principalmente Guizot, Thierry y Mignet en el periodo de restauración de los Borbones de Francia tras la caída de Napoleón. Para satisfacer las necesidades de la lucha de la burguesía contra la clase terrateniente feudal a comienzos del siglo XIX, estos historiadores describieron el desarrollo histórico de la lucha de clases desde el ángulo burgués. Al mismo tiempo que reconocían la existencia de la lucha de clases y el derecho del tercer estado de derribar a la aristocracia feudal, negaban las contradicciones existentes en el seno del tercer estado y la necesidad de la lucha del proletariado contra la burguesía. Las obras principales de Guizot fueron Historia de la revolución inglesa, Historia de la civilización en Europa e Historia de la civilización en Francia; las de Thierry, Diez años de estudios históricos, Ensayo sobre la historia de la formación y progreso del tercer estado e Historia de la conquista de Inglaterra por parte de los normandos, y la de Mignet, Historia de la revolución francesa. 

Guizot se dedicó al estudio de la época después de la caída del Imperio Romano y declaró que las relaciones agrarias eran el fundamento de la historia. Dijo “A fin de comprender las instituciones políticas, debemos estudiar los diversos estratos existentes en la sociedad y sus relaciones mutuas. A fin de comprender estos diversos estratos sociales, debemos conocer la naturaleza y las relaciones de la propiedad de la tierra”. “Las formas de gobierno” eran, en su opinión, determinadas por la “condición civil del hombre” y las relaciones de propiedad eran la causa de la lucha de clases. Aunque aprobaba entusiastamente la lucha de clases librada por la burguesía contra la aristocracia feudal, temía mortalmente la lucha de clases que realizaba el proletariado contra la burguesía. Luego de la rebelión del proletariado parisiense en junio de 1848, Guizot escribió en su obra Sobre la democracia: “¡Paz domestica, paz entre los ciudadanos de las diversas clases y paz social! ¡Esta es la demanda más apremiante de Francia, ésta es la voz de la salvación!”. Al hacer lo imposible por probar que todas las clases existentes en Francia eran elementos naturales y de origen profundo en la sociedad francesa, tenía por objetivo crear una base teórica para la eliminación de la lucha del proletariado contra la burguesía. 

Thierry presentó la historia de la revolución inglesa como una historia de la lucha de la burguesía contra la nobleza. Dijo: Durante la primera revolución burguesa en Inglaterra en el siglo XVII, “los ejércitos se estuvieron agrupando, uno en nombre de la haraganería y la autoridad, el otro en nombre del trabajo y la libertad. Todos los haraganes, sea cual fuere origen, todos los que buscaban en la vida sólo el disfrute, asegurado sin el trabajo, se reunieron bajo la bandera real, defendiendo los intereses similares a sus propios intereses; y al contrario, los de los descendientes de los antiguos conquistadores, que entonces se ocupaban de la industria, ingresaron al partido de los comunes”. Percibiendo que la lucha entre la facción presbiteriana y la facción católica era una lucha que los partidos políticos llevaban a cabo por los intereses de las diversas clases respecto a su propiedad, escribió: “Para ambas partes la guerra fue desatada por sus intereses positivos. Cualquier otra cosa era externa o un pretexto”. 

            Similarmente, Thierry se opuso también a la lucha del proletariado contra la burguesía. A su juicio, los intereses clasistas del proletariado eran estrechos, mientras los del tercer estado eran amplios; porque el tercer estado abarcaba a toda la nación menos la nobleza y el clero. Sostuvo que las consecuencias derivadas de la lucha de clases de la burguesía eran buenas, en cambio la lucha del proletariado contra la burguesía destruía completamente la seguridad social. Marx hizo una excelente exposición y crítica de este punto de vista de Thierry cuando dijo en una carta a Engels: “Es notable cómo se indigna en su prefacio este caballero, el padre de la ‘lucha de clases’ en la historiografía francesa, por las ‘nuevas personas’, quienes ven ahora un antagonismo entre la burguesía y el proletariado y claman por detectar las trazas de este antagonismo incluso en la historia del tercer estado anterior a 1789. Él gasta muchas energías en probar que el tercer estado incluye a todos los rangos y estados sociales excepto la nobleza y el clero, y que la burguesía desempeña su papel como representante de todos estos elementos.”  

Analizando la causa de la revolución francesa de 1789, Mignet concluyó que ella residía en los diferentes intereses materiales de las diversas clases en la sociedad. Al exponer el hecho de que las luchas entre los diversos tipos de partidos políticos durante la revolución daban expresión a las contradicciones de los intereses de las diversas clases, dijo: Los intereses de la aristocracia se oponían a los del partido nacional. Y los nobles y el clero superior que formaban la derecha en la Asamblea, siempre combatían a este partido excepto en algunos días de alta excitación. Mantuvo que la historia entera de la revolución francesa servía para explanar la fórmula del progreso de la sociedad civilizada: los cambios atacan los intereses, los intereses derivan partidos y los partidos inician combates. Hostil a las acciones revolucionarias de la Comuna de París, Mignet calumnió la lucha de los pequeños artesanos, los aprendices y los obreros contra la burguesía como acciones temerarias de los plebeyos. Esto desenmascaró plenamente su posición burguesa. 


Análisis de las clases por economistas burgueses 

Los economistas burgueses mencionados por Marx eran principalmente el fisiócrata francés Turgot y los economistas clásicos ingleses Adam Smith y David Ricardo. Turgot sostuvo que la labor agrícola era la única fuente de toda la riqueza y la base natural y el prerrequisito para la operación independiente de todas las demás formas de trabajo. Su obra principal es Reflexiones sobre la formación y la distribución de las riquezas. Smith y Ricardo fundaron y completaron el sistema de la economía política británica. El primero, cuya obra principal es Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, por primera vez elucidó sistemáticamente el contenido esencial de la economía política. El segundo, después de Smith, explicó los dominios principales de la economía política, pero no adquirió una comprensión clara del doble carácter del trabajo, confundió el valor con el precio de costo y la fuerza de trabajo con el trabajo, y no logró revelar la esencia de la plusvalía. Su obra principal es Principios de la economía política y la tributación. 

Antes de Turgot, el fundador de la fisiocracia, Quesnay, dividió las clases en la sociedad en tres categorías a saber: la clase productiva, la clase de propietarios de tierra y la clase no productiva. Los fisiócratas opinaron que el trabajo agrícola era la base natural y el prerrequisito para la operación independiente de todas las otras formas de trabajo y que, por lo tanto, únicamente los productores agrícolas eran la clase productiva y los productores industriales no lo eran. Con una mayor comprensión de la estructura de clases de la sociedad capitalista, Turgot aceptó y suplementó los puntos de vista de Quesnay. Dividió a la clase productiva en obreros agrícolas y capitalistas agrícolas y a la clase no productiva en obreros y capitalistas industriales. Sobre esta base explicó qué era el capitalista y qué era el obrero asalariado. Dijo que los empresarios manufactureros y los maestros artesanos, todos los propietarios de considerable capital, lo transforman en valor por medio de pagos adelantados para hacer trabajar a otros. Consideró al obrero asalariado como “el trabajador puro que tiene solamente sus manos y su laboriosidad, no tiene nada a menos que logre vender su trabajo a otros”. 

Dando un gran paso adelante en la cuestión de la diferenciación de clases en comparación con los fisiócratas, Smith, por primera vez en la historia de la economía política, describió de manera relativamente correcta la estructura de clases en la sociedad capitalista, opinando que en la sociedad civilizada, los terratenientes, los obreros y los capitalistas eran las tres clases básicas que formaban la sociedad. Hizo una distinción entre tres tipos de ingresos básicos, es decir, renta, salario y ganancia, los cuales correspondían a las tres clases. Todos estos tres tipos de ingresos integraban el ingreso nacional total, mientras el resto de los ingresos se derivaba finalmente del ingreso de las tres clases básicas. Smith sostuvo que de los tres tipos de ingresos básicos en la sociedad capitalista, sólo el salario era ingreso del trabajo. Partiendo del concepto de que el valor estaba determinado por el trabajo consumido, sostuvo que la ganancia era el valor creado por los obreros asalariados a través de su trabajo no pagado. Consideró la ganancia como resultado de la separación entre los productores que participaban directamente en la producción y sus condiciones de trabajo, y como resultado de la oposición entre las condiciones de trabajo como capital y los trabajadores, y sostuvo que la fuente de la ganancia era el excedente del valor creado por el trabajo de los obreros luego de restar la parte del valor pagado como su salario. Por eso Marx señaló: “Él [Adam Smith] ha reconocido el verdadero origen de la plusvalía” (Teorías de la plusvalía). 

 Igual que Smith, Ricardo señaló que la sociedad capitalista estaba compuesta de la clase obrera, la clase capitalista y la clase terrateniente, y que el salario, la ganancia y la renta eran tres tipos de ingresos básicos. Tomando la posición burguesa, Ricardo por una parte consideró las relaciones capitalistas como las únicas relaciones naturales racionales y eternas y por la otra no pudo sino admitir que el modo de producción capitalista estaba basado sobre la confrontación de los intereses de las diversas clases. Investigó la correlación entre la renta, la ganancia y el salario. A sus ojos, a la baja de la renta y el salario corresponde el aumento de la ganancia; cualquier cosa que cause un incremento del salario del trabajo tiende a bajar la ganancia del capital. 

Refiriéndose a que Ricardo tomaba el valor del trabajo como la base para comprender las relaciones intrínsecas del modo de producción capitalista, Marx dijo: “Estrechamente ligado con este merito científico está el hecho de que Ricardo expone y describe la contradicción económica entre las clases, como lo muestran las relaciones intrínsecas, y de que, en consecuencia, la economía política percibe, descubre la raíz de la lucha y del desarrollo históricos” (Teorías de la plusvalía). 

¿Por qué los eruditos burgueses
podían reconocer la lucha de clases? 

Hacia fines de la sociedad feudal y durante un periodo posterior al nacimiento de la sociedad capitalista, la burguesía efectuó una lucha prolongada y violenta para destruir las relaciones feudales de producción y la dominación reaccionaria de la clase terrateniente feudal, reprimir la resistencia y las actividades restauracionistas de la clase terrateniente derribada, establecer y consolidar la dictadura de la burguesía y desarrollar las relaciones capitalistas de producción. Para adecuarse a las necesidades políticas de la burguesía durante este periodo y exponer el reemplazo inevitable del feudalismo por el capitalismo y el de la dominación de la clase terrateniente feudal por la dominación burguesa, los historiadores burgueses describieron el desarrollo histórico de la lucha de clases y los economistas burgueses hicieron análisis económicos de las diversas clases. La teoría de la lucha de clases creada por estos eruditos estaba, en esencia, destinada a defender el sistema capitalista. Por lo tanto, cuando las contradicciones entre el proletariado y la burguesía se hacían cada vez más agudas, ellos negaban invariablemente la inevitabilidad de las contradicciones y la lucha entre las dos clases. 

Ya que la teoría de la lucha de clases de los eruditos burgueses está basada en el idealismo histórico, no podían comprender que la existencia de las clases es un fenómeno histórico, que va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción y que está determinada por el desarrollo de la producción. Negaban la necesidad de la lucha de clases en la sociedad capitalista y la necesidad de la lucha del proletariado contra la burguesía y no podían comprender correctamente que la lucha de clases es la fuerza motriz del desarrollo histórico de la sociedad desde la desintegración de la sociedad primitiva, ni descubrir la ley objetiva del desarrollo de la lucha de clases. 

Marx dijo: “En cuanto a mí, no me cabe el mérito de haber descubierto ni la existencia de las clases en la sociedad moderna ni su lucha entre sí”. “Lo nuevo que yo he aportado ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la dictadura del proletariado; 3) que esta dictadura no constituye de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases. En el Estado y la revolución Lenin señaló: “En estas palabras, Marx consiguió expresar de un modo asombrosamente claro dos cosas: primero, la diferencia fundamental y cardinal entre su doctrina y las doctrinas de los pensadores avanzados y más profundos de la burguesía, y segundo, la esencia de su teoría del Estado”. 

Fuente: Pekín Informa del 21 de mayo de 1975.

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