martes, 3 de septiembre de 2013

DICTADURA, CLASE, FASCISMO Y DEMOCRACIA. Un articulo del compañero M. Alonso.





DICTADURA, CLASE, FASCISMO Y DEMOCRACIA.
Miguel Alonso.

La cuestión de la definición del fascismo como la forma predomínate de dominio burgués en el imperialismo, es una errónea teoría difundida a partir del VII Congreso de la Internacional Comunista en la que se establece la línea política de los frentes populares impulsada por G. Drimitov.
No es el objeto de este artículo la crítica de esta línea derechista instaurada en la Internacional Comunista, son apuntes para desarrollar la crítica de la anti-marxista teoría del fascismo como forma principal del dominio burgués en la fase imperialista del capitalismo.
Lenin definió perfectamente esta etapa y en ninguno de sus escritos refiere tal conclusión y es sin duda una de las grandes aportaciones del leninismo su exhaustivo análisis del imperialismo.  
Dimitrov con el concurso de otros derechistas* elaboraron esta teoría anti-leninista para justificar la deriva de conciliación de clases y liquidación de la línea revolucionaria. La misma que plantea el parlamentarismo burgués como una forma benigna o auténticamente democrática del poder burgués.
Afirmaba Dimitrov:
“En unos países, principalmente allí, donde el fascismo no cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha entre los distintos grupos en el campo de la propia burguesía fascista es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar con el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la socialdemocracia, cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudiza de un modo especial su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo.”
Este errado análisis de fascismo aún es mantenido por destacamentos que en el Estado español, se definen como comunistas, incluso algunos de probados sacrificios golpeados duramente por sus acciones armadas.
La llamada “transición democrática” fue una nueva traición de los revisionistas del P”C”E de Carrillo y su camarilla, respaldada por la socialdemocracia alemana y el imperialismo yankee, eso es cierto, como también lo es, la derrota de las fuerzas populares mas consecuentes, no solo por la línea hegemónica de los revisionistas, también y principalmente por sus propias contradicciones y limitaciones. Ahora bien, esto no significa que vivamos en una dictadura fascista. Si vivimos en una dictadura, pero en “dictadura democrática” de la burguesía. Por mucho que la restauración borbónica se realizara de la mano de Franco y que el Borbón sea un reaccionario, la dictadura burguesa en el Estado español tiene todos los elementos del resto de democracias burguesas, con las características propias y los límites del “consenso” protagonizado en los años 70. La división de poderes, formulada por Montesquieu en 1749, base de la supuesta legitimidad democrática burguesa, está presente en la llamada Constitución de l978.
Considerar la forma parlamentaria republicana como un mal menor o más democrática no deja de ser oportunismo. En Portugal, una republica la dictadura fascista de Caetano fue barrida una “revolución” controlada por los militares y los revisionistas de Cunhal y su Constitución sirve al mismo objetivo de atomizar y oprimir a las clases populares.
¿O acaso piensan que la Republica Federal Alemana, Francia o el Reino Unido son más democráticos?
Recordemos que en la antigua RFA, tras la parodia de la des-nazificacion, se integraron todos, o casi todos, los criminales de guerra a la vida pública o la prohibición del histórico partido comunista KPD desde 1956.
En Francia, cuna de la Revolución burguesa, el Estado no ha dudado en torturar y masacrar a indochinos, argelinos u opositores.
Y qué decir, o qué no decir, de los métodos democráticos de los imperialistas ingleses. Recordemos al Sir Harold Briggs creador de las aldeas estratégicas, auténticos campos de concentración cercados de alambradas, torres de vigilancia étc… para combatir la guerra popular Malaya o el más reciente Bloody Sunday en el Ulster.
La represión autoritaria, incluso el estado policial, son formas de ejercer el dominio de la burguesía en el marco de su Estado “democrático” pero no necesariamente es fascismo.
Como conclusión hay que recordar que el fascismo es un estado totalizante, corporativo, sin partidos políticos operativos, en el que la pequeña burguesía juega un papel principal en un Estado que bajo la ficción de “comunidad nacional” busca ocultar la lucha de clases movilizando a sectores del proletariado en su favor mientras que la oligarquía financiera ejerce su poder de forma enmascarada.

*Palmiro Togliatti, Maurice Thorez, Jacques Duclos, Dolores Ibarruri, etc.…

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