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Las habituales salvajes actuaciones de la policia española habían motivado que seis miembros de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) vengan a España para comprobar cuanto de democráticas son realmente las fuerzas de seguridad de nuestro pais, con motivo de la manifestación "Jaque al Rey" contra la monarquía franquista, pero el gobierno, anticipándose a la constatación, los ha invitado a salir del pais para, probablemente, que no se esfuercen en comprobar lo que todo el mundo sabe. La OSCE ha emitido una dura nota de queja en la que ve con preocupación "las intenciones que puedan tener mañana las autoridades".
No se entiende qué esperarían los observadores de la OSCE. El rey, como todo el sistema político-económico español, es pura continuidad del franquismo, y en la actualidad se respetan los derechos de los trabajadores españoles y de cualquiera que ose protestar contra el entramado mafioso-político de la misma manera que entonces: con desprecio y violencia. De hecho, el rey y su familia son el mayor representante y ejemplo de un sistema donde el dispendio del erario publico, la corrupcción y la desverguenza son la caracteristica principal de sus altos cargos y gobernantes.
Se trata, no obstante, de algo que no es nuevo, pues el propio Juan Carlos de Borbón dejaba claro cuando era un príncipe fascista, mano derecha del asesino sanguinario que masacró a los españoles durante cuatro décadas, su admiración y su respeto por el genocida, al que siempre (incluso está claro que también ahora) tuvo de modelo.
Lo peor es que seguramente, tal y como sucedió con Francisco Franco, su heredero terminará muriendo en su cama sin que se haya hecho justicia por todos sus crímenes.
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