Tal como estaba previsto, el 28 de Mayo fue proclamada por la Asamblea Constituyente, en su primera reunión, la República Democrática Federal de Nepal.
Este importante e histórico hecho es un paso decisivo de la Revolución Democrática.
Revolución Democracia que tendrá que enfrentar cuestiones como la de que clases detentaran el poder o el destino del ejercito reaccionario.
Estamos seguro que el Partido Comunista de Nepal (maoísta), bajo la dirección del camarada Prachanda, enfrentara las mismas con la decisión y coraje que les llevo a iniciar la Guerra Popular en 1996, cumpliendo ahora con el amplio sentir popular expresado en la elecciones de Abril.
Nos unimos a las masas populares y al PCN (m) en el jubilo de esta celebración del fin de la monarquía feudal.
viernes, 30 de mayo de 2008
Encuentro de los comunistas vascos
Nota informativa tomada de la pagina comunista de Euskadi, Kimetz.
Felicitamos a los camaradas vascos por su trabajo contra-corriente para la construcción de un autentico Partido Comunista Revolucionario.
Exitoso encuentro de organizaciones comunistas vascas convocado por el EHAKI.
Kimetz Kolektiboa
El Comunismo Revolucionario Vasco ha dado un importante paso en la constitución del partido que guíe el proceso revolucionario en Euskal Herria. El Euskal Herriko Alderdi Komunista Iraultzailea (EHAKI) ha presentado, este fin de semana en Iruñea, sus propuestas centradas en la cuestión nacional y como se debe enfocar el trabajo revolucionario en la Euskal Herria actual. Estas propuestas se enmarcan dentro de su II Conferencia de Estrategia y Táctica revolucionaria.
El encuentro, que contó con la presencia de distintas organizaciones comunistas y con personas que acudieron a título individual, dispuso de un apasionante debate sobre cual es la naturaleza y el marco de actuación de la organización comunista revolucionaria vasca.Entre los acuerdos adoptados, cabe destacar la apuesta por dar un mayor impulso al Eusko Bilgune Komunista (EBK) como punto de encuentro entre comunistas vascos y el relanzamiento de las relaciones bilaterales entre organizaciones.
Kimetz Kolektiboa estuvo presente en dicho encuentro y lanzó la propuesta de colaboración entre todos los comunistas de Euskal Herria. Puso a disposición de todos ellos su publicación digital para que sirva como referencia de los avances que en la constitución de un partido revolucionario para nuestro pueblo se están llevando adelante. Además, adelantó su intención de dar “el salto a papel” de dicha publicación en un fututo no muy lejano.
El EHAKI manifestó su intención de realizar una amplia campaña en la que explicar sus posiciones y aglutinar fuerzas en torno a la constitución del Partido Comunista Revolucionario que guié el proceso revolucionario vasco y sirva de base de apoyo para otros procesos revolucionarios. Dicha campaña contará con reuniones con distintos grupos comunistas, tanto de Euskal Herria como del exterior, así como reuniones con distintos agentes políticos y sociales vascos. Además contará con un amplio despliegue de propaganda, la edición de los materiales aprobados y charlas informativas en distintas localidades de nuestro territorio.
Felicitamos a los camaradas vascos por su trabajo contra-corriente para la construcción de un autentico Partido Comunista Revolucionario.
Exitoso encuentro de organizaciones comunistas vascas convocado por el EHAKI.
Kimetz Kolektiboa
El Comunismo Revolucionario Vasco ha dado un importante paso en la constitución del partido que guíe el proceso revolucionario en Euskal Herria. El Euskal Herriko Alderdi Komunista Iraultzailea (EHAKI) ha presentado, este fin de semana en Iruñea, sus propuestas centradas en la cuestión nacional y como se debe enfocar el trabajo revolucionario en la Euskal Herria actual. Estas propuestas se enmarcan dentro de su II Conferencia de Estrategia y Táctica revolucionaria.
El encuentro, que contó con la presencia de distintas organizaciones comunistas y con personas que acudieron a título individual, dispuso de un apasionante debate sobre cual es la naturaleza y el marco de actuación de la organización comunista revolucionaria vasca.Entre los acuerdos adoptados, cabe destacar la apuesta por dar un mayor impulso al Eusko Bilgune Komunista (EBK) como punto de encuentro entre comunistas vascos y el relanzamiento de las relaciones bilaterales entre organizaciones.
Kimetz Kolektiboa estuvo presente en dicho encuentro y lanzó la propuesta de colaboración entre todos los comunistas de Euskal Herria. Puso a disposición de todos ellos su publicación digital para que sirva como referencia de los avances que en la constitución de un partido revolucionario para nuestro pueblo se están llevando adelante. Además, adelantó su intención de dar “el salto a papel” de dicha publicación en un fututo no muy lejano.
El EHAKI manifestó su intención de realizar una amplia campaña en la que explicar sus posiciones y aglutinar fuerzas en torno a la constitución del Partido Comunista Revolucionario que guié el proceso revolucionario vasco y sirva de base de apoyo para otros procesos revolucionarios. Dicha campaña contará con reuniones con distintos grupos comunistas, tanto de Euskal Herria como del exterior, así como reuniones con distintos agentes políticos y sociales vascos. Además contará con un amplio despliegue de propaganda, la edición de los materiales aprobados y charlas informativas en distintas localidades de nuestro territorio.
martes, 27 de mayo de 2008
Declaración del Frente Revolucionario del Pueblo (mlm)
EL PUEBLO BOLIVIANO DEBE LUCHAR PARA
CONSTRUIR EL CAMINO REVOLUCIONARIO
Frente Revolucionario del Pueblo
Bolivia, mayo de 2008
El pueblo boliviano, explotado y oprimido, tiene la imperiosa tarea de construir su
propio proyecto revolucionario, libre de caudillos y de posiciones revisionistas que
han desviado históricamente la lucha emancipadora de los pobres.
La acción de la burguesía compradora y terratenientes
Luego de la llegada de Evo Morales al gobierno, la burguesía compradora aliada a
los terratenientes se atrincheró en su proyecto de autonomías departamentales con el
fin de tener el control estatal regional y los recursos naturales de esas zonas. Los
autodenominados “media luna” se han esforzado por hacer “coincidir”, su proyecto
regional de lucha contra el centralismo, con las demandas populares de buscar una
atención a sus necesidades de parte del Estado, y bajo esta cortina pretenden
encubrir su reaccionario plan de continuar reproduciendo la feroz explotación
terrateniente y capitalista.
Si bien es cierto que el centralismo del Estado ha generado problemas a los nueve
departamentos del país, donde históricamente la inversión en infraestructura
caminera, de comunicación, en “servicios” (salud, educación, etcétera) no ha
llegado, la burguesía compradora y los terratenientes usan esto como pretexto para
exacerbar las contradicciones con el gobierno reformista del MAS. La división entre
centralismo y regiones, además, tiene que ver con el desarrollo de las burguesías de
cada país y no es un designio político sin base económica.
La burguesía compradora es una clase formada por banqueros que a la vez son
industriales, dueños de medios de comunicación, grandes comerciantes y
terratenientes (Marinkovic es dueño de más de 70 mil hectáreas, una empresa de
aceites y un banco), ligados al mercado exterior y por tanto con lazos importantes
con el imperialismo. Esa clase fue la abanderada del D.S. 21060 o el llamado
neoliberalismo. Ellos ejercen una explotación semifeudal en sus zonas de influencia
que se ejecuta bajo diferentes nombres (zafra, habilito, comunidades cautivas,
etcétera; en esencia servidumbre) y es socapada con una supuesta actividad
“agroindustrial”. Son aliados del capital transnacional al cual defienden a capa y
espada, hecho que les permite un espaldarazo del imperialismo yanqui en sus
proyectos políticos. Así ejercen un control poderoso sobre las clases oprimidas y
logran coyunturalmente arrastrarlas tras su proyecto de “desarrollo”.
Para defender estos intereses en esta coyuntura, requieren del control total de la
administración regional y departamental, que dispute al gobierno sus atribuciones de
manejo político, económico y social. Los proyectos de estatutos autonómicos
apuntan en esa dirección, fortalecimiento de las elites regionales en el manejo de
gobiernos regionales a través de un gobernador.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) con su programa burgués burocrático
Frente al pueblo que exige la expulsión de las transnacionales por saquear los
recursos naturales y monopolizar industrias, el gobierno del MAS ejecuta su política
de comprarles acciones para tener en esas empresas el 50% más un título y vende la
mentira de que ahora el Estado maneja el negocio estratégico. Frente a los
campesinos y pueblos oprimidos que exigen dotación de tierras, el gobierno del
MAS respeta la propiedad de los latifundistas, admite a los grupos armados de estos
gamonales, se ofende (no hace nada más) por las relaciones de servidumbre
(semifeudalidad) en las que se mantienen a grupos de campesinos y promete
distribuir tierras públicas a los sin tierra después de recontar las propiedades del
Estado, hecho que ha suspendido para no molestar a los terratenientes. Lo que sí
ejecuta con eficacia es la movilización de masas principalmente campesinas, como
carne de cañón, para enfrentar a sus opositores y luego dejarlos a merced de las
bandas fascistas que terminan masacrando a estos sectores movilizados.
Frente al pueblo que es azotado por la inflación reductora de los salarios mes tras
mes, el gobierno del MAS impone medidas paliativas y de corto plazo, un aumento
salarial paupérrimo y se convierte en comerciante comprando alimentos (harina,
arroz, etcétera) del mercado exterior, con el consiguiente desincentivo a los
pequeños productores.
Ante la necesidad de más de 40 mil pequeños campesinos de obtener apoyo para
producir, el gobierno del MAS responde dando créditos bancarios a mil pequeños
campesinos en el típico camino de apoyo financiero ya fracasado con las ex
Corporaciones de Desarrollo, Bancos mineros, ganaderos, de fomento, etcétera. Pero
en este proceso los campesinos pobres (la gran mayoría) se llevan la peor parte
porque no tienen acceso a ningún crédito y cada cual por su cuenta lucha para
sobrevivir en un contexto de fiera competencia; este sector de campesinos pobres es
el que termina en los talleres de costura y granjas ilegales de Brasil, Argentina,
España y otros lugares sometidos a una explotación atroz e inhumana.
Con la inflación y a pesar del dinero que ingresa al país por regalías e impuestos, los
desempleados no han dejado de crecer en número. El gobierno del MAS ha
respondido a esto con la “novedad” del empleo de emergencia (PLANE, PROPAÍS,
etcétera) que sólo garantiza empleos temporales, insuficientes en número, con total
inseguridad laboral y sin ningún beneficio social para los obreros. Eso sí ofrece
como gran cosa sus bonos Juancito Pinto y Dignidad que sólo son medidas
caritativas y demuestran que el gobierno del MAS tiene para con los pobres una
consideración de mendicidad. El experimento fracasado de transformar a los
comerciantes de ropa usada en “microempresarios” o comerciantes de comestibles
es más que elocuente. Hasta ahora la creación de empresas estatales tampoco se
concreta (Empresa de papel, de cartón, de leche, de coca, Boliviana de Aviación)
pues se ha destinado millones de dólares a comprar unas cuantas acciones a las
transnacionales de petróleo y el gas (la dizque “nacionalización”).
Por ahora sólo el sector de hidrocarburos (y últimamente ENTEL) ha dado dinero al
Estado y éste ha pagado millonadas a las transnacionales por comprarles una ridícula
cantidad de acciones (1% o 2%). El capital imperialista de la minería no ha sido
tocado ni siquiera un pelo con esas cobardes medidas del sector hidrocarburífero.
La pugna dentro de la democracia burguesa: son adversarios políticos, no
enemigos.
La pulseta entre ambas facciones de la burguesía (el MAS representante del
burguesía burocrática y la llamada “media luna” como operadores de la burguesía
compradora y los terratenientes) oscila entre el pacto y el enfrentamiento.
Esa pugna ha atravesado momentos muy críticos y diferentes escenarios, como la
Asamblea Constituyente, el Congreso, las direcciones de sindicatos cooptados por
ambos contendientes y últimamente el referéndum para aprobar el Estatuto
Autonómico de la burguesía compradora y los terratenientes de Santa Cruz. En 2007
hubo dos momentos en que la lucha de las masas superó el control de uno y otro, y
amenazó con extender el conflicto poniendo en peligro a la institucionalidad estatal:
Cochabamba en enero y Sucre en noviembre, aquí se expresó el enfrentamiento de
las clases dominantes con mayor agudeza, pero en ambos casos las masas furiosas
superaron sus direcciones, se atrevieron a ir más allá de las instrucciones y
generaron una amenaza real al viejo Estado boliviano.
La última pulseta en la que ambas facciones aprovecharon para enfrentar
nuevamente al pueblo fue el referéndum autonómico de Santa Cruz. La burguesía
compradora y terratenientes llevaron a la población a votar por un Estatuto que les
da todo el poder para administrar la tierra, negociar y vender los recursos naturales,
crear una especie de parapolicía, administrar la justicia y otras atribuciones del viejo
Estado explotador. De otro lado la facción burocrática, llamó a la abstención para
medir su apoyo y tener mejores condiciones a la negociación.
Al final ambas facciones se mueven dentro del camino de las elecciones burguesas
y volverán a conciliar bajo el signo burgués de la “unidad nacional” que implica la
unidad de ambos sectores de la clase dominante. Hoy están centrando en el
Referéndum revocatorio, que no resolverá la situación de crisis que vive el pueblo;
como en la elección de funcionarios públicos para el Tribunal Constitucional, Corte
Suprema, Corte Nacional Electoral y otros organismos del viejo Estado, donde
terminarán repartiéndose los cargos.
Por la unidad de los explotados y pueblos oprimidos
Aunque el pueblo está atrapado en la lucha de facciones –MAS y “media luna”– y es
arena de contienda de esta pugna, cada vez más personas honestas del pueblo
comprenden la necesidad de abandonar ese camino de derrota y sin esperanzas para
la clase explotada.
La necesidad de crear un proyecto independiente, propio y revolucionario es
imperiosa y urgente, más aún si cada día constatamos la debacle de las clases
dominantes y la grave crisis de su único respaldo, el imperialismo principalmente
yanqui. “La rebelión se justifica” ahora más que nunca, y el pueblo oprimido debe
empezar a construir su propio camino político, económico y social que aplaste al
viejo y podrido Estado y aplaste a las dos facciones de la burguesía parasitaria.
Nuestro pueblo debe poner fin a las esperanzas cifradas en caudillos sindicales o
políticos que rápido se dejan arrastrar por intereses personales y comulgan con la
burguesía. Nuestro pueblo debe aprender a distinguir el camino del fracaso que han
mostrado siempre los revisionistas (guevaristas, trotskystas, falsos maoístas [PCML]
y toda la calaña de izquierdistas electoreros) que siempre han terminado confiando
en el viejo Estado y su clase dominante.
Los pobres y explotados de nuestro país y del mundo no tenemos nada qué perder,
hemos probado hasta el cansancio que desde el método de las elecciones burguesas
hasta las experiencias guerrilleristas (foquistas), pasando por visiones que
desprecian la organización del proletariado y desgastando fuerzas en el
enclaustramiento de la lucha económica, no sirven para nada. La lucha ahora y
siempre es política y la organización debe ser política, para que nuestro método
revolucionario, la guerra popular, aplaste irremediablemente al capitalismo
burocrático que subsiste en nuestros países y destroce a sus aliados imperialistas.
Frente Revolucionario del Pueblo
Bolivia, Mayo de 2008
Bolivia, Mayo de 2008
Critica de la democracia burguesa
Traemos a nuestros lectores un texto del I Congreso de la III Internacional sobre"La democracia burguesa y la dictadura del proletariado," (tomado de la pagina del PCE-ml) y que consideramos oportuno en este debate sobre la actual fase de la Revolución en Nepal .
I Congreso de la Tercera Internacional (Marzo de 1919)
TESIS SOBRE LA DEMOCRACIA BURGUESA Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO.
1. - El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha suscitado los esfuerzos convulsivos de la burguesía y sus agentes para que las organizaciones obreras encuentren pretextos políticos e ideológicos que defiendan el dominio de los explotadores. Entre estos pretextos se ponen de relieve de manera particular la condena de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de esta argumentación, repetida de mil formas en toda la prensa capitalista y en la conferencia de la Internacional amarilla, celebrada en Berna en febrero de 1919, son evidentes para todos aquellos que no quieran traicionar los postulados fundamentales del socialismo.
2. - Primero, en esta argumentación, se manejan los conceptos de "democracia en general" y "dictadura en general", sin preguntar de que clase se trata. Enfocar así el problema, fuera o por encima de las clases, como si se tratase de todo el pueblo, significa simplemente mofarse de la doctrina fundamental del socialismo, es decir de la doctrina de la lucha de clase, que se reconoce de palabra pero se olvida en los hechos por esos socialistas que se han pasado a la burguesía. De hecho, en ningún país civilizado capitalista existe la "democracia en general", sino que existe solamente la democracia burguesa, y la dictadura de la que se habla no es la "dictadura en general", sino la dictadura de la clase oprimida, es decir del proletariado, sobre los opresores y explotadores, es decir sobre la burguesía, con el fin de acabar con la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominio.
3. - La historia enseña que nunca ninguna clase oprimida ha llegado y ha podido acceder al dominio sin atravesar un período de dictadura, es decir de conquista del poder político y de represión violenta de la resistencia más encarnizada y más desesperada, que no renuncia a ningún crimen, como es la que siempre han opuesto los explotadores. La burguesía, cuyo dominio es defendido hoy por los socialistas que se lanzan contra la "dictadura en general" y se desviven por exaltar la "democracia en general", ha conquistado el poder en los países avanzados por medio de una serie de insurrecciones y guerras civiles, con la represión violenta de los reyes, los señores feudales, los propietarios de esclavos y sus tentativas de restauración. Los socialistas de todos los países, en sus libros y folletos, en las resoluciones de sus congresos, en sus discursos de agitación, han ilustrado al pueblo millares y millones de veces el carácter de clase de estas revoluciones burguesas, de esta dictadura burguesa. Y por tanto, cuando hoy se defiende la democracia burguesa con discursos sobre la "democracia en general", cuando hoy se grita y se clama contra la dictadura del proletariado fingiendo gritar contra la "dictadura en general", no se hace más que traicionar al socialismo, pasarse de hecho a la burguesía, negar al proletariado el derecho a la propia revolución proletaria, defender el reformismo burgués en el momento histórico en el que ha fracasado en todo el mundo y la guerra ha creado una situación revolucionaria.
4. — Todos los socialistas, explicando el carácter de clase de la civilización burguesa, de la democracia burguesa, del parlamentarismo burgués, han expresado la misma idea que ya Marx y Engels habían expuesto con el máximo rigor científico, diciendo que la república burguesa más democrática no es más que una máquina que permite a la burguesía aplastar a la clase obrera, que permite a un puñado de capitalistas aplastar a las masas trabajadoras. No hay un solo revolucionario, no hay un solo marxista, entre los que actualmente claman contra la dictadura y a favor de la democracia, que no jure y perjure ante los obreros aceptar esta verdad fundamental del socialismo. Pero justo ahora, mientras el proletariado revolucionario está en fermentación y se moviliza para destruir esta máquina de opresión y para conquistar la dictadura del proletariado, estos traidores del socialismo presentan las cosas como si la burguesía hubiese regalado a los trabajadores la "democracia pura", como si la burguesía, renunciando a resistir, estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los trabajadores, como si en la república democrática no hubiese habido y no hubiese una máquina estatal para la opresión del trabajo por parte del capital.
5. - La Comuna de París, que todos aquellos que desean pasar por socialistas honran de palabra, ya que saben que las masas obreras sienten por ella una simpatía apasionada y sincera, ha mostrado con singular evidencia el carácter históricamente convencional y el valor limitado del parlamentarismo y de la democracia burguesa, instituciones sumamente progresivas respecto al medioevo, pero que requieren inevitablemente una transformación radical en la época de la revolución proletaria. El propio Marx, que ha valorado mejor que nadie el alcance histórico de la Comuna, ha mostrado, analizándola, el carácter explotador de la democracia burguesa y del parlamentarismo burgués, en donde las clases oprimidas se ven con el derecho concedido a decidir, una vez cada tantos años, qué exponente de las clases pudientes deberá "representar y reprimir" (ver-und zertreten) al pueblo en el parlamento. Justo ahora que el movimiento de los soviets, abrazando al mundo entero, prosigue la obra de la Comuna ante los ojos de todos, los traidores del socialismo olvidan la experiencia y las enseñanzas concretas de la Comuna de París, volviendo a enarbolar el viejo trasto burgués de la "democracia en general". La Comuna no fue una institución parlamentaria.
6. - El significado de la Comuna está además en el hecho de que intentó machacar y destruir los cimientos del aparato estatal burgués, burocrático, judicial, militar y policial, sustituyéndolo con la organización autónoma de las masas obreras, que no conocía distinciones entre el poder legislativo y el poder ejecutivo. Todas las repúblicas democráticas burguesas contemporáneas, incluida la alemana, que los traidores del socialismo sin importarles faltar a la verdad llaman proletaria, mantienen este aparato estatal. De esta manera se confirma una vez más, y con absoluta evidencia, que los clamores en defensa de la "democracia en general" son en realidad una defensa de la burguesía y de sus privilegios de explotadores.
7. - La "libertad de reunión" se la puede considerar una petición calcada de la de "democracia pura". Cualquier obrero consciente, que no haya roto con su clase, comprenderá rápidamente que sería absurdo prometer la libertad de reunión a los explotadores en un período y en una situación en la que los explotadores oponen resistencia para no ser abatidos y defienden sus propios privilegios. La burguesía, cuando era revolucionaria, tanto en Inglaterra en 1649 como en Francia en 1793, no concedió nunca "libertad de reunión" a los monárquicos y a los nobles, que habían llamado a los ejércitos extranjeros y se "reagrupaban" para organizar un intento de restauración. Si la burguesía actual, que desde hace tiempo ha pasado a ser reaccionaria, exige del proletariado que le garantice preventivamente la "libertad de reunión" a los explotadores, con independencia de la resistencia que los capitalistas opongan a ser expropiados, los obreros lo único que pueden hacer es reírse de esta hipocresía burguesa.Por otra parte, los obreros saben bien que la "libertad de reunión" es una frase vacía hasta en la república burguesa más democrática, porque los ricos disponen de todos los mejores edificios públicos y privados, tienen suficiente tiempo para reunirse y gozan de la protección del aparato burgués del poder. Los proletarios de la ciudad y del campo y los pequeños campesinos, es decir, la inmensa mayoría de la población, no tienen nada de esto. Y hasta que no cambie la situación, la "igualdad", es decir la "democracia pura" es un engaño. Para conquistar la igualdad efectiva, para realizar de hecho la democracia para los trabajadores, hay que quitar primero a los explotadores todos los edificios públicos y los lujosos edificios privados, hay que asegurar primero tiempo libre a los trabajadores, hay que hacer de tal modo que la libertad de sus reuniones sea defendida por los obreros armados y no por los nobles y oficiales capitalistas con sus soldados embrutecidos. Solo después de este cambio se podrá hablar de libertad de reunión y de igualdad, sin que esto suene como un insulto a los obreros, a los trabajadores y a los pobres. Pero nadie podrá hacer este cambio más que la vanguardia de los trabajadores, el proletariado, abatiendo a los explotadores, la burguesía.
8. - La "libertad de prensa" también es una de las consignas fundamentales de la "democracia pura". Sin embargo, los obreros saben, y los socialistas de todos los países han reconocido millones de veces, que esta libertad es un engaño, en la medida en que las mejores imprentas y las inmensas partidas de papel permanecen en manos de los capitalistas, en la medida en que permanece sobre la prensa el poder del capital, que se manifiesta en el mundo entero de forma tan evidente, brutal y cínica, cuanto más desarrollados están la democracia y el sistema republicano, como por ejemplo en América. Para conquistar la igualdad efectiva y la democracia real para los trabajadores, los obreros y los campesinos, hay que quitar primero al capital la posibilidad de contratar escritores, comprar las editoriales y corromper los periódicos, y, para hacer esto, hay que abatir el yugo del capital, derribar a los explotadores y aplastar su resistencia. Los capitalistas siempre han llamado "libertad" a la libertad para enriquecerse de los ricos y a la libertad para morir de hambre de los obreros. Los capitalistas llaman libertad de prensa a la libertad de los ricos para corromper la prensa, a la libertad para usar sus riquezas para fabricar y falsear la llamada opinión pública. En realidad los defensores de la "democracia pura" son los defensores del más inmundo y corrupto sistema de dominio de los ricos sobre los medios de instrucción de masas, y engañan al pueblo, en cuanto lo disuaden, consus bonitas frases seductoras y profundamente hipócritas, de la función histórica concreta de liberar a la prensa de su sometimiento al capital. La efectiva libertad e igualdad se tendrá en el sistema construido por los comunistas y en el que será imposible enriquecerse a costa de otros, en el que no habrá la posibilidad objetiva de someter directamente o indirectamente la prensa al poder del dinero, en el que nadie impedirá a cualquier trabajador (o grupo de trabajadores de cualquier entidad) de gozar según las normas y los hechos del igual derecho de usar las imprentas y el papel que pertenecen a la sociedad.
9. -La historia de los siglos XIX y XX ha mostrado incluso antes de la guerra qué es en realidad la famosa "democracia pura" en un régimen capitalista. Los marxistas siempre han sostenido que, cuanto más desarrollada y "pura" es la democracia, tanto más evidente e implacable se hace la lucha de clase, tanto más el yugo del capital y la dictadura de la burguesía aparecen en su "pureza". El asunto Dreyfus en la Francia republicana, las sanguinarias represiones de huelguistas a manos de bandas pagadas y armadas por los capitalistas en la libre y democrática república americana, éstos y otros miles de hechos similares ponen totalmente al descubierto esa verdad que la burguesía se esfuerza por ocultar usando todos sus medios, la verdad de que en las repúblicas más democráticas reinan de hecho el terrorismo y la dictadura de la burguesía, los cuales se manifiestan abiertamente cada vez que a los explotadores les empieza a parecer que el poder del capital está en cuestión.
10. - La guerra imperialista de 1914-1918 ha revelado definitivamente, incluso para los obreros menos adelantados, el carácter real de la democracia burguesa hasta en las repúblicas más libres: la democracia burguesa es la dictadura de la burguesía. Decenas de millones de hombres han sido matados e incluso en las repúblicas más democráticas ha sido instaurada la dictadura militar de la burguesía, para permitir que el grupo de millonarios y multimillonarios alemanes o ingleses se enriqueciera. Esta dictadura militar está todavía en vigor en los países de la Entente aun después de la caída de Alemania. Precisamente la guerra, más que cualquier otra cosa, ha abierto los ojos a los trabajadores, ha arrancado a la democracia burguesa su máscara, ha mostrado al pueblo cuan ingentes beneficios y especulaciones se han hecho durante la guerra y a causa de la guerra. La burguesía ha hecho esta guerra en nombre de la "libertad" y de la "igualdad", y, en nombre de la "libertad" y de la "igualdad" se han enriquecido fabulosamente los proveedores del ejército. Ningún esfuerzo de la Internacional amarilla de Berna conseguirá esconder a las masas el carácter explotador -ahora ya definitivamente desenmascarado- de la libertad burguesa, de la igualdad burguesa y de la democracia burguesa.
11. - En Alemania, en el país capitalista más avanzado del continente europeo, los primeros meses de completa libertad republicana tras la caída de la Alemania imperialista, han mostrado a los obreros alemanes y a todo el mundo en qué consiste la verdadera esencia de clase de la república democrática burguesa. El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo es un hecho de repercusión histórica mundial, no sólo porque han caído trágicamente los mejores elementos y los dirigentes de la efectiva Internacional proletaria comunista, sino también porque un Estado europeo avanzado (y, se puede decir sin exageración, un Estado avanzado a nivel mundial) ha revelado hasta el fondo su esencia clasista. Si los ciudadanos que se encuentran detenidos, es decir, tomados por el poder estatal bajo su tutela, pueden ser asesinados impunemente por los funcionarios y los capitalistas, mientras está en el poder un gobierno de socialpatriotas, de esto se deduce que la república democrática donde este hecho puede acaecer es una dictadura de la burguesía. Quien expresa su indignación por el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo pero no comprende esta verdad no da prueba más que de su obtusidad o hipocresía. La "libertad" en una de las repúblicas más democráticas y avanzadas del mundo, en la república alemana, es la libertad de asesinar impunemente a los jefes del proletariado cuando están detenidos. Y no puede ocurrir de otra manera mientras subsista el capitalismo, porque el desarrollo de la democracia no atenúa sino agudiza la lucha de clase, que, por efecto de todos los resultados e influenciasde la guerra y sus consecuencias, llega a su punto crucial.
En todo el mundo civil los bolcheviques son actualmente expulsados, perseguidos, encarcelados, así ocurre, por ejemplo, en Suiza, una de las repúblicas burguesas más libres; pogromos antibolcheviques son efectuados en América, etc.. Desde la óptica de la "democracia en general" o de la "democracia pura" es hasta ridículo que los países avanzados, civiles, democráticos, armados hasta los dientes, teman la presencia en ellos de unas pocas decenas de hombres provenientes de la Rusia atrasada, famélica, devastada, que los periódicos burgueses, difundidos por decenas de millones de copias, llaman salvaje, criminal, etc.. Está claro que la situación social que ha podido generar una contradicción así de estridente es en realidad la dictadura de la burguesía.
12. — En este estado de cosas la dictadura del proletariado no sólo es legítima, como medio para abatir a los explotadores y aplastar la resistencia, sino absolutamente necesaria para toda la masa de trabajadores, como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ya ha llevado a la guerra y que prepara otras nuevas. El punto esencial, que los socialistas no comprenden y que constituye su miopía teórica, su sometimiento a los prejuicios burgueses y su j traición política al proletariado, es que en la so- ciedad capitalista, frente a la agudización más o menos fuerte de la lucha política de clase que es la base de tal sociedad, no puede darse ningún término medio entre la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado. Todo sueño de una cualquier otra tercera vía es una pataleta reaccionaria pequeño burguesa. Lo confirma la experiencia del desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países avanzados desde hace más de un siglo y, en particular, la experiencia del último lustro. Así lo afirma además toda la ciencia de la economía política, todo el contenido del marxismo, el cual pone bien claro cómo en toda economía de mercado es económicamente inevitable la dictadura de la burguesía, una dictadura que sólo puede ser suplantada por la clase de los proletarios, es decir por la clase que se desarrolla, se multiplica,se unifica y se consolida con el desarrollo del capitalismo.
13. - Otro error teórico y político de los socialistas consiste en la incomprensión del hecho de que las formas de la democracia han cambiado necesariamente a lo largo de milenios, desde los primeros gérmenes en la antigüedad y con el sucederse de una clase dominante por otra. En las antiguas repúblicas griegas, en las ciudades del medioevo y en los países capitalistas avanzados la democracia ha asumido formas diversas y diversos grados de aplicación. Sería la peor de las absurdidades creer que la revolución más profunda de la historia de la humanidad, el traspaso -llevado a cabo por primera vez en el mundo- del poder de una minoría de explotadores a la mayoría de los explotados, pueda realizarse dentro del viejo marco de la vieja democracia burguesa parlamentaria, que pueda realizarse sin las fracturas más radicales, sin la creación de nuevas formas de democracia, sin la creación de nuevas instituciones, que encarnen las nuevas condiciones de su aplicación, etc.
14. - La dictadura del proletariado se asemeja a la dictadura de otras clases sólo por ser impuesta, como cualquier otra dictadura, por la necesidad de aplastar con la violencia la resistencia de la clase que pierde su dominio político. La diferencia radical entre la dictadura del proletariado y la dictadura de las otras clases -la dictadura de los grandes propietarios de tierras del medioevo, y la dictadura de la burguesía en todos los países capitalistas avanzados- está en el hecho de que la dictadura de los grandes propietarios de tierras y de la burguesía aplasta con la violencia la resistencia de la inmensa mayoría de la población, es decir de los trabajadores, mientras que la dictadura del proletariado aplasta con la violencia la resistencia de los explotadores, es decir una exigua minoría de la población, los grandes terratenientes y los capitalistas.
De aquí se deriva, a su vez, que la dictadura del proletariado debe inevitablemente llevar consigo no sólo una mutación de las formas y las instituciones democráticas en general, sino una mutación tal que implique una extensión sin precedentes de la efectiva utilización de la democracia por parte de aquellos que son oprimidos por el capitalismo, por parte de las clases trabajadoras. Y, en realidad, la forma de dictadura del proletariado, que ya ha sido probada en la práctica, es decir por el poder soviético en Rusia, el Rate-System en Alemania, los Shop Stewards Com-mittees y otras instituciones soviéticas análogas en otros países, demuestra a todos y hace efectiva para las clases trabajadoras, o sea para la inmensa mayoría de la población, la posibilidad de ejercitar los derechos y las libertades democráticas, posibilidad que no ha existido nunca, ni siquiera de forma aproximada, en las mejores y más democráticas repúblicas burguesas. La esencia del poder soviético está en el hecho de que todo el poder estatal, todo el aparato estatal, tiene como fundamento único y permanente la organización generalizada precisamente de esas clases que hasta ahora han sido oprimidas por el capitalismo, es decir de los obreros y los semiproletarios (campesinos que no se aprovechan del trabajo de otros y que también venden regularmente sólo una parte de su fuerza de trabajo). Precisamente estas masas, que incluso en las repúblicas burguesas más democráticas, aun teniendo iguales derechos ante la ley, son de hecho excluidas de mil maneras y con mil subterfugios de la vida política y del ejercicio de las libertades y derechos democráticos, están ahora asociadas de modo permanente y necesario, pero sobretodo de modo decisivo para la gestión democrática del Estado.
15. - La igualdad de los ciudadanos, independientemente del sexo, de la religión y de la nacionalidad, -igualdad que la democracia burguesa ha prometido siempre y por todas partes, pero que nunca ha realizado ni ha podido realizar, permaneciendo el dominio del capital- se realiza rápida e integralmente con el poder soviético, o dictadura del proletariado, ya que solamente el poder de los obreros, al no tener intereses en la propiedad privada de los medios de producción y en la lucha por su reparto o división, está en condiciones de hacerlo.
16. - La vieja democracia, es decir la democracia burguesa, y el parlamentarismo estaban organizados de tal modo, que precisamente la masa de trabajadores era más que otra cosa alejada del aparato administrativo. El poder soviético, es decir la dictadura del proletariado, está en cambio estructurado en modo que acerca las masas trabajadoras al aparato administrativo. A este fin tiende también la unificación del poder legislativo y el poder ejecutivo en la organización soviética del Estado, así como la sustitución de las circunscripciones electorales territoriales por las unidades electorales establecidas en los lugares de producción: fábrica, talleres, etc.
17. - El ejército era un instrumento de opresión no sólo con el régimen monárquico. Ha quedado como tal también en todas las repúblicas burguesas, hasta en las más democráticas. Sólo el poder soviético, como organización estatal permanente de las clases oprimidas por el capitalismo, tiene la posibilidad de suprimir la subordinación del ejército al mando burgués y de rundir realmente al proletariado con el ejército, de armar efectivamente al proletariado y desarmar a la burguesía, sin lo cual es imposible la victoria del socialismo.
18. - La organización soviética del Estado está adaptada para la función dirigente del proletariado, como clase que el capitalismo más ha concentrado e instruido. La experiencia de todas las revoluciones y de todos los movimientos de las clases oprimidas, la experiencia del movimiento socialista mundial nos enseña que solamente el proletariado está en condiciones de unir y guiar a los estratos dispersos y atrasados de la población trabajadora y explotada.
19. - Solamente la organización soviética del Estado puede realmente romper de golpe y destruir definitivamente el viejo aparato, es decir el aparato burocrático y judicial burgués, que ha quedado intacto, como no podía ser de otra manera, con el régimen capitalista, hasta en las repúblicas más democráticas, ya que constituía de hecho el mayor obstáculo para la realización de la democracia para los obreros y los trabajadores. La Comuna de París dio el primer paso en este sentido, un paso que tiene un significado histórico mundial; el poder soviético ha dado el segundo paso.
20. - La supresión del poder del Estado es el fin que todos los socialistas, y Marx el primero, se han marcado. Si no se alcanza este objetivo, no se puede realizar la verdadera democracia, es decir la igualdad y la libertad. Pero hacia esta meta en la práctica solamente puede conducir la democracia soviética, o proletaria, pues ella, haciendo partícipe de modo permanente y necesario a las organizaciones de masa de los trabajadores en la gestión del Estado, comienza a preparar inmediatamente la completa extinción de todo Estado.
21. - El total fracaso de los socialistas reunidos en Berna, su completa incomprensión de la nueva democracia proletaria resulta evidente de cuanto sigue: El 10 de febrero de 1919 Branting clausuró en Berna la conferencia de la Internacional amarilla. El 11 de febrero de 1919, en Berlín, Die Freiheit, periódico de los adherentes a esta organización, publicaba un llamamiento del partido de los "independientes" al proletariado. En el llamamiento se reconocía el carácter burgués del Gobierno Scheidemann, al cual se le reprochaba querer abolir los soviets, definidos "Tráger und Schútzer der Revolution" (portadores y guardianes de la revolución), y se proponía legalizar los soviets, concederles derechos estatales, el derecho de suspender las decisiones de la Asamblea nacional y recurrir al referéndum popular.Esta propuesta revela la completa quiebra ideológica de los teóricos que defienden la democracia sin entender su carácter burgués. El ridículo intento de unir el sistema de soviets, es decir la dictadura del proletariado, con la Asamblea nacional, es decir con la dictadura de la burguesía, desenmascara hasta el fondo la pobreza de pensamiento de los socialistas y socialdemócratas amarillos, su espíritu político reaccionario de pequeño-burgueses, sus pusilánimes concesiones a la fuerza de la nueva democracia proletaria que se desarrolla de modo incontenible.
22. - Respecto a condenar al bolchevismo, la mayoría de la Internacional amarilla de Berna, que, por temor a las masas obreras, no se había decidido a aprobar formalmente una resolución sobre este problema, ha actuado correctamente desde el punto de vista de clase. Precisamente esta mayoría es plenamente solidaria con los mencheviques y con los social-revolucionarios rusos, por no hablar de los Scheidemann en Alemania. Los mencheviques y los social-revolucionarios rusos, lamentándose de ser perseguidos por los bolcheviques, tratan de esconder el hecho de que tales persecuciones son a causa de la participación de los mencheviques y los social-revolucionarios en la guerra civil, al lado de la burguesía y contra el proletariado. Precisamente en la misma dirección se han movido en Alemania los Scheidemann y su partido participando en la guerra civil del lado de la burguesía contra los obreros.Por tanto es absolutamente normal que la mayoría de los adherentes a la Internacional amarilla de Berna se haya pronunciado por la condena de los bolcheviques. Con esto ha tenido lugar no la defensa de la "democracia pura", sino la autodefensa de quienes saben y sienten que en la guerra civil se ponen de parte de la burguesía contra el proletariado.He aquí por qué, desde un punto de vista de clase, no se puede no considerar correcta la decisión de la mayoría de la Internacional amarilla. El proletariado debe mirar a la verdad a la cara, sin temerla, y debe extraer todas las conclusiones políticas que se impongan.
11. - En Alemania, en el país capitalista más avanzado del continente europeo, los primeros meses de completa libertad republicana tras la caída de la Alemania imperialista, han mostrado a los obreros alemanes y a todo el mundo en qué consiste la verdadera esencia de clase de la república democrática burguesa. El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo es un hecho de repercusión histórica mundial, no sólo porque han caído trágicamente los mejores elementos y los dirigentes de la efectiva Internacional proletaria comunista, sino también porque un Estado europeo avanzado (y, se puede decir sin exageración, un Estado avanzado a nivel mundial) ha revelado hasta el fondo su esencia clasista. Si los ciudadanos que se encuentran detenidos, es decir, tomados por el poder estatal bajo su tutela, pueden ser asesinados impunemente por los funcionarios y los capitalistas, mientras está en el poder un gobierno de socialpatriotas, de esto se deduce que la república democrática donde este hecho puede acaecer es una dictadura de la burguesía. Quien expresa su indignación por el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo pero no comprende esta verdad no da prueba más que de su obtusidad o hipocresía. La "libertad" en una de las repúblicas más democráticas y avanzadas del mundo, en la república alemana, es la libertad de asesinar impunemente a los jefes del proletariado cuando están detenidos. Y no puede ocurrir de otra manera mientras subsista el capitalismo, porque el desarrollo de la democracia no atenúa sino agudiza la lucha de clase, que, por efecto de todos los resultados e influenciasde la guerra y sus consecuencias, llega a su punto crucial.
En todo el mundo civil los bolcheviques son actualmente expulsados, perseguidos, encarcelados, así ocurre, por ejemplo, en Suiza, una de las repúblicas burguesas más libres; pogromos antibolcheviques son efectuados en América, etc.. Desde la óptica de la "democracia en general" o de la "democracia pura" es hasta ridículo que los países avanzados, civiles, democráticos, armados hasta los dientes, teman la presencia en ellos de unas pocas decenas de hombres provenientes de la Rusia atrasada, famélica, devastada, que los periódicos burgueses, difundidos por decenas de millones de copias, llaman salvaje, criminal, etc.. Está claro que la situación social que ha podido generar una contradicción así de estridente es en realidad la dictadura de la burguesía.
12. — En este estado de cosas la dictadura del proletariado no sólo es legítima, como medio para abatir a los explotadores y aplastar la resistencia, sino absolutamente necesaria para toda la masa de trabajadores, como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ya ha llevado a la guerra y que prepara otras nuevas. El punto esencial, que los socialistas no comprenden y que constituye su miopía teórica, su sometimiento a los prejuicios burgueses y su j traición política al proletariado, es que en la so- ciedad capitalista, frente a la agudización más o menos fuerte de la lucha política de clase que es la base de tal sociedad, no puede darse ningún término medio entre la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado. Todo sueño de una cualquier otra tercera vía es una pataleta reaccionaria pequeño burguesa. Lo confirma la experiencia del desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países avanzados desde hace más de un siglo y, en particular, la experiencia del último lustro. Así lo afirma además toda la ciencia de la economía política, todo el contenido del marxismo, el cual pone bien claro cómo en toda economía de mercado es económicamente inevitable la dictadura de la burguesía, una dictadura que sólo puede ser suplantada por la clase de los proletarios, es decir por la clase que se desarrolla, se multiplica,se unifica y se consolida con el desarrollo del capitalismo.
13. - Otro error teórico y político de los socialistas consiste en la incomprensión del hecho de que las formas de la democracia han cambiado necesariamente a lo largo de milenios, desde los primeros gérmenes en la antigüedad y con el sucederse de una clase dominante por otra. En las antiguas repúblicas griegas, en las ciudades del medioevo y en los países capitalistas avanzados la democracia ha asumido formas diversas y diversos grados de aplicación. Sería la peor de las absurdidades creer que la revolución más profunda de la historia de la humanidad, el traspaso -llevado a cabo por primera vez en el mundo- del poder de una minoría de explotadores a la mayoría de los explotados, pueda realizarse dentro del viejo marco de la vieja democracia burguesa parlamentaria, que pueda realizarse sin las fracturas más radicales, sin la creación de nuevas formas de democracia, sin la creación de nuevas instituciones, que encarnen las nuevas condiciones de su aplicación, etc.
14. - La dictadura del proletariado se asemeja a la dictadura de otras clases sólo por ser impuesta, como cualquier otra dictadura, por la necesidad de aplastar con la violencia la resistencia de la clase que pierde su dominio político. La diferencia radical entre la dictadura del proletariado y la dictadura de las otras clases -la dictadura de los grandes propietarios de tierras del medioevo, y la dictadura de la burguesía en todos los países capitalistas avanzados- está en el hecho de que la dictadura de los grandes propietarios de tierras y de la burguesía aplasta con la violencia la resistencia de la inmensa mayoría de la población, es decir de los trabajadores, mientras que la dictadura del proletariado aplasta con la violencia la resistencia de los explotadores, es decir una exigua minoría de la población, los grandes terratenientes y los capitalistas.
De aquí se deriva, a su vez, que la dictadura del proletariado debe inevitablemente llevar consigo no sólo una mutación de las formas y las instituciones democráticas en general, sino una mutación tal que implique una extensión sin precedentes de la efectiva utilización de la democracia por parte de aquellos que son oprimidos por el capitalismo, por parte de las clases trabajadoras. Y, en realidad, la forma de dictadura del proletariado, que ya ha sido probada en la práctica, es decir por el poder soviético en Rusia, el Rate-System en Alemania, los Shop Stewards Com-mittees y otras instituciones soviéticas análogas en otros países, demuestra a todos y hace efectiva para las clases trabajadoras, o sea para la inmensa mayoría de la población, la posibilidad de ejercitar los derechos y las libertades democráticas, posibilidad que no ha existido nunca, ni siquiera de forma aproximada, en las mejores y más democráticas repúblicas burguesas. La esencia del poder soviético está en el hecho de que todo el poder estatal, todo el aparato estatal, tiene como fundamento único y permanente la organización generalizada precisamente de esas clases que hasta ahora han sido oprimidas por el capitalismo, es decir de los obreros y los semiproletarios (campesinos que no se aprovechan del trabajo de otros y que también venden regularmente sólo una parte de su fuerza de trabajo). Precisamente estas masas, que incluso en las repúblicas burguesas más democráticas, aun teniendo iguales derechos ante la ley, son de hecho excluidas de mil maneras y con mil subterfugios de la vida política y del ejercicio de las libertades y derechos democráticos, están ahora asociadas de modo permanente y necesario, pero sobretodo de modo decisivo para la gestión democrática del Estado.
15. - La igualdad de los ciudadanos, independientemente del sexo, de la religión y de la nacionalidad, -igualdad que la democracia burguesa ha prometido siempre y por todas partes, pero que nunca ha realizado ni ha podido realizar, permaneciendo el dominio del capital- se realiza rápida e integralmente con el poder soviético, o dictadura del proletariado, ya que solamente el poder de los obreros, al no tener intereses en la propiedad privada de los medios de producción y en la lucha por su reparto o división, está en condiciones de hacerlo.
16. - La vieja democracia, es decir la democracia burguesa, y el parlamentarismo estaban organizados de tal modo, que precisamente la masa de trabajadores era más que otra cosa alejada del aparato administrativo. El poder soviético, es decir la dictadura del proletariado, está en cambio estructurado en modo que acerca las masas trabajadoras al aparato administrativo. A este fin tiende también la unificación del poder legislativo y el poder ejecutivo en la organización soviética del Estado, así como la sustitución de las circunscripciones electorales territoriales por las unidades electorales establecidas en los lugares de producción: fábrica, talleres, etc.
17. - El ejército era un instrumento de opresión no sólo con el régimen monárquico. Ha quedado como tal también en todas las repúblicas burguesas, hasta en las más democráticas. Sólo el poder soviético, como organización estatal permanente de las clases oprimidas por el capitalismo, tiene la posibilidad de suprimir la subordinación del ejército al mando burgués y de rundir realmente al proletariado con el ejército, de armar efectivamente al proletariado y desarmar a la burguesía, sin lo cual es imposible la victoria del socialismo.
18. - La organización soviética del Estado está adaptada para la función dirigente del proletariado, como clase que el capitalismo más ha concentrado e instruido. La experiencia de todas las revoluciones y de todos los movimientos de las clases oprimidas, la experiencia del movimiento socialista mundial nos enseña que solamente el proletariado está en condiciones de unir y guiar a los estratos dispersos y atrasados de la población trabajadora y explotada.
19. - Solamente la organización soviética del Estado puede realmente romper de golpe y destruir definitivamente el viejo aparato, es decir el aparato burocrático y judicial burgués, que ha quedado intacto, como no podía ser de otra manera, con el régimen capitalista, hasta en las repúblicas más democráticas, ya que constituía de hecho el mayor obstáculo para la realización de la democracia para los obreros y los trabajadores. La Comuna de París dio el primer paso en este sentido, un paso que tiene un significado histórico mundial; el poder soviético ha dado el segundo paso.
20. - La supresión del poder del Estado es el fin que todos los socialistas, y Marx el primero, se han marcado. Si no se alcanza este objetivo, no se puede realizar la verdadera democracia, es decir la igualdad y la libertad. Pero hacia esta meta en la práctica solamente puede conducir la democracia soviética, o proletaria, pues ella, haciendo partícipe de modo permanente y necesario a las organizaciones de masa de los trabajadores en la gestión del Estado, comienza a preparar inmediatamente la completa extinción de todo Estado.
21. - El total fracaso de los socialistas reunidos en Berna, su completa incomprensión de la nueva democracia proletaria resulta evidente de cuanto sigue: El 10 de febrero de 1919 Branting clausuró en Berna la conferencia de la Internacional amarilla. El 11 de febrero de 1919, en Berlín, Die Freiheit, periódico de los adherentes a esta organización, publicaba un llamamiento del partido de los "independientes" al proletariado. En el llamamiento se reconocía el carácter burgués del Gobierno Scheidemann, al cual se le reprochaba querer abolir los soviets, definidos "Tráger und Schútzer der Revolution" (portadores y guardianes de la revolución), y se proponía legalizar los soviets, concederles derechos estatales, el derecho de suspender las decisiones de la Asamblea nacional y recurrir al referéndum popular.Esta propuesta revela la completa quiebra ideológica de los teóricos que defienden la democracia sin entender su carácter burgués. El ridículo intento de unir el sistema de soviets, es decir la dictadura del proletariado, con la Asamblea nacional, es decir con la dictadura de la burguesía, desenmascara hasta el fondo la pobreza de pensamiento de los socialistas y socialdemócratas amarillos, su espíritu político reaccionario de pequeño-burgueses, sus pusilánimes concesiones a la fuerza de la nueva democracia proletaria que se desarrolla de modo incontenible.
22. - Respecto a condenar al bolchevismo, la mayoría de la Internacional amarilla de Berna, que, por temor a las masas obreras, no se había decidido a aprobar formalmente una resolución sobre este problema, ha actuado correctamente desde el punto de vista de clase. Precisamente esta mayoría es plenamente solidaria con los mencheviques y con los social-revolucionarios rusos, por no hablar de los Scheidemann en Alemania. Los mencheviques y los social-revolucionarios rusos, lamentándose de ser perseguidos por los bolcheviques, tratan de esconder el hecho de que tales persecuciones son a causa de la participación de los mencheviques y los social-revolucionarios en la guerra civil, al lado de la burguesía y contra el proletariado. Precisamente en la misma dirección se han movido en Alemania los Scheidemann y su partido participando en la guerra civil del lado de la burguesía contra los obreros.Por tanto es absolutamente normal que la mayoría de los adherentes a la Internacional amarilla de Berna se haya pronunciado por la condena de los bolcheviques. Con esto ha tenido lugar no la defensa de la "democracia pura", sino la autodefensa de quienes saben y sienten que en la guerra civil se ponen de parte de la burguesía contra el proletariado.He aquí por qué, desde un punto de vista de clase, no se puede no considerar correcta la decisión de la mayoría de la Internacional amarilla. El proletariado debe mirar a la verdad a la cara, sin temerla, y debe extraer todas las conclusiones políticas que se impongan.
miércoles, 21 de mayo de 2008
No persistan en sus errores !
La respuesta de los camaradas de Correo Vermello a la UOC-mlm y sus las criticas al PCN (m) y al MRI contiene tres importantes señalizaciones a tener muy en cuenta en este debate sobre la situación de la lucha revolucionaria en Nepal como parte de Revolucion Proletria Mundial
La 1ª es la base filosofica del dogmatismo. La restauración burguesa (el revisionismo) no solo se desarrolla en el terreno politico o economico, su primer ataque se desarrolla en la filosofia, bien negando abiertamente el marxismo o bien de forma sutil atacando la dialectica con su pensamiento unilateral, el dogmatismo. Esto ocurrio en la URRS y en China y tambien ocurre en el seno de las organizaciones comunistas, es en esencia una corriente liquidadora y reaccionaria disfrazada de "purismo".
El presidente Mao Tse-Tung en su discurso "Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido", de 1942, en la critica del pensamiento subjetivista señalaba:
"Hasta la fecha, todavia hay no pocos que consideran ciertas frases sueltas de las obras Marxistas-Leninistas como una panacea ya preparada, que, una vez adquirida, permite curar cien enfermedades sin ningún esfuerzo. Estas personas padecen de una ignorancia infantil, y nuestro deber es darles ilustración. Son precisamente tales ignorantes los que miran el marxismo-leninismo como un dogma religioso. Les debemos decir lisa y llanamente: "Su dogma no sirve para nada". Marx, Engels, Lenin y Stalin han reiterado que nuestra doctrina no es un dogma, sino una guia para la acción. Sin embargo tales gentes prefieren olvidar esta afirmación, la mas importante entre las importantes."
Los camaradas de la UOC-mlm y algunos otros padecen de la misma enfermedad que señalaba el Presidente Mao y sino la curan, sino rectifican sus errores subjetivistas, terminaran en las trincheras del enemigo. Los mismos enemigos que atacan y vociferan contra el Partido Comunista de Nepal (maoísta) y su Presidente Prachanda, que atacan a las masas populares de Nepal y que sueñan siniestros planes para someterlas. Los mismos enemigos de la Revolución Proletaria Mundial.
El camarada Lenin critico duramente a estos seudo-izquierdistas empeñados en hacer un principio inamovible de cualquier decisión politica concreta.
"Ha habido dos momentos en los cuales la lucha de los bolcheviques contra las desviaciones de "izquierda" de su propio partido ha adquirido una magnitud particularmente considerable: en 1908, sobre la cuestión de la participación en un "parlamento" ultrarreaccionario y en las sociedades obreras legales que la más reaccionaria de las legislaciones había dejado en pie, y en 1918 (paz de Brest), sobre la cuestión de la admisibilidad de tal o cual "compromiso". En 1908, los bolcheviques "de izquierda" fueron expulsados de nuestro Partido, por su obstinado empeño en no comprender la necesidad de la participación en un "parlamento" ultrarreaccionario: los "izquierdistas", entre los que había muchos excelentes revolucionarios que fueron después (y siguen siendo), honrosamente, miembros del Partido Comunista, se apoyaban sobre todo en la experiencia favorable del boicot de 1905. Cuando el zar, en agosto de 1905, anunció la convocatoria de un "parlamento" consultivo, los bolcheviques, contra todos los partidos de oposición y contra los mencheviques, declararon el boicot a semejante parlamento, y la revolución de octubre de 1905 lo barrió en efecto. Entonces el boicot fue justo, no porque esté bien no participar en general en los parlamentos reaccionarios, sino porque fue acertadamente tomada en consideración la situación objetiva, que conducía a la rápida transformación de las huelgas de masas en huelga política y, sucesivamente, en huelga revolucionaria y en insurrección. Además, el objeto del debate era, a la sazón, saber si había que dejar en manos del zar la convocatoria de la primera institución representativa, o si debía intentarse arrancársela de las manos al antiguo ré- gimen. Por cuanto no había ni podía haber la certeza plena de que la situación objetiva era análoga y de que su desenvolvimiento se había de realizar en el mismo sentido y con igual rapidez, el boicot dejaba de ser justo. El boicot de los bolcheviques contra el "parlamento" en el año 1905 enriqueció al proletariado revolucionario con una experiencia política extraordinariamente preciosa, haciéndole ver que, en la combinación de las formas legales e ilegales, de las formas parlamentarias y extra parlamentarias de lucha, es, a veces, conveniente y hasta obligado saber renunciar a las formas parlamentarias. Pero transportar ciegamente, por simple imitación, sin discernimiento, esta experiencia a otras condiciones, a otras coyunturas, es el mayor de los errores. Lo que constituyó ya un error, aunque no grande y fácilmente corregible*, fue el boicot de la "Duma" por los bolcheviques en 1906. Fueron errores más serios y difícilmente reparables los boicots de 1907, 1908 y los años siguientes, pues, por una parte, no había que esperar que se levantara de nuevo rápidamente la ola revolucionaria, ni la transformación de la misma en insurrección y, por otra, la necesidad de combinar el trabajo legal con el ilegal nacía del conjunto de la situación histórica ligada a la renovación de la monarquía burguesa. Hoy, cuando se considera retrospectivamente este período histórico, que ha llegado a su completo término y cuyo enlace con los períodos ulteriores se ha manifestado ya plenamente, se comprende con singular claridad que los bolcheviques no habrían podido conservar (y no digo ya * De la política y de los partidos se puede decir -- con las variantes correspondientes -- lo mismo que de los individuos. No es inteligente quien no comete errores. Hombres que no cometan errores, no los hay ni puede haberlos. Inteligente es quien comete errores que no son muy graves y sabe corregirlos bien y pronto. afianzar, desarrollar y fortalecer) el núcleo sólido del partido revolucionario del proletariado durante los años 1908-1914, si no hubiesen defendido en la lucha más dura la combinación obligatoria de las formas legales de lucha con las formas ilegales, la participación obligatoria en un parlamento ultrarreaccionario y en una serie de otras instituciones permitidas por una legislación reaccionaria (sociedades de socorros mutuos, etc.). "
Las palabras del gran Lenin en LA ENFERMEDAD INFANTIL DEL "IZQUIERDISMO" EN EL COMUNISMO nos lleva a la 2ª cuestión la de la linea politica revolucionaria como principal en la guerra revolucionaria. Es de sobra conocido que el reformismo armado, de diversos pelajes, sostienen destacamentos armados pero no hacen Guerra Popular, es simple y puro militarismo burgués.
Hay que deslindar claramente ! El Partido manda siempre al fusil !
Solo es Guerra Popular la guerra de las masas, en la que ellas son las protagonistas y la linea revolucionaria es la que es capaz de movilizarlas por la Revolución.
Hay que denunciar a los falsos izquierdistas que reducen la Guerra Popular a simple militarismo, presos de la metafisica unilateral siguen los pasos del oportunismo de Trostki
Las ricas enseñanzas de un siglo de Revoluciones proletarias nos lleva a la 3ª cuestión Las diversas formas de la lucha del proletariado y su aplicación concreta a los diversos procesos revolucionarios.
(continuara)
Comité de Loita Popular "Manolo Bello"
Galiza (España)
Articulo de CEPRID analiza el triunfo comunista.
2065, el comienzo del Nuevo Nepal
Alberto Cruz
CEPRID 20 - IV - 2008
Nepal ha entrado en el año 2065 de su calendario y ya se han celebrado las elecciones para la Asamblea Constituyente (después de dos aplazamientos) que ponga fin a la monarquía e inicie el camino a la proclamación de la República. Una aspiración de la mayoría del pueblo nepalí y que ha sido simbolizada por la lucha, política y armada, que ha venido desarrollando el Partido Comunista de Nepal (maoísta) desde 1996.
Nepal entra así en una nueva era y viene a coincidir con la revuelta popular que hace dos años derrotó al golpe de Estado de la monarquía feudal y obligó al rey Gyanendra a desaparecer de la escena pública, aunque manteniendo la institución monárquica. Ahora, y si se cumple lo establecido en el Acuerdo de los 23 puntos alcanzado el mes de diciembre de 2007 entre la Alianza de Siete Partidos (derecha e izquierda muy moderada) y los maoístas – tras el abandono de éstos del gobierno interino por el incumplimiento de otros acuerdos anteriores- la Asamblea Constituyente tiene como principal tarea la proclamación de la República.
La euforia por el hecho de que se hayan celebrado estas elecciones que pongan fin a la monarquía no tiene que empañar el hecho de que aún hay múltiples amenazas en el camino trazado por las fuerzas revolucionarias en pro del Nuevo Nepal. Los datos que se conocen indican que los maoístas van en cabeza en el recuento, a pesar de que la derecha estableció candidaturas conjuntas en muchos distritos, mientras que la izquierda (representada principalmente por los maoístas y los reformistas de la Unificación Marxista Leninista) acudió fraccionada, con candidaturas propias y enfrentada en el valle de Katmandú.
Los intentos de crear un Frente Popular Nacionalista, Democrático y Republicano fracasaron. Mientras el PCN (m) logró una alianza con otros pequeños partidos como el Janamorcha Nepal y el Partido Comunista de Nepal (Unidos), el Partido Comunista de Nepal-Unificación Marxista Leninista se negó en redondo a cualquier alianza, excepto en algunos distritos puntuales, alegando que el PCN (m) no se ha convertido “en un partido democrático” (1).
Este hecho, teniendo en cuenta que en el Acuerdo de 23 puntos de diciembre de 2007 se estableció un sistema electoral mixto (el 42% de los escaños serán por elección directa, mientras que el resto será por un sistema proporcional), hace que no haya que descartar un reforzamiento de las tesis monárquicas, es decir, el mantenimiento de la monarquía como una figura ceremonial, según unos, y parlamentaria, según otros. La monarquía aún es fuerte en sectores empresariales, en el Ejército y entre la vieja clase dirigente –que también tiene un componente importante de casta- dentro de los partidos tradicionales, especialmente del Congreso Nepalí y el Congreso Nepalí (Democrático). Sin olvidar a todos los países occidentales, que apuestan por una monarquía al estilo británico.
La responsabilidad de organizaciones como el PCN-UML no es pequeña si se da esta posibilidad. Ellos ya integraron el gobierno monárquico en la década 1990-2000 (teniendo incluso la responsabilidad del gobierno en 1994 por unos meses) y fueron cómplices de la represión que se ejerció no ya sólo contra los maoístas, sino contra los luchadores sociales y populares, lo que generó las causas para que el PCN (m) iniciase la lucha armada en 1996.
El PCN-UML es lo que los sostenedores de la tesis de la viabilidad (la alianza con la derecha y sectores neoliberales como la única posible en un mundo globalizado) considerarían como “la izquierda correcta”, aquella que no tienen ningún afán revolucionario y sólo se interesa por hacer más funcional el sistema, al estilo del Chile de Bachelet o el Brasil de Lula. Incluso del Partido Comunista de India (marxista), que estos días celebra su congreso y mantiene una alianza de colaboración “desde fuera” –a través del Frente de Izquierda, donde se integran otros partidos de este corte político- con el gobierno del partido del Congreso Nacional de India, considerado centro-derecha. No en vano, el embajador de EEUU en Nepal, James F. Moriarty, se ha reunido en numerosas ocasiones con el PCN-UML mientras que se niega a hablar siquiera con los maoístas, a quienes sigue considerando “terroristas”. Moriarty ha repetido hasta la saciedad que EEUU “no vería con buenos ojos una alianza con los maoístas”. Así lo dijo en marzo de 2007, cuando los maoístas aceptaron integrarse en el gobierno provisional, y lo repitió en diciembre de ese mismo año cuando se firmó el Acuerdo de 23 puntos (2). Los maoístas han acusado públicamente al PCN-UML de plegarse a las presiones estadounidenses (3) y de hacer fracasar la alianza de izquierda. No obstante, y si los resultados siguen la tónica que marcan hasta ahora, el principal perjudicado en estas elecciones sería el PCN-UML puesto que ni su secretario general habría sido elegido diputado.
El derecho de autodeterminación e India
Cuando el 17 de febrero de 1996 los maoístas iniciaron la Janayuddha, la guerra popular, lo hicieron apoyados en un programa político que es el que han mantenido inalterable hasta la fecha y con el que concurren a estas elecciones: enfatizar la soberanía e independencia nacional frente a la influencia dominante de India; abolición de los privilegios de la familia real y proclamación de la República; secularización del estado; medidas contra la explotación patriarcal de la mujer; contra la discriminación por motivo de casta, condición social o procedencia étnica o regional; creación de un sistema de autonomías en aquellos distritos en los que las comunidades étnicas sean mayoría; igualdad de oportunidades para todas las lenguas nacionales; reforma agraria, suministro de agua y electricidad a todas las comunidades rurales; atención a los desprotegidos y acción contra la corrupción. El sistema socioeconómico que subyacen estas medidas es evidente y enfrentado al actual.
El programa maoísta es, con mucho, el más avanzado de los que se presentan a las elecciones, especialmente en el apartado del derecho de autodeterminación de los pueblos. El PCN (m) divide Nepal en 11 estados autónomos, con derecho a la autodeterminación, y en dos sub-estados. Es decir, la fórmula maoísta del Nuevo Nepal es una república democrática federal que sustituye a la forma “unitaria-feudal” del sistema monárquico.
Una propuesta que está siendo utilizada por la reacción, tanto nepalí como hindú, puesto que en Terai –que comparte frontera con los estados indios de Bihar y Uttar Pradesh- existe una importante revuelta desde que se discute la formación del Nuevo Nepal, especialmente en dos aspectos: el fin de la monarquía y la proclamación de Nepal como un estado secular. Los monárquicos se han hecho fuertes en esta zona y consideran que se debe mantener la “identidad hindú” del país. Nepal ha vivido en los últimos 250 bajo una monarquía feudal autocrática, es decir, el rey es inviolable, además del dueño absoluto del país en una doble vertiente de gobernante y dios. Me explico, los nepalíes han considerado históricamente que el rey es la encarnación de un dios hindú, Vishnu, y no hay que perder de vista que casi la mitad del país es seguidora de las diferentes religiones hindúes, además de tener un tercio de su población considerada hindú. Y este es el factor que la monarquía está agitando en Terai.
Pero no sólo la monarquía. También India. El programa maoísta incluye el desconocimiento de los tratados firmados con India por los gobiernos monárquicos y una nueva elaboración de los mismos desde un ámbito de igualdad entre Estados. Tras la derrota de la monarquía por las movilizaciones populares de 2006, una de las primeras medidas que tomó el nuevo gobierno provisional, antes de la incorporación de los maoístas al mismo, fue la renovación automática del tratado comercial bilateral que Nepal e India firmaron el año 2002 (al que se han opuesto desde siempre los maoístas) y el Tratado de Mahakali, firmado en 1950 y por el que India pasa a beneficiarse casi en exclusiva de las aguas de esa zona fronteriza. Los maoístas han calificado históricamente este tratado como “obsoleto y desigual” y han dicho en reiteradas ocasiones que lo revisarán en busca de una mayor independencia económica para Nepal.
Al mantener la agitación en Terai, India se asegura una zona-tampón para evitar la ayuda de los maoístas nepalíes a sus camaradas hindúes. En septiembre de 2006 los partidos maoístas de Nepal, India, Bangladesh, Bután y Sri Lanka celebraron la IV Conferencia de Organizaciones Maoístas y el documento final reconoce la necesidad de agrupar las diferentes organizaciones maoístas que hay en India (tres, todas presentes en esa conferencia) y Bangladesh (dos, también presentes) y en “hacer avanzar las revoluciones por medio de la lucha armada” (4). La fase principal para los maoístas es la que en estos momentos se desarrolla en los estados indios de Bihar, Jharkhand, Uttar Pradesh, Madhya Pradesh, Andhra, Karnataka y Kerala. Y, como se ha dicho anteriormente, Bihar y Uttar Pradesh son fronterizos con Terai.
En estos momentos, India se enfrenta a una campaña armada sin precedentes por parte de los maoístas, que se han extendido a 14 de los 28 estados de India (Chatisgarh, Jharkhand, Uttar Pradesh, Asma, Uttaranchal, Kerala, Tamil Nadu, Bengala Occidental, Gujarat, Andhra Pradesh, Madhya, Pradesh, Orissa, Maharashtra y Bihar) y que, en cifras, significa que en 165 distritos -de un total de 602 en que está dividido administrativamente el país- son los maoístas quienes controlan la situación. De hecho, los maoístas hindúes (naxalitas) están comenzando a extenderse a las ciudades, especialmente a las zonas obreras e industriales de Delhi, Mumbai, Pune y Jammu alternando las acciones propagandísticas con las militares. En Nayararh, una de las más importantes ciudades del estado de Orissa, un comando naxalita realizó una de sus más audaces acciones hasta el momento: el 16 de febrero se produjo el asalto a una comisaría de policía y la requisa de 1.100 armas almacenadas en este establecimiento policial.
De ahí el interés de India en no perder su influencia en Nepal y en asegurarse, con el tema de Terai, una baza importante de negociación con el PCN (m) si los resultados electorales convierten a este partido en referente para la formación del nuevo gobierno. Así lo ha dicho expresamente un alto dirigente indio, M.K. Narayanan, que es ni más ni menos que el Consejero de Seguridad Nacional: “nuestra preferencia para estas elecciones es el Congreso Nepalí porque tenemos un muy bajo nivel de confianza en los maoístas, pero podemos trabajar juntos a pesar de las diferencias” (5). Estas declaraciones las hizo Narayanan al conocerse que India ha seguido enviando material bélico al Ejército de Nepal en lo que sería una violación flagrante del acuerdo de paz de 2006.
El nuevo Ejército
El programa de los maoístas nepalíes incluye también uno de los aspectos más sensibles para el Nuevo Nepal que nacerá con las elecciones del 10 de abril: la formación de un nuevo Ejército. La incorporación de la mayoría de los antiguos guerrilleros al nuevo Ejército se viene retrasando desde diciembre de 2006 a pesar de los acuerdos firmados. Este aspecto es, junto a la proclamación de la República, uno de los centrales en el programa maoísta y así está recogido, además, en el Acuerdo de 23 puntos firmado en diciembre de 2007.
El PCN (m) ha acogido las reivindicaciones de los antiguos gurkas (soldados nepalíes licenciados de los ejércitos británico e hindú) y eso le ha granjeado importantes simpatías y apoyos para la constitución del nuevo Ejército. Según la ONU, 19.000 ex guerrilleros aún permanecen acantonados en siete campamentos (otros 12.000 los han abandonado para realizar actividades políticas) y sería este contingente el que se incorporaría al nuevo Ejército nepalí tras las elecciones. De hecho, el actual jefe de personal Ejército, Rookmangad Katwal, ya ha manteniendo algún encuentro con el principal dirigente del PCN (m), Pushpakamal Dahal "Prachanda”, para allanar el camino (6).
La desconfianza de los maoístas hacia el Ejército es grande, puesto que no ha podido lograr el castigo o el retiro de los generales más implicados en la represión monárquica ni en las matanzas durante la guerra popular revolucionaria. Además, el Ejército se ha opuesto sistemáticamente a discutir siquiera cualquier reforma estructural y la Alianza de los Siete Partidos no ha insistido en ello. En teoría, el Ejército se mantiene quieto y sin interferir en el proceso político, pero en la práctica sigue siendo autónomo, más allá de cualquier control democrático. De hecho, una de las instancias creadas tras la firma del acuerdo de paz, el Consejo de Seguridad Nacional, sólo existe sobre el papel y se ha reunido una sola vez en dos años. Tanto Estados Unidos como India ven en el actual Ejército nepalí un apoyo firme para evitar que los maoístas se hagan con el control del país. De ahí la importancia de la propuesta maoísta y la presión que ejerce en ese sentido para que sus combatientes se incorporen al nuevo Ejército.
Este es el panorama con el que ha comenzado el Nuevo Nepal de 2065. Muchas aspiraciones populares e intrigas y maniobras retardatarias de una reacción que cuenta con la prensa, una vez más, como fuerza de choque. Del resultado que consiga el PCN (m), a pesar de todos los escollos que está teniendo que enfrentar, dependerá el futuro no sólo de este país, sino de todo un proyecto político en esa parte de Asia.
NOTAS:
(1) The Himalayan Times, 28 de febrero de 2008.
(2) Nepal News, 27 de diciembre de 2007.
(3) Nepal News, 18 de marzo de 2008.
(4) The Red Star, 29 de septiembre de 2006.
(5) Nepal News, 30 de marzo de 2008.
(6) The Himalayan Times, 22 de marzo de 2008.
(1) The Himalayan Times, 28 de febrero de 2008.
(2) Nepal News, 27 de diciembre de 2007.
(3) Nepal News, 18 de marzo de 2008.
(4) The Red Star, 29 de septiembre de 2006.
(5) Nepal News, 30 de marzo de 2008.
(6) The Himalayan Times, 22 de marzo de 2008.
Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor especializado en Relaciones Internacionales.
domingo, 18 de mayo de 2008
Frente a las criticas de la Revista Negación de la Negación
Traemos a nuestras paginas una carta del camarada Daniel Rojo en el foro de Marxismo-leninismo-maoísmo group.msn.com en torno al debate planteado sobre la Revolución en Nepal que recoge en lo fundamental los diversos posicionamientos en el mismo. En la misma da respuesta a las posiciones del camarada Rommel. En general compartimos su criterio aunque no hemos estudiado a fondo la cuestión de la Negación de la Negación como ley de la dialectica.
Respetado Compañero Romel:
Luego de leer su comentario anterior y el ùltimo nùmero de Negación de la Negación*, debo hacer los siguientes aportes a la discusión:
1.La lucha de líneas al interior del pueblo se debe dar a diferentes niveles: Desde lo público hasta lo clandestino, y se que esto es algo dificil de aceptar para usted y la linea que defiende. La línea de masas (De las masas-A las masas) no implica que absolutamente todo se tenga que saber de manera pública. Estoy de acuerdo que no se puede aislar a las masas de dicha lucha y por el contrario, se debe ir avanzando en que sean las masas, guiadas por un correcto liderato, las que "marquen el ritmo" de la discusión práctica, sin caer en seguidismos o expontaneísmos.
2. Por supuesto que la posición que comparto ha ido en un proceso de clarificación, tratándose de una situación nueva para la que es necesario profundizar en el estudio teórico para poder comprender la situación concreta de la revolución nepalesa en el contexto de la revolución en Nepal. Inicialmente consideré un error grave el finalizar la Guerra Popular en Noviembre de 2006, incluso pensaba que eso representaba el fin de la Guerra Popular en Nepal. En la actualidad considero que la Revolución Nepalesa continúa, a pesar del fin de la GP iniciada en 1996. La revolución nepalesa está en un periodo de transición y considero que es posible que en un futuro cercano se inicie una nueva GP. Otra alternativa es que en el PCN-m prevalezcan puntos de vista erroneos, tales como el visualizar a la democracia y a la república como una forma de gobierno sin carácter de clase o en donde pueden fundirse intereses de clase antagónicos, lo mismo aplicable al Estado y sus instituciones.(particularmente el Ejercito).
3. Con respecto a los "alaridos generales contra el dogmato-revisionismo", invito en su "mayor sencillez" al compañero Romel a que vea la realidad de lo que está sucediendo: En realidad lo que se oyen es precisamente alaridos secos por parte de algunas organizaciones en contra de "la traición prachandista", de lo cual pueden dar fe los que participaron en las marchas del primero de mayo en mi país. La lucha contra el dogmato-revisionismo, básicamente es una lucha contra las posiciones que aferradas a los textos escritos por líderes de la revolución proletaria mundial, los convierten en dogmas de fe, principios religiosos, no científicos, no dialécticos. Este punto que trato está abriendo una gran discusión en el MCI, pues existen dos grandes tendencias dentro de el: Una que es la liderada por organizaciones como el PCR-EEUU, o el PCR-Canada, que plantea puntos como el que la negación de la negación no existe. Lo anterior es una "blasfemia" para la otra tendencia dentro del mlm, que está ejemplificada en el PCP, para quien prácticamente lo dicho por los líderes de la revolución es una "verdad en si misma". Por eso es que considero que no se puede descartar de plano el acervo teórico-práctico que ha venido desarrollando el PCN-m, pues es fruto de esa lucha entre el dogmato-revisionismo, la ciencia de la revolución, y claro, el neorevisionismo, que es el revisionismo arropado con conceptos mlm.
Para algunos como Romel, esto puede parecer una posición "pantanosa", pues es mucho más sencillo despacharse en contra de organizaciones completas basados en los conceptos teóricos "probados". Estoy de acuerdo que hay que ser firmes en los principios, pero eso no puede ser excusa para convertir esos principios en actos de fe. Los principios son principios en la medida en que la realidad los confirma. Para poner un caso, que ha sido un "tabú" por los menos para los verdaderos mlm en mi país: Mao consideró que no solo por medios violentos se podía obtener el poder: hablaba de medios violentos y no violentos (leer Notas de lectura acerca del Manual de Economía Polìtica de la Unión Soviética escrito por Mao en 1960, el punto 4, dedicado a "el problema del paso específico",
ver en
http://www.marxists.org/espanol/mao/1960notas.htm#s4)
Ese es el punto en Nepal. El problema no es si el PCN-m esté intentando obtener el poder por medios no violentos. El problema es si ese camino permitirá la destrucción del viejo estado y la construcción de un estado de nuevo tipo, acorde con el programa de Nueva Democracia que requiere una dictadura de clases conjunta de las clases populares bajo la dirección del proletariado (se que Romel y la linea que comparte niega la dictadura conjunta de las clases populares, pues para el, la Nueva Democracia es a secas una "forma de la dictadura del proletariado"). La respuesta a este problema solo la pueden dar en los próximos meses las masas de nepal, bajo el liderato del PCN-m.
Si Romel considera que el PCN-m ha cometido una traición contra el proletariado y las masas del planeta, eso implica ubicarlo como enemigo de clase y que se debe dar el tratamiento de enemigos de clase a sus miembros, lo cual no puedo compartir bajo ningún punto de vista. Las contradicciones existentes entre el PCN-m y el MCI son en el seno del pueblo (esto no quiere decir que sean contradicciones que se deben desarrollar de manera secreta), al ser en el seno del pueblo se deben basar en el principio de "curar la enfermedad para salvar al paciente" y no en el de "botar el agua sucia de la tina con todo y niño". Creo que ese es el error de partida de Romel y la línea que comparte y defiende.
3. Rechazo las siguientes tesis de la revista Negación de la Negación.
a. La existencia de"la negación de la negación" (el título de la misma)como principio del materialismo dialéctico.
b. La denuncia del "prachandismo" como el principal peligro para la unidad del MCI.
c. La bancarrota del MRI.
d. La tesis de que "«sin avanzar en el proceso de clarificación de la línea general del movimiento comunista internacional y en la construcción de la Internacional, será imposible concretarla fundación del Partido. Por el contrario creo que el concretar dicho partido es la tarea más importante que tienen los mlm en colombia para aportar en la construcción de la Internacional. Es obvio que debe existir una clara línea general del MCI. Para avanzar en la construcción de la internacional de nuevo tipo, el partido que nazca en colombia debe hacer parte del MRI, embrión de la misma.
e. La causa común que une a los mlm del mundo no es "derrotar el prachandismo" es "ahogar al imperialismo en un mar de guerras populares", es avanzar hacia el comunismo global. Este punto es claro en cuanto a la desviación de los objetivos que buscan romel y la línea que defiende. Es una concepción sectaria.
f. Se menciona al Partido del Trabajo de Albania en contra del revisionismo krushovista, pero no se menciona el propio dogmatorevisionismo del PTA, que en últimas terminó atacando al propio mlm. Negación de la negación implícitamente está haciendo una defensa del hoxhismo.
g. Hasta donde conozco, el PCIndia(m), no hace parte del MRI, aunque tiene posiciones de avanzada, dentro de la que mas comparto está la de afirmar que la discusion con el PCN-m es en el seno del pueblo.
h.La contradicciòn principal en el sistema imperialista global de hoy se da entre potencias imperialistas y naciones oprimidas del mundo, y no como lo sostiene Negación de la Negación, Entre proletariado y burguesía a nivel mundial.
i. El planteamiento hecho por el PCN-m en 2003: Pero, en Nepal, el desarrollo de revolución h a alcan zado una fase muy sensible depreparación de la ofensiva estratégica . Es esencial entender que la serie de pasos tácticosemprendidos por el Partido, como el cese el fuego, la negociación , la salida política, e tc., están basados en la situación mundial estratégicamente favorable y tácticamente desfavorable en la condición de equilibrio estratégicodentro del país" Era un planteamiento correcto y lo sigue siendo, y no una "declaración propia de una camarilla de oportunistas". Acaso Negación de la Negación seguirá sosteniendo como el PCP que estamos en la "Ofensiva de la Revolución Proletaria Mundial". No la situación internacional se caracteriza por la debilidad del liderazgo del proletariado, debilidad que esta siendo resuelta paulatinamente por la conformación de nuevos pc guiados por el mlm, pero por si solo, este sistema no va a "hundirse" -tesis defendida en su momento por Rosa Luxemburgo-para dar paso al comunismo, hay que primero "enterrarlo".
j. Definitivamente las luchas de liberación en el mundo de hoy, siendo guiadas por un partido comunista, se fusionan en la revolución proletaria mundial, tal y como lo esboza el PCN-m. Negación de la Negación pretende pescar en río revuelto e imponer su concepción erronea de que la contradicción principal en el mundo de hoy es entre proletariado y burguesía a nivel mundial, Esta es la piedra de toque para entender que la falta de comprensión de la linea defendida por Negación de la Negación, en realidad si es una negación, pero del mlm, amparado en el dogmatorevisionismo de enfrentar a los planteamientos de Mao, contra los de Lenin y en últimas los de los dos contra la realidad concreta, para sintetizar sus "actuales" preconcepciones sectarias.
k. COn respecto a la revolución de nueva democracia y a las revoluciones en los países capitalistas oprimidos, Negación pretende utilizar la actual situación para producir "ruido" alrededor de su concepción erronea en particular del camino de la revolución que se debe seguir en Colombia. Les haría una pregunta: ¿Perú es un país semicolonial y semifeudal?. Eso es lo que afirma el PCP.¿Y Bolivia?, eso es lo que afirma el frpmlm de ese país.Sin ser mecanicista, pero las particularidades de estos países no desdibujan algunos puntos en común con Colombia. ¿O es que en Colombia se dió un salto cualitativo que eliminó del mapa económico político la importancia esencial de las relaciones semifeudales de producción, interactuantes con el imperialismo y el capitalismo burocrático? Más elementos para ver como Negación de la negación mezcla elementos mlm con elementos hoxistas, luxemburgistas e incluso trotskistas.
l. Negación de la Negación niega la caracterización de capitalismo burocrático hecha a los paises en los que persisten condiciones de semifeudalidad y dominación imperialista, uno de los aportes del mlm desarrollados entre otros por el PCP en su momento.
m. Los movimientos antiimperialistas en la medida en que posean un liderato proletario se irán fundiendo en la RPM, contrario a lo que plantea mecánicamente negación de la negación de insistir en la imposibilidad de que dichos movimientos se disuelva en la RPM, por el contrario la principal forma en que se disuelve la lucha antiimperialista son las GP.
n. Se debe reconocer el aporte a la discusión planteado por Negación de la Negación. Pero en términos generales me deslindo de las posiciones de la misma, y me pongo del lado de las fuerzas mlm que ubican como blanco principal de la RPM a las fuerzas imperialistas y a los reaccionarios locales y no a los que toman como blanco a las fuerzas del pueblo que se rebelan, y resisten al sistema, y que en casos como el PCN-m y el PCP (Del cual negación de la Negación no habla ni jota), dirigen los procesos que representan la vanguardia de la RPM.
o. Finalmente y por el momento, el dogmato revisionismo de Negación de la Negación tiene otra piedra de toque en su "defensa de Stalin". Hay que ser claros: Stalin fue un gran lider de la revolución, que si bien no se equipara con Marx-Lenin-Mao, dirigiò etapas cruciales de la RPM. Pero no se pueden desconocer los errores (graves algunos de ellos y en muchos casos errores de TODO el MCI en esa época) que repercutieron negativamente en el desarrollo posterior de la RPM. El mismo Mao inició la critica de ellos, y es una posición actual dentro del MCI y en particular del MRI sintetizar los errores de Stalin (sin negar sus aportes, que son lo principal) para no volverlos a cometer. Les recomiendo leer documentos del PCN-m, del PCMaoista deTurquia del PCR-EEUU, y avanzar en esta discusión. Es erronea la posición krushovista de negar el caracter revolucionario del liderato de Stalin, pero es erronea la posición (principalmente defendida por el PTA y Hoxha en su momento)de negar que Stalin cometió errores debido a mecanicismo y metafísica. Lo anterior es un reflejo de las propias concepciones mecanicistas y metafísicas de Negación de la Negación. El punto es defender los aciertos de Stalin y aprender de sus errores, para no volverlos a cometer. Y para eso, contamos con el mlm actual, que trasciende la ciencia de la revolución con la que contaba la humanidad en los tiempos de Stalin.
Para algunos como Romel, esto puede parecer una posición "pantanosa", pues es mucho más sencillo despacharse en contra de organizaciones completas basados en los conceptos teóricos "probados". Estoy de acuerdo que hay que ser firmes en los principios, pero eso no puede ser excusa para convertir esos principios en actos de fe. Los principios son principios en la medida en que la realidad los confirma. Para poner un caso, que ha sido un "tabú" por los menos para los verdaderos mlm en mi país: Mao consideró que no solo por medios violentos se podía obtener el poder: hablaba de medios violentos y no violentos (leer Notas de lectura acerca del Manual de Economía Polìtica de la Unión Soviética escrito por Mao en 1960, el punto 4, dedicado a "el problema del paso específico",
ver en
http://www.marxists.org/espanol/mao/1960notas.htm#s4)
Ese es el punto en Nepal. El problema no es si el PCN-m esté intentando obtener el poder por medios no violentos. El problema es si ese camino permitirá la destrucción del viejo estado y la construcción de un estado de nuevo tipo, acorde con el programa de Nueva Democracia que requiere una dictadura de clases conjunta de las clases populares bajo la dirección del proletariado (se que Romel y la linea que comparte niega la dictadura conjunta de las clases populares, pues para el, la Nueva Democracia es a secas una "forma de la dictadura del proletariado"). La respuesta a este problema solo la pueden dar en los próximos meses las masas de nepal, bajo el liderato del PCN-m.
Si Romel considera que el PCN-m ha cometido una traición contra el proletariado y las masas del planeta, eso implica ubicarlo como enemigo de clase y que se debe dar el tratamiento de enemigos de clase a sus miembros, lo cual no puedo compartir bajo ningún punto de vista. Las contradicciones existentes entre el PCN-m y el MCI son en el seno del pueblo (esto no quiere decir que sean contradicciones que se deben desarrollar de manera secreta), al ser en el seno del pueblo se deben basar en el principio de "curar la enfermedad para salvar al paciente" y no en el de "botar el agua sucia de la tina con todo y niño". Creo que ese es el error de partida de Romel y la línea que comparte y defiende.
3. Rechazo las siguientes tesis de la revista Negación de la Negación.
a. La existencia de"la negación de la negación" (el título de la misma)como principio del materialismo dialéctico.
b. La denuncia del "prachandismo" como el principal peligro para la unidad del MCI.
c. La bancarrota del MRI.
d. La tesis de que "«sin avanzar en el proceso de clarificación de la línea general del movimiento comunista internacional y en la construcción de la Internacional, será imposible concretarla fundación del Partido. Por el contrario creo que el concretar dicho partido es la tarea más importante que tienen los mlm en colombia para aportar en la construcción de la Internacional. Es obvio que debe existir una clara línea general del MCI. Para avanzar en la construcción de la internacional de nuevo tipo, el partido que nazca en colombia debe hacer parte del MRI, embrión de la misma.
e. La causa común que une a los mlm del mundo no es "derrotar el prachandismo" es "ahogar al imperialismo en un mar de guerras populares", es avanzar hacia el comunismo global. Este punto es claro en cuanto a la desviación de los objetivos que buscan romel y la línea que defiende. Es una concepción sectaria.
f. Se menciona al Partido del Trabajo de Albania en contra del revisionismo krushovista, pero no se menciona el propio dogmatorevisionismo del PTA, que en últimas terminó atacando al propio mlm. Negación de la negación implícitamente está haciendo una defensa del hoxhismo.
g. Hasta donde conozco, el PCIndia(m), no hace parte del MRI, aunque tiene posiciones de avanzada, dentro de la que mas comparto está la de afirmar que la discusion con el PCN-m es en el seno del pueblo.
h.La contradicciòn principal en el sistema imperialista global de hoy se da entre potencias imperialistas y naciones oprimidas del mundo, y no como lo sostiene Negación de la Negación, Entre proletariado y burguesía a nivel mundial.
i. El planteamiento hecho por el PCN-m en 2003: Pero, en Nepal, el desarrollo de revolución h a alcan zado una fase muy sensible depreparación de la ofensiva estratégica . Es esencial entender que la serie de pasos tácticosemprendidos por el Partido, como el cese el fuego, la negociación , la salida política, e tc., están basados en la situación mundial estratégicamente favorable y tácticamente desfavorable en la condición de equilibrio estratégicodentro del país" Era un planteamiento correcto y lo sigue siendo, y no una "declaración propia de una camarilla de oportunistas". Acaso Negación de la Negación seguirá sosteniendo como el PCP que estamos en la "Ofensiva de la Revolución Proletaria Mundial". No la situación internacional se caracteriza por la debilidad del liderazgo del proletariado, debilidad que esta siendo resuelta paulatinamente por la conformación de nuevos pc guiados por el mlm, pero por si solo, este sistema no va a "hundirse" -tesis defendida en su momento por Rosa Luxemburgo-para dar paso al comunismo, hay que primero "enterrarlo".
j. Definitivamente las luchas de liberación en el mundo de hoy, siendo guiadas por un partido comunista, se fusionan en la revolución proletaria mundial, tal y como lo esboza el PCN-m. Negación de la Negación pretende pescar en río revuelto e imponer su concepción erronea de que la contradicción principal en el mundo de hoy es entre proletariado y burguesía a nivel mundial, Esta es la piedra de toque para entender que la falta de comprensión de la linea defendida por Negación de la Negación, en realidad si es una negación, pero del mlm, amparado en el dogmatorevisionismo de enfrentar a los planteamientos de Mao, contra los de Lenin y en últimas los de los dos contra la realidad concreta, para sintetizar sus "actuales" preconcepciones sectarias.
k. COn respecto a la revolución de nueva democracia y a las revoluciones en los países capitalistas oprimidos, Negación pretende utilizar la actual situación para producir "ruido" alrededor de su concepción erronea en particular del camino de la revolución que se debe seguir en Colombia. Les haría una pregunta: ¿Perú es un país semicolonial y semifeudal?. Eso es lo que afirma el PCP.¿Y Bolivia?, eso es lo que afirma el frpmlm de ese país.Sin ser mecanicista, pero las particularidades de estos países no desdibujan algunos puntos en común con Colombia. ¿O es que en Colombia se dió un salto cualitativo que eliminó del mapa económico político la importancia esencial de las relaciones semifeudales de producción, interactuantes con el imperialismo y el capitalismo burocrático? Más elementos para ver como Negación de la negación mezcla elementos mlm con elementos hoxistas, luxemburgistas e incluso trotskistas.
l. Negación de la Negación niega la caracterización de capitalismo burocrático hecha a los paises en los que persisten condiciones de semifeudalidad y dominación imperialista, uno de los aportes del mlm desarrollados entre otros por el PCP en su momento.
m. Los movimientos antiimperialistas en la medida en que posean un liderato proletario se irán fundiendo en la RPM, contrario a lo que plantea mecánicamente negación de la negación de insistir en la imposibilidad de que dichos movimientos se disuelva en la RPM, por el contrario la principal forma en que se disuelve la lucha antiimperialista son las GP.
n. Se debe reconocer el aporte a la discusión planteado por Negación de la Negación. Pero en términos generales me deslindo de las posiciones de la misma, y me pongo del lado de las fuerzas mlm que ubican como blanco principal de la RPM a las fuerzas imperialistas y a los reaccionarios locales y no a los que toman como blanco a las fuerzas del pueblo que se rebelan, y resisten al sistema, y que en casos como el PCN-m y el PCP (Del cual negación de la Negación no habla ni jota), dirigen los procesos que representan la vanguardia de la RPM.
o. Finalmente y por el momento, el dogmato revisionismo de Negación de la Negación tiene otra piedra de toque en su "defensa de Stalin". Hay que ser claros: Stalin fue un gran lider de la revolución, que si bien no se equipara con Marx-Lenin-Mao, dirigiò etapas cruciales de la RPM. Pero no se pueden desconocer los errores (graves algunos de ellos y en muchos casos errores de TODO el MCI en esa época) que repercutieron negativamente en el desarrollo posterior de la RPM. El mismo Mao inició la critica de ellos, y es una posición actual dentro del MCI y en particular del MRI sintetizar los errores de Stalin (sin negar sus aportes, que son lo principal) para no volverlos a cometer. Les recomiendo leer documentos del PCN-m, del PCMaoista deTurquia del PCR-EEUU, y avanzar en esta discusión. Es erronea la posición krushovista de negar el caracter revolucionario del liderato de Stalin, pero es erronea la posición (principalmente defendida por el PTA y Hoxha en su momento)de negar que Stalin cometió errores debido a mecanicismo y metafísica. Lo anterior es un reflejo de las propias concepciones mecanicistas y metafísicas de Negación de la Negación. El punto es defender los aciertos de Stalin y aprender de sus errores, para no volverlos a cometer. Y para eso, contamos con el mlm actual, que trasciende la ciencia de la revolución con la que contaba la humanidad en los tiempos de Stalin.
p. Espero que la UOC-mlm corrija sus conceptos erroneos, que me ubican, junto con el PCN-m, el MRI y sus organizaciones miembro (según ellos) en el terreno de los enemigos de clase de la RPM, al "traicionarla". Finalmente, si bien diverjo de las posiciones generales de Romel, de Negación de la Negación y de la UOC-mlm, considero que es necesario desarrollar la lucha teórica e ideològica en el seno del pueblo con dicha línea.
Un saludo de unidad lucha y tranformación
D.R.
*Revista teorica auspiciada por la UOC-mlm de Colombia
sábado, 17 de mayo de 2008
Lenin y el imperialismo
V. I. Lenin
El imperialismo y la escisión del socialismo
Escrito: En octubre de 1916.Primera publicación: En diciembre de 1916, en Sbórnik Sotsial-Demokrata,
El imperialismo y la escisión del socialismo
Escrito: En octubre de 1916.Primera publicación: En diciembre de 1916, en Sbórnik Sotsial-Demokrata,
núm. 2.
Preparado para el MIA: Por Juan Fajardo, diciembre de 2000.
¿Existe alguna relación entre el imperialismo y la monstruosa y repugnante victoria que el oportunismo (en forma de socialchovinismo) ha obtenido sobre el movimiento obrero en Europa?
Este es el problema fundamental del socialismo contemporáneo. Después de haber dejado plenamente sentado en nuestra literatura de partido, en primer lugar, el carácter imperialista de nuestra época y de la guerra actual, y, en segundo lugar, el nexo histórico indisoluble que existe entre el socialchovinismo y el oportunismo, así como su igualdad de contenido ideológico y político, podemos y debemos pasar a examinar este problema fundamental.
Hay que empezar por definir, del modo más exacto completo y posible, qué es el imperialismo. El imperialismo es una fase histórica especial del capitalismo. Su carácter específico tiene tres peculiaridades: el imperialismo es 1) capitalismo monopolista; 2) capitalismo parasitario o en descomposición; 3) capitalismo agonizante. La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo. El monopolismo se manifiesta en cinco formas principales: 1) cártels, sindicatos y trusts; la concentración de la producción ha alcanzado el grado que da origen a estas asociaciones monopolistas de los capitalistas; 2) situación monopolista de los grandes Bancos: de tres a cinco Bancos gigantescos manejan toda la vida económica de los EE.UU., de Francia y de Alemania; 3) apropiación de las fuentes de materias primas por los trusts y la oligarquía financiera (el capital financiero es el capital industrial monopolista fundido con el capital bancario); 4) se ha iniciado el reparto (económico) del mundo entre los cártels internacionales. ¡Son ya más de cien los cártels internacionales que dominan todo el mercado mundial y se lo reparten "ami gablemente", hasta que la guerra lo redistribuya! La exportación del capital, como fenómeno particularmente característico a diferencia de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista, guarda estrecha relación con el reparto económico y político-territorial del mundo. 5) Ha terminado el reparto territorial del mundo (de las colonias).
El imperialismo, como fase superior del capitalismo en Norteamérica y en Europa, y después en Asia, se formó plenamente en el período 1898-1914. Las guerras hispano-norteamericana (1898), anglo-bóer (1899-1902) y ruso-japonesa (1904-1905), y la crisis económica de Europa en 1900, son los principales jalones históricos de esta nueva época de la historia mundial.
Que el imperialismo es el capitalismo parasitario o en descomposición se manifiesta, ante todo, en la tendencia a la descomposición que distingue a todo monopolio en el régimen de la propiedad privada sobre los medios de producción. La diferencia entre la burguesía imperialista democrático-republicana y la monárquico-reaccionaria se borra, precisamente, porque una y otra se pudren vivas (lo que no elimina, en modo alguno, el desarrollo asombrosamente rápido del capitalismo en ciertas ramas industriales, en ciertos países, en ciertos períodos). En segundo lugar, la descomposición del capitalismo se manifiesta en la formación de un enorme sector de rentistas, de capitalistas que viven de "cortar cu pones". En los cuatro países imperialistas avanzados -- Inglaterra, América del Norte, Francia y Alemania --, el capital en valores asciende, en cada país, de cien a ciento cincuenta mil millones de francos, lo cual significa, por lo menos, una renta anual de cinco mil a ocho mil millones de francos. En tercer lugar, la exportación de capital es el parasitismo elevado al cuadrado. En cuarto lugar, "el capital financiero tiende a la dominación, y no a la libertad". La reacción política en toda la línea es rasgo característico del imperialismo. Venalidad, soborno en proporciones gigantescas, un verdadero Panamá[1]. En quinto lugar, la explotación de las naciones oprimidas, ligada indisolublemente a las anexiones, y, sobre todo, la explotación de las colonias por un puñado de "grandes" potencias, convierte cada vez más el mundo "civilizado" en un parásito que vive sobre el cuerpo de centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados. El proletario romano vivía a expensas de la sociedad. La sociedad actual vive a expensas del proletario moderno. Marx subrayaba especialmente esta profunda observación de Sismondi[2]. El imperialismo modifica algo la situación. Una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas vive, en parte, a expensas de los centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados.
Queda claro por qué el imperialismo es un capitalismo agonizante, en transición hacia el socialismo: el monopolio, que nace del capitalismo, es ya capitalismo agonizante, el comien~o de su tránsito al socialismo. La misma significación tiene la gigantesca socialización del trabajo realizada por el imperialismo (lo que sus apologistas, los economistas burgueses, llaman "entrelazamiento").
Al definir de este modo el imperialismo, nos colocamos en plena contradicción con C. Kautsky, que se resiste a considerar el imperialismo como una "fase del capitalismo" y lo define como política "preferida" del capital financiero, como tendencia de los países "industriales" a anexionarse los países "agrarios"[*]. Desde el punto de vista teórico, esta definición de Kautsky es completamente falsa. La peculiaridad del imperialismo no es precisamente el dominio del capital industrial, sino el del capital financiero, precisamente la tendencia a anexionarse no sólo países agrarios, sino toda clase de países. Kautsky separa la política del imperialismo de su economía, separa el monopolismo en política del monopolismo en economía, para desbrozar el camino a su vulgar reformismo burgués tal como el "desarme", el "ultraimperialismo" y demás necedades por el estilo. El propósito y el objeto de esta falsedad teórica se reducen exclusivamente a disimular las contradicciones más profundas del imperialismo y a justificar de este modo la teoría de la "unidad" con sus apologistas: con los oportunistas y socialchovinistas descarados.
Ya hemos hablado bastante de esta ruptura de Kautsky con el marxismo, tanto en el Sotsial-Demokrat como en el Kommunist [3]. Nuestros kautskianos rusos, los del CO con Axelrod y Spectator[4] al frente, sin excluir a Mártov y, en grado considerable, a Trotski, han preferido silenciar el kautskismo como tendencia. No se han atrevido a defender lo que Kautsky ha escrito durante la guerra limitándose simplemente a elogiar a Kautsky (Axelrod en su folleto alemán que el Comité de Organización[5] ha prometido publicar en ruso) o aludir a cartas particulares de Kautsky (Spectator) en las que afirma que pertenece a la oposición y trata de anular jesuíticamente sus declaraciones chovinistas.
Observamos que, en su "interpretación" del imperialismo -- que equivale a embellecerlo -- , Kautsky retrocede no sólo en relación a El capital financiero de Hilferding (¡por muy empeñadamente que el mismo Hilferding defienda ahora a Kautsky y la "unidad" con los socialchovinistas!), sino también en relación al social-liberal J. A. Hobson. Este economista inglés, que ni por asomo pretende merecer el título de marxista, define de un modo mucho más profundo el imperialismo y pone de manifiesto sus contradicciones en su obra de 1902**. Veamos lo que dice este escritor (en cuyas obras podemos encontrar casi todas las vulgaridades pacifistas y "conciliadoras" de Kautsky) sobre la cuestión, que tiene singular importancia, del carácter parasitario del imperialismo:
Dos clases de circunstancias han debilitado, a juicio de Hobson, la potencia de los viejos imperios: 1) el "parasitismo económico" y 2) la formación de ejércitos con hombres de los pueblos dependientes. "La primera es la costumbre del parasitismo económico, en virtud de la cual el Estado dominante utiliza sus provincias, sus colonias y los países dependientes, con objeto de enriquecer a su clase dirigente y de sobornar a sus clases inferiores para que se estén quietas". Refiriéndose a la segunda circunstancia Hobson escribe:
"Uno de los síntomas más extraños de la ceguera del imperialismo" (en boca del social-liberal Hobson esta cantinela sobre la "ceguera" de los imperialistas es más apropiada que en el "marxista" Kautsky) "es la despreocupación con que la Gran Bretaña, Francia y otras naciones imperialistas emprenden este camino. La Gran Bretaña ha ido más lejos que ningún otro país. La mayor parte de las batallas por medio de las cuales conquistamos nuestro imperio de la India, fueron sostenidas por nuestras tropas indígenas. En la India, y últimamente en Egipto, grandes ejércitos permanentes están mandados por ingleses; casi todas las guerras de conquista en Africa, a excepcion de la del Sur, han sido llevadas a cabo, para nosotros, por los indígenas".
La perspectiva del reparto de China dio lugar a la siguiente apreciación económica de Hobson: "La mayor parte de la Europa Occidental podría adquirir entonces el aspecto y el carácter que tienen actualmente ciertos lugares de estos países: el sur de Inglaterra, la Riviera, los sitios de Italia y de Suiza más frecuentados por los turistas y poblados por los ricachos, es decir, pequeños grupos de aristócratas acaudalados, que reciben dividendos y pensiones del Lejano Oriente, con un grupo algo más numeroso de empleados y comerciantes y un número más considerable de criados y obreros del ramo del transporte y de la industria dedicada al ultimo retoque de los artículos manufacturados. En cambio, las ramas principales de la industria desaparecerían y los productos alimenticios de gran consumo, los artículos semimanufacturados de uso corriente afluirían, como un tributo, de Asia y de Africa". "He aquí qué posibilidades abre ante nosotros una alianza más vasta de los Estados occidentales una federación europea de las grandes potencias; dicha federación no sólo no haría avanzar la civilización mundial, sino que podría implicar un peligro gigantesco de parasitismo occidental: formar un grupo de las naciones industriales avanzadas, cuyas clases superiores percibirían inmensos tributos de Asia y de Africa, por medio de los cuales mantendrían a grandes masas domesticadas de empleados y servidores, ocupados no ya en la producción agrícola e industrial de gran consumo, sino en prestar servicios personales o realizar un trabajo industrial secundario, bajo el control de una nueva aristocracia financiera. Que los que estén dispuestos a rechazar esta teoría" (debería decirse: perspectiva), "como poco digna de atención, reflexionen sobre las condiciones económicas y sociales de las regiones del sur de Inglaterra que se hallan ya en esta situación. Que piensen en las enormes proporciones que podría adquirir dicho sistema si China se viera sometida al control económico de tales grupos financieros, de "inversionistas de capital" (rentistas), de sus funcionarios políticos y empleados comerciales e industriales que extraerían beneficios del más grande depósito potencial que jamás ha conocido el mundo, con objeto de consumir dichos beneficios en Europa. Naturalmente, la situación es excesivamente compleja, el juego de las fuerzas mundiales es demasiado difícil de calcular para que resulte muy verosimil esa u otra interpretación unilateral del futuro. Pero las influencias que rigen el imperialismo de la Europa Occidental en el presente se orientan hacia esa dirección, y, si no encuentran resistencia, si no son desviadas hacia otra dirección, orientarán en ese sentido la consumación del proceso".
El social-liberal Hobson no ve que esta "resistencia" sólo puede oponerla el proletariado revolucionario, y sólo en forma de revolución social. ¡Por algo es social-liberal! Pero ya en 1902 abordaba admirablemente tanto el problema de la significación de los "Estados Unidos de Europa" (¡sépalo el kautskiano Trotski!) como todo lo que tratan de disimular los kautskianos hipócritas de diversos países, a saber: que los oportunistas (socialchovinistas) colaboran con la burguesía imperialista precisamente para formar una Europa imperialista sobre los hombros de Asia y de Africa; que los oportunistas son, objetivamente, una parte de la pequeña burguesía y de algunas capas de la clase obrera, parte sobornada con las superganancias imperialistas, convertida en perros guardianes del capitalismo, en elemento corruptor del movimiento obrero.
Más de una vez, y no sólo en artículos, sino en resoluciones de nuestro Partido, hemos señalado esta relación económica, la más honda, precisamente entre la burguesía imperialista y el oportunismo, que ahora (¿será por mucho tiempo?) ha vencido al movimiento obrero. De ello deducíamos, entre otras cosas, que es inevitable la escisión con el socialchovinismo. ¡Nuestros kautskianos han preferido eludir este problema! Mártov, por ejemplo, ya en sus conferencias, recurría al sofisma que se ha expresado del modo siguiente en el Boletín del Secretariado en el Extranjero del Comité de Organización[6] (núm. 4, del 10 de abril de 1916):-- ". . . Muy mala, incluso desesperada, sería la situación de la socialdemocracia revolucionaria si los grupos de obreros, que por su desarrollo espiritual están más cerca de los "intelectuales", y los más calificados, la abandonaran fatalmente para pasar al oportunismo . . ."
¡Empleando la tonta palabreja "fatalmente" y con un poco de "trampa", se elude el hecho de que ciertas capas obreras se han pasado al oportunismo y a la burguesía imperialista! ¡Y este es el hecho que querían eludir los sofistas del Comité de Organizaciónl Salen del paso con el "optimismo oficial" de que ahora hacen gala tanto el kautskiano Hilferding como muchos otros, ¡diciendo que las condiciones objetivas garantizan la unidad del proletariado y la victoria de la tendencia revolucionaria!, ¡diciendo que nosotros somos "optimistas" en lo que respecta al proletariado!
Y, en realidad, todos estos kautskianos, Hilferding, los partidarios del CO, Mártov y Cía. son optimistas . . . en lo que respecta al oportunismo. ¡Este es el quid de la cuestión!
El proletariado es fruto del capitalismo, pero del capitalismo mundial, y no sólo del europeo, no sólo del imperialista. En escala mundial, cincuenta años antes o cincuenta años después -- en tal escala esto es un problema secundario --, el "proletariado", naturalmente, "llegará" a la unidad y en él triunfará "ineludiblemente" la socialdemocracia revolucionaria. No se trata de esto, señores kautskianos, sino de que ustedes, ahora, en los países imperialistas de Europa, se prosternan como lacayos ante los oportunistas, que son extraños al proletariado como clase, que son servidores, agentes y portadores de la influencia de la burguesía y, si no se desembaraza de ellos, el movimiento obrero seguirá siendo un movimiento obrero burgués. Vuestra prédica de la "unidad" con los oportunistas, con los Legien y los David, los Plejánov y los Chjenkeli, los Potrésov, etc., es, objetivamente, la defensa de la esclavización de los obreros por la burguesía imperialista a través de sus mejores agentes en el movimiento obrero. La victoria de la socialdemocracia revolucionaria en escala mundial es absolutamente ineludible, pero marcha y marchará, avanza y avanzará sólo contra ustedes, será una victoria sobre ustedes.
Las dos tendencias, incluso los dos partidos del movimiento obrero contemporáneo, que tan claramente se han escindido en todo el mundo en 1914-1916, fueron observadas por Engels y Marx en Inglaterra durante varios decenios, aproximadamente entre 1858 y 1892.
Ni Marx ni Engels vivieron para ver la época imperialista del capitalismo mundial, que sólo se inicia entre 1898 y 1900. Pero ya a mediados del siglo XIX, era característica de Inglaterra la presencia, por lo menos, de dos principales rasgos distintivos del imperialismo: 1) inmensas colonias y 2) ganancias monopolistas (a consecuencia de su situación monopolista en el mercado mundial). En ambos sentidos, Inglaterra representaba entonces una excepción entre los países capitalistas, y Engels y Marx, analizando esta excepción, indicaban en forma completamente clara y definida que estaba en relación con la victoria (temporal) del oportunismo en el movimiento obrero inglés.
En una carta a Marx, del 7 de octubre de 1858, escribía Engels: "El proletariado inglés se está aburguesando, de hecho, cada día más; así que esta nación, la más burguesa de todas, aspira aparentemente a llegar a tener al lado de la burguesía, una aristocracia burguesa y un proletariado burgués Naturalmente, por parte de una nación que explota al mundo entero, esto es, hasta cierto punto, lógico". En una carta a Sorge, fechada el 2I de septiembre de 1872, Engels comunica que Hales promovió en el Consejo Federal de la Internacional un gran escándalo, logrando un voto de censura contra Marx por sus palabras de que "los líderes obreros ingleses se habían vendido". Marx escribe a Sorge el 4 de agosto de 1874: "En lo que respecta a los obreros urbanos de aquí (en Inglaterra), es de lamentar que toda la banda de líderes no haya ido al Parlamento. Sería el camino más seguro para librarse de esa canalla". En una carta a Marx, del 11 de agosto de 1881, Engels habla de "las peores tradeuniones inglesas, que permiten que las dirija gente vendida a la burguesía, o, cuando menos, pagada por ella". En una carta a Kautsky, del 12 de septiembre de 1882, escribía Engels: "Me pregunta usted ¿qué piensan los obreros ingleses acerca de la política colonial? Lo mismo que piensan de la política en general. Aquí no hay un partido obrero, sólo hay conservadores y radicales liberales, y los obreros se aprovechan con ellos, con la mayor tranquilidad, del monopolio colonial de Inglaterra y de su monopolio en el mercado mundial".
El 7 de diciembre de 1889, escribía Engels a Sorge: ". . . Lo más repugnante aquí (en Inglaterra) es la respectability (respetabilidad) burguesa que se ha hecho carne y sangre de los obreros. . .; hasta el propio Tom Mann, a quien considero el mejor de todos ellos, le gusta mencionar que habrá de comer con el lord mayor. Basta compararlos con los franceses para convencerse de hasta qué punto en este aspecto influye saludablemente la revolución". En otra carta, del 19 de abril de 1890: "El movimiento (de la clase obrera en Inglaterra) avanza bajo la superficie, abarca sectores cada vez más amplios que, en la mayoría de los casos, pertenecen a la masa más inferior (subrayado por Engels), inerte hasta ahora; y no está ya lejano el día en que esta masa se encuentre a sí misma, en que vea claro que es ella misma, precisamente, la colosal masa en movimiento"[7]. El 4 de marzo de 189I: "el revés del fracasado sindicato de los obreros del puerto, las 'viejas' tradeuniones conservadoras, ricas y por ello mismo cobardes, quedan solas en el campo de batalla". . . El 14 de septiembre de 1891: en el Congreso de las tradeuniones, celebrado en Newcastle, son derrotados los viejos tradeunionistas, enemigos de la jornada de 8 horas, "y los periódicos burgueses reconocen la derrota del partido obrero burgués " (subrayado en todas partes por Engels)[8]. . .
Que estas ideas, repetidas por Engels durante décadas enteras, también fueron expresadas por él públicamente, en la prensa, lo prueba su prólogo a la segunda edición de La situación de la clase obrera en Inglaterra (1892)[9]. Habla aquí de una "aristocracia en el seno de la clase obrera", de la "minoría privilegiada de obreros" frente a "la gran masa obrera". "Una pequeña minoría, privilegiada y protegida", de la clase obrera es la única que obtuvo "prolongadas ventajas" de la situación privilegiada de Inglaterra en 1848-1868, mientras que, "la gran masa, en el mejor de los casos, sólo gozaba de breves mejoras". . . "Cuando quiebre el monopolio industrial de Inglaterra, la clase obrera inglesa perderá su situación privilegiada". . . Los miembros de las "nuevas" tradeuniones, los sindicatos de obreros no calificados, "tienen una enorme ventaja: su mentalidad es todavía un terreno virgen, absolutamente exento de los 'respetables' prejuicios burgueses heredados, que trastornan las cabezas de los 'viejos tradeunionistas' mejor situados. . ." En Inglaterra se habla de "los llamados representantes obreros" refiriéndose a gentes a las que "se perdona su pertenencia a la clase obrera porque ellos mismos están dispuestos a ahogar esta cualidad suya en el océano de su liberalismo. . ."
Hemos citado deliberadamente las declaraciones directas de Marx y Engels en forma bastante extensa, para que los lectores puedan estudiarlas en conjunto. Es imprescindible estudiarlas y merece la pena de que se reflexione atentamente sobre ellas. Porque son la clave de la táctica del movimiento obrero que prescriben las condiciones objetivas de la época imperialista. También aquí Kautsky ha intentado ya "enturbiar el agua" y sustituir el marxismo por una conciliación dulzona con los oportunistas. Polemizando con los socialimperialistas francos y cándidos (como Lensch), que justifican la guerra por parte de Alemania, como destrucción del monopolio de Inglaterra, Kautsky "corrige " esta evidente falsedad con otra falsedad igualmente palmaria. ¡En lugar de una falsedad cínica coloca una falsedad dulzona! El monopolio industrial de Inglaterra, dice, está hace tiempo roto, destruido: ni se puede ni hay por qué destruirlo.
¿Por qué es falso este argumento?
En primer lugar, porque pasa por alto el monopolio colonial de Inglaterra. ¡Y Engels, como hemos visto, ya en 1882, hace 34 años, lo indicaba con toda claridad! Si está deshecho el monopolio industrial de Inglaterra, su colonial no sólo se mantiene, sino que se ha recrudecido extraordinariamente, porque ¡todo el mundo está ya repartido! Con sus mentiras dulzonas, Kautsky hace pasar de contrabando la idea, pacifista-burguesa y oportunista-pequeñoburguesa de que "no hay por qué hacer la guerra". Por el contrario, los capitalistas no sólo tienen ahora por qué hacer la guerra, sino que no pueden dejar de hacerla, si, quieren conservar el capitalismo, porque sin un nuevo reparto de las colonias por la fuerza, los nuevos países imperialistas no podrán obtener los privilegios de que disfrutan las potencias imperialistas más viejas (y menos fuertes ).
En segundo lugar, ¿por qué explica el monopolio de Inglaterra la victoria (temporal) del oportunismo en este país? Porque el monopolio da superganancias, es decir, un exceso de ganancias por encima de las ganancias normales, ordinarias del capitalismo en todo el mundo. Los capitalistas pueden gastar una parte de estas superganancias (¡e incluso una parte no pequeña!) para sobornar a sus obreros, creando algo así como una alianza (recuérdense las famosas "alianzas" de las tradeuniones inglesas con sus amos descritas por los Webb), alianza de los obreros de un pais dado, con sus capitalistas contra los demás países. A fines del siglo XIX, el monopolio industrial de Inglaterra estaba ya deshecho. Eso es indiscutible. Pero ¿cómo se produjo esa destrucción? ¿De modo que hiciera desaparecer todo monopolio?
Si así fuera, la "teoría" de Kautsky de la conciliación (con el oportunismo) estaría hasta cierto punto justificada. Pero precisamente se trata de que no es así. El imperialismo es el capitalismo monopolista. Cada cártel, cada trust, cada sindicato, cada Banco gigantesco es un monopolio. Las superganancias no han desaparecido, sino que prosiguen. La explotación por un país privilegiado, financieramente rico, de todos los demás, sigue y es aún más intensa. Un puñado de países ricos -- son en total cuatro, si se tiene en cuenta una riqueza independiente y verdaderamente gigantesca, una riqueza "contemporánea: Inglaterra, Francia, los Estados Unidos y Alemania -- ha extendido los monopolios en proporciones inabarcables, obtiene centenares, si no miles de millones de superganancias, "vive sobre las espaldas" de centenares y centenares de millones de hombres de otros países, entre luchas intestinas por el reparto de un botín de lo más suntuoso, de lo más pingue, de lo más fácil.
En esto consiste precisamente la esencia económica y política del imperialismo, cuyas profundísimas contradicciones Kautsky oculta en vez de ponerlas al descubierto.
La burguesía de una "gran" potencia imperialista puede económicamente sobornar a las capas superiores de "sus" obreros, dedicando a ello alguno que otro centenar de millo nes de francos al año, ya que sus superganancias se elevan probablemente a cerca de mil millones. Y la cuestión de cómo se reparte esa pequeña migaja entre los ministros obreros, los "diputados obreros" (recordad el espléndido análisis que de este concepto hace Engels), los obreros que forman parte de los comités de la industria armamentista[10], los funcionarios obreros, los obreros organizados en sindicatos de carácter estrechamente gremial, los empleados, etc., etc., es ya una cuestión secundaria.
Desde 1848 a 1868, y en parte después, Inglaterra era el único país monopolista; por esto pudo vencer allí, para decenios, el oportunismo; no había más países ni con riquísimas colonias ni con monopolio industrial.
El último tercio del siglo XIX es un periodo de transición a una nueva época, a la época imperialista. Disfruta del monopolio no el capital financiero de una sola gran potencia, sino el de unas cuantas, muy pocas. (En el Japón y en Rusia, el monopolio de la fuerza militar, de un territorio inmenso o de facilidades especiales para despojar a los pueblos alógenos, a China, etc., completa y en parte sustituye el monopolio del capital financiero más moderno.) De esta diferencia se deduce que el monopolio de Inglaterra pudo ser indiscutido durante decenios. En cambio, el monopolio del capital financiero actual se discute furiosamente; ha comenzado la época de las guerras imperialistas. Entonces se podía sobornar, corromper durante decenios a la clase obrera de un país. Ahora esto es inverosimil, y quizá hasta imposible. Pero, en cambio, cada "gran" potencia imperialista puede sobornar y soborna a capas más reducidas (que en Inglaterra entre 1848 y 1868) de la "aristocracia obrera". Entonces, como dice con admirable profundidad Engels, sólo en un país podia constituirse un "partido obrero burgués ", porque sólo un país disponía del monopolio, pero, en cambio, por largo tiempo. Ahora, el "partido obrero burgués" es inevitable y tipico en todos los países imperialistas, pero, teniendo en cuenta la desesperada lucha de éstos por el reparto del botín, no es probable que semejante partido triunfe por largo tiempo en una serie de países. Ya que los trusts, la oligarquía financiera, la carestía, etc., permiten sobornar a un puñado de las capas superiores y de esta manera oprimen, subyugan, arruinan y atormentan con creciente intensidad a la masa de proletarios y semiproletarios.
Por una parte, está la tendencia de la burguesía y de los oportunistas a convertir el puñado de naciones mas ricas, privilegiadas, en "eternos" parásitos sobre el cuerpo del resto de la humanidad, a "dormir sobre los laureles" de la explotación de negros, hindúes, etc., teniéndolos sujetos por medio del militarismo moderno, provisto de una magnífica técnica de exterminio. Por otra parte, está la tendencia de las masas, que son más oprimidas que antes, que soportan todas las calamidades de las guerras imperialistas, tendencia a sacudirse cse yugo, a derribar a la burguesía. La historia del movimiento obrero se desarrollará ahora, inevitablemente, en la lucha entre estas dos tendencias, pues la primera tendencia no es casual, sino que tiene un "fundamento" económico. La burguesía ha dado ya a luz, ha criado y se ha asegurado "partidos obreros burgueses" de socialchovinistas en todos los países. Carecen de importancia las diferencias entre un partido oficialmente formado, como el de Bissolati en Italia, por ejemplo, partido totalmente socialimperialista, y, supongamos, el quasipartido, a medio formar, de los Potrésov, Gvózdiev, Bulkin, Chjeídze, Skóbeliev y Cía. Lo importante es que, desde el punto de vista económico, ha madurado y se ha consumado el paso de una capa de aristocracia obrera a la burguesía, pues este hecho económico, este desplazamiento en las relaciones entre las clases, encontrará sin gran "dificultad" una u otra forma política.
Sobre la indicada base económica, las instituciones políticas del capitalismo moderno -- prensa, parlamento, sindicatos, congresos, etc. -- han creado privilegios y dádivas políticos, correspondientes a los económicos, para los empleados y obreros respetuosos, mansos, reformistas y patrioteros. La burguesía imperialista atrae y premia a los representantes y partidarios de los "partidos obreros burgueses" con lucrativos y tranquilos cargos en el gobierno o en el comité de industrias de guerra, en el parlamento y en diversas comisiones, en las redacciones de periódicos legales "serios" o en la dirección de sindicatos obreros no menos serios y "obedientes a la burguesía".
En este mismo sentido actúa el mecanismo de la democracia política. En nuestros días no se puede pasar sin elecciones; ni nada se puede hacer sin las masas, pero en la época de la imprenta y del parlamentarismo no es posible llevar tras de sí a las masas sin un sistema ampliamente ramificado, metódicamente aplicado, sólidamente organizado de adulación, de mentiras, de fraudes, de prestidigitación con palabrejas populares y de moda, de promesas a diestro y siniestro de toda clase de reformas y beneficios para los obreros, con tal de que renuncien a la lucha revolucionaria por derribar a la burguesía. Yo llamaría a este sistema lloydgeorgismo, por el nombre de uno de sus representantes más eminentes y hábiles de este sistema en el país clásico del "partido obrero burgués", el ministro inglés Lloyd George. Negociante burgués de primera clase y político astuto, orador popular, capaz de pronunciar toda clase de discursos, incluso r-r-revolucionarios, ante un auditorio obrero; capaz de conseguir, para los obreros dóciles, dádivas apreciables como son las reformas sociales (seguros, etc.), Lloyd George sirve admirablemente a la burguesía[***] y la sirve precisamente entre los obreros, extendiendo su influencia precisamente en el proletariado, donde le es más necesario y más difícil someter moralmente a las masas.
¿Pero es tanta la diferencia entre Lloyd George y los Scheidemann, los Legien, los Henderson, los Hyndman, los Plejánov, los Renaudel y Cía.? Se nos objetará que, de estos últimos, algunos volverán al socialismo revolucionario de Marx. Es posible, pero ésta es una diferencia insignificante en proporción, si se considera el problema en escala política, es decir, en su aspecto de masas. Algunos de los actuales líderes socialchovinistas pueden volver al proletariado. Pero la corriente socialchovinista o (lo que es lo mismo) oportunista no puede desaparecer ni "volver" al proletariado revolucionario. Donde el marxismo es popular entre los obreros, esta corriente política, este "partido obrero burgués", invocará a Marx y jurará en su nombre. No se le puede prohibir, como no se le puede prohibir a una empresa comercial que emplee cualquier etiqueta, cualquier rótulo, cualquier anuncio. En la historia ha sucedido siempre que, después de muertos los jefes revolucionarios cuyos nombres son populares en las clases oprimidas, sus enemigos han intentado apropiárselos para engañar a estas clases.
El hecho de que en todos los países capitalistas avanzados se han constituido ya "partidos obreros burgueses", como fenómeno político, y que sin una lucha enérgica y despiadada, en toda la línea, contra esos partidos -- o, grupos, corrientes, etc., todo es lo mismo -- no puede ni hablarse de lucha contra el imperialismo, ni de marxismo, ni de movimiento obrero socialista. La fracción de Chjeídze[11], Nashe Dielo [12] y Golos Trudá [13] en Rusia, y los partidarios del CO en el extranjero, no son sino una variante de uno de estos partidos. No tenemos ni asomo de fundamento para pensar que estos partidos pueden desaparecer antes de la revolución social. Por el contrario, cuanto más cerca esté esa revolución, cuanto más poderosamente se encienda, cuanto más bruscos y fuertes sean las transiciones y los saltos en el proceso de su desarrollo, tanto mayor será el papel que desempeñe en el movimiento obrero la lucha de la corriente revolucionaria, de masas, contra la corriente oportunista, pequeñoburguesa. El kautskismo no es ninguna tendencia independiente, pues no tiene raíces ni en las masas ni en la capa privilegiada que se ha pasado a la burguesía. Pero el peligro que entraña el kautskismo consiste en que, utilizando la ideología del pasado, se esfuerza por conciliar al proletariado con el "partido obrero burgués", por mantener su unidad con este último y levantar de tal modo el prestigio de dicho partido. Las masas no siguen ya a los socialchovinistas descarados: Lloyd George ha sido silbado en Inglaterra en asambleas obreras, Hyndman ha abandonado el partido; a los Renaudel y los Scheidemann, a los Potrésov y los Gvózdiev les protege la policía. Lo más peligroso es la defensa encubierta que los kautskianos hacen de los socialchovinistas.
Uno de los sofismas más difundidos de los kautskistas es el remitirse a las "masas". ¡No queremos, dicen, separarnos de ellas ni de sus organizaciones! Pero obsérvese cómo plantea Engels esta cuestión. Las "organizaciones de masas" de las tradeuniones inglesas estuvieron en el siglo XIX al lado del partido obrero burgués. Y no por eso se conformaron Marx y Engels con este partido, sino que lo desenmascararon. No olvidaban, en primer lugar, que las organizaciones de las tradeuniones abarcan, en forma inmediata, una minoría del proletariado. Tanto entonces en Inglaterra como ahora en Alemania está organizada no más de una quinta parte del proletariado. Bajo el capitalismo no puede pensarse seriamente en la posibilidad de organizar a la mayoría de los proletarios. En segundo lugar -- y esto es lo principal --, no se trata tanto del número de miembros de una organización, como del sentido real, objetivo, de su política: de si esa política representa a las masas, sirve a las masas, es decir, sirve para liberarlas del capitalismo, o representa los intereses de una minoría, su conciliación con el capitalismo. Precisamente esto último, que era justo en relación con Inglaterra en el siglo XIX, es justo hoy día en relación con Alemania, etc.
Del "partido obrero burgués" de las viejas tradeuniones, de la minoría privilegiada, distingue Engels la "masa inferior ", la verdadera mayoría' y apela a ella, que no está contaminada de "respetabilidad burguesa". ¡Ese es el quid de la táctica marxista!
Ni nosotros ni nadie puede calcular exactamente qué parte del proletariado es la que sigue y seguirá a los socialchovinistas y oportunistas. Sólo la lucha lo pondrá de manifiesto, sólo la revolución socialista lo decidirá definitivamente. Pero lo que sí sabemos con certeza es que los "defensores de ila patria" en la guerra imperialista sólo representan una minoría. Y por esto, si queremos seguir siendo socialistas, nuestro deber es ir más abajo y más a lo hondo, a las verdaderas masas: en ello está el sentido de la lucha contra el oportunismo y todo el contenido de esta lucha. Poniendo al descubierto que los oportunistas y los socialchovinistas traicionan y venden de hecho los intereses de las masas, que defienden privilegios pasajeros de una minoría obrera, que extienden ideas e influencias burguesas, que, en realidad, son aliados y agentes de la burguesía, de este modo enseñamos a las masas a comprender cuáles son sus verdaderos intereses políticos, a luchar por el socialismo y por la revolución, a través de todas las largas y penosas peripecias de las guerras imperialistas y de los armisticios imperialistas.
La única línea marxista en el movimiento obrero mundial consiste en explicar a las masas que la escisión con el oportunismo es inevitable e imprescindible, en educarlas para la revolución en una lucha despiadada contra él, en aprovechar la experiencia de la guerra para desenmascarar todas las infamias de la política obrera liberal-nacionalista, y no para encubrirlas.
En el artículo siguiente trataremos de resurnir los principales rasgos distintivos de esta línea, en contraposición al kautskismo.
Este es el problema fundamental del socialismo contemporáneo. Después de haber dejado plenamente sentado en nuestra literatura de partido, en primer lugar, el carácter imperialista de nuestra época y de la guerra actual, y, en segundo lugar, el nexo histórico indisoluble que existe entre el socialchovinismo y el oportunismo, así como su igualdad de contenido ideológico y político, podemos y debemos pasar a examinar este problema fundamental.
Hay que empezar por definir, del modo más exacto completo y posible, qué es el imperialismo. El imperialismo es una fase histórica especial del capitalismo. Su carácter específico tiene tres peculiaridades: el imperialismo es 1) capitalismo monopolista; 2) capitalismo parasitario o en descomposición; 3) capitalismo agonizante. La sustitución de la libre competencia por el monopolio es el rasgo económico fundamental, la esencia del imperialismo. El monopolismo se manifiesta en cinco formas principales: 1) cártels, sindicatos y trusts; la concentración de la producción ha alcanzado el grado que da origen a estas asociaciones monopolistas de los capitalistas; 2) situación monopolista de los grandes Bancos: de tres a cinco Bancos gigantescos manejan toda la vida económica de los EE.UU., de Francia y de Alemania; 3) apropiación de las fuentes de materias primas por los trusts y la oligarquía financiera (el capital financiero es el capital industrial monopolista fundido con el capital bancario); 4) se ha iniciado el reparto (económico) del mundo entre los cártels internacionales. ¡Son ya más de cien los cártels internacionales que dominan todo el mercado mundial y se lo reparten "ami gablemente", hasta que la guerra lo redistribuya! La exportación del capital, como fenómeno particularmente característico a diferencia de la exportación de mercancías bajo el capitalismo no monopolista, guarda estrecha relación con el reparto económico y político-territorial del mundo. 5) Ha terminado el reparto territorial del mundo (de las colonias).
El imperialismo, como fase superior del capitalismo en Norteamérica y en Europa, y después en Asia, se formó plenamente en el período 1898-1914. Las guerras hispano-norteamericana (1898), anglo-bóer (1899-1902) y ruso-japonesa (1904-1905), y la crisis económica de Europa en 1900, son los principales jalones históricos de esta nueva época de la historia mundial.
Que el imperialismo es el capitalismo parasitario o en descomposición se manifiesta, ante todo, en la tendencia a la descomposición que distingue a todo monopolio en el régimen de la propiedad privada sobre los medios de producción. La diferencia entre la burguesía imperialista democrático-republicana y la monárquico-reaccionaria se borra, precisamente, porque una y otra se pudren vivas (lo que no elimina, en modo alguno, el desarrollo asombrosamente rápido del capitalismo en ciertas ramas industriales, en ciertos países, en ciertos períodos). En segundo lugar, la descomposición del capitalismo se manifiesta en la formación de un enorme sector de rentistas, de capitalistas que viven de "cortar cu pones". En los cuatro países imperialistas avanzados -- Inglaterra, América del Norte, Francia y Alemania --, el capital en valores asciende, en cada país, de cien a ciento cincuenta mil millones de francos, lo cual significa, por lo menos, una renta anual de cinco mil a ocho mil millones de francos. En tercer lugar, la exportación de capital es el parasitismo elevado al cuadrado. En cuarto lugar, "el capital financiero tiende a la dominación, y no a la libertad". La reacción política en toda la línea es rasgo característico del imperialismo. Venalidad, soborno en proporciones gigantescas, un verdadero Panamá[1]. En quinto lugar, la explotación de las naciones oprimidas, ligada indisolublemente a las anexiones, y, sobre todo, la explotación de las colonias por un puñado de "grandes" potencias, convierte cada vez más el mundo "civilizado" en un parásito que vive sobre el cuerpo de centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados. El proletario romano vivía a expensas de la sociedad. La sociedad actual vive a expensas del proletario moderno. Marx subrayaba especialmente esta profunda observación de Sismondi[2]. El imperialismo modifica algo la situación. Una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas vive, en parte, a expensas de los centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados.
Queda claro por qué el imperialismo es un capitalismo agonizante, en transición hacia el socialismo: el monopolio, que nace del capitalismo, es ya capitalismo agonizante, el comien~o de su tránsito al socialismo. La misma significación tiene la gigantesca socialización del trabajo realizada por el imperialismo (lo que sus apologistas, los economistas burgueses, llaman "entrelazamiento").
Al definir de este modo el imperialismo, nos colocamos en plena contradicción con C. Kautsky, que se resiste a considerar el imperialismo como una "fase del capitalismo" y lo define como política "preferida" del capital financiero, como tendencia de los países "industriales" a anexionarse los países "agrarios"[*]. Desde el punto de vista teórico, esta definición de Kautsky es completamente falsa. La peculiaridad del imperialismo no es precisamente el dominio del capital industrial, sino el del capital financiero, precisamente la tendencia a anexionarse no sólo países agrarios, sino toda clase de países. Kautsky separa la política del imperialismo de su economía, separa el monopolismo en política del monopolismo en economía, para desbrozar el camino a su vulgar reformismo burgués tal como el "desarme", el "ultraimperialismo" y demás necedades por el estilo. El propósito y el objeto de esta falsedad teórica se reducen exclusivamente a disimular las contradicciones más profundas del imperialismo y a justificar de este modo la teoría de la "unidad" con sus apologistas: con los oportunistas y socialchovinistas descarados.
Ya hemos hablado bastante de esta ruptura de Kautsky con el marxismo, tanto en el Sotsial-Demokrat como en el Kommunist [3]. Nuestros kautskianos rusos, los del CO con Axelrod y Spectator[4] al frente, sin excluir a Mártov y, en grado considerable, a Trotski, han preferido silenciar el kautskismo como tendencia. No se han atrevido a defender lo que Kautsky ha escrito durante la guerra limitándose simplemente a elogiar a Kautsky (Axelrod en su folleto alemán que el Comité de Organización[5] ha prometido publicar en ruso) o aludir a cartas particulares de Kautsky (Spectator) en las que afirma que pertenece a la oposición y trata de anular jesuíticamente sus declaraciones chovinistas.
Observamos que, en su "interpretación" del imperialismo -- que equivale a embellecerlo -- , Kautsky retrocede no sólo en relación a El capital financiero de Hilferding (¡por muy empeñadamente que el mismo Hilferding defienda ahora a Kautsky y la "unidad" con los socialchovinistas!), sino también en relación al social-liberal J. A. Hobson. Este economista inglés, que ni por asomo pretende merecer el título de marxista, define de un modo mucho más profundo el imperialismo y pone de manifiesto sus contradicciones en su obra de 1902**. Veamos lo que dice este escritor (en cuyas obras podemos encontrar casi todas las vulgaridades pacifistas y "conciliadoras" de Kautsky) sobre la cuestión, que tiene singular importancia, del carácter parasitario del imperialismo:
Dos clases de circunstancias han debilitado, a juicio de Hobson, la potencia de los viejos imperios: 1) el "parasitismo económico" y 2) la formación de ejércitos con hombres de los pueblos dependientes. "La primera es la costumbre del parasitismo económico, en virtud de la cual el Estado dominante utiliza sus provincias, sus colonias y los países dependientes, con objeto de enriquecer a su clase dirigente y de sobornar a sus clases inferiores para que se estén quietas". Refiriéndose a la segunda circunstancia Hobson escribe:
"Uno de los síntomas más extraños de la ceguera del imperialismo" (en boca del social-liberal Hobson esta cantinela sobre la "ceguera" de los imperialistas es más apropiada que en el "marxista" Kautsky) "es la despreocupación con que la Gran Bretaña, Francia y otras naciones imperialistas emprenden este camino. La Gran Bretaña ha ido más lejos que ningún otro país. La mayor parte de las batallas por medio de las cuales conquistamos nuestro imperio de la India, fueron sostenidas por nuestras tropas indígenas. En la India, y últimamente en Egipto, grandes ejércitos permanentes están mandados por ingleses; casi todas las guerras de conquista en Africa, a excepcion de la del Sur, han sido llevadas a cabo, para nosotros, por los indígenas".
La perspectiva del reparto de China dio lugar a la siguiente apreciación económica de Hobson: "La mayor parte de la Europa Occidental podría adquirir entonces el aspecto y el carácter que tienen actualmente ciertos lugares de estos países: el sur de Inglaterra, la Riviera, los sitios de Italia y de Suiza más frecuentados por los turistas y poblados por los ricachos, es decir, pequeños grupos de aristócratas acaudalados, que reciben dividendos y pensiones del Lejano Oriente, con un grupo algo más numeroso de empleados y comerciantes y un número más considerable de criados y obreros del ramo del transporte y de la industria dedicada al ultimo retoque de los artículos manufacturados. En cambio, las ramas principales de la industria desaparecerían y los productos alimenticios de gran consumo, los artículos semimanufacturados de uso corriente afluirían, como un tributo, de Asia y de Africa". "He aquí qué posibilidades abre ante nosotros una alianza más vasta de los Estados occidentales una federación europea de las grandes potencias; dicha federación no sólo no haría avanzar la civilización mundial, sino que podría implicar un peligro gigantesco de parasitismo occidental: formar un grupo de las naciones industriales avanzadas, cuyas clases superiores percibirían inmensos tributos de Asia y de Africa, por medio de los cuales mantendrían a grandes masas domesticadas de empleados y servidores, ocupados no ya en la producción agrícola e industrial de gran consumo, sino en prestar servicios personales o realizar un trabajo industrial secundario, bajo el control de una nueva aristocracia financiera. Que los que estén dispuestos a rechazar esta teoría" (debería decirse: perspectiva), "como poco digna de atención, reflexionen sobre las condiciones económicas y sociales de las regiones del sur de Inglaterra que se hallan ya en esta situación. Que piensen en las enormes proporciones que podría adquirir dicho sistema si China se viera sometida al control económico de tales grupos financieros, de "inversionistas de capital" (rentistas), de sus funcionarios políticos y empleados comerciales e industriales que extraerían beneficios del más grande depósito potencial que jamás ha conocido el mundo, con objeto de consumir dichos beneficios en Europa. Naturalmente, la situación es excesivamente compleja, el juego de las fuerzas mundiales es demasiado difícil de calcular para que resulte muy verosimil esa u otra interpretación unilateral del futuro. Pero las influencias que rigen el imperialismo de la Europa Occidental en el presente se orientan hacia esa dirección, y, si no encuentran resistencia, si no son desviadas hacia otra dirección, orientarán en ese sentido la consumación del proceso".
El social-liberal Hobson no ve que esta "resistencia" sólo puede oponerla el proletariado revolucionario, y sólo en forma de revolución social. ¡Por algo es social-liberal! Pero ya en 1902 abordaba admirablemente tanto el problema de la significación de los "Estados Unidos de Europa" (¡sépalo el kautskiano Trotski!) como todo lo que tratan de disimular los kautskianos hipócritas de diversos países, a saber: que los oportunistas (socialchovinistas) colaboran con la burguesía imperialista precisamente para formar una Europa imperialista sobre los hombros de Asia y de Africa; que los oportunistas son, objetivamente, una parte de la pequeña burguesía y de algunas capas de la clase obrera, parte sobornada con las superganancias imperialistas, convertida en perros guardianes del capitalismo, en elemento corruptor del movimiento obrero.
Más de una vez, y no sólo en artículos, sino en resoluciones de nuestro Partido, hemos señalado esta relación económica, la más honda, precisamente entre la burguesía imperialista y el oportunismo, que ahora (¿será por mucho tiempo?) ha vencido al movimiento obrero. De ello deducíamos, entre otras cosas, que es inevitable la escisión con el socialchovinismo. ¡Nuestros kautskianos han preferido eludir este problema! Mártov, por ejemplo, ya en sus conferencias, recurría al sofisma que se ha expresado del modo siguiente en el Boletín del Secretariado en el Extranjero del Comité de Organización[6] (núm. 4, del 10 de abril de 1916):-- ". . . Muy mala, incluso desesperada, sería la situación de la socialdemocracia revolucionaria si los grupos de obreros, que por su desarrollo espiritual están más cerca de los "intelectuales", y los más calificados, la abandonaran fatalmente para pasar al oportunismo . . ."
¡Empleando la tonta palabreja "fatalmente" y con un poco de "trampa", se elude el hecho de que ciertas capas obreras se han pasado al oportunismo y a la burguesía imperialista! ¡Y este es el hecho que querían eludir los sofistas del Comité de Organizaciónl Salen del paso con el "optimismo oficial" de que ahora hacen gala tanto el kautskiano Hilferding como muchos otros, ¡diciendo que las condiciones objetivas garantizan la unidad del proletariado y la victoria de la tendencia revolucionaria!, ¡diciendo que nosotros somos "optimistas" en lo que respecta al proletariado!
Y, en realidad, todos estos kautskianos, Hilferding, los partidarios del CO, Mártov y Cía. son optimistas . . . en lo que respecta al oportunismo. ¡Este es el quid de la cuestión!
El proletariado es fruto del capitalismo, pero del capitalismo mundial, y no sólo del europeo, no sólo del imperialista. En escala mundial, cincuenta años antes o cincuenta años después -- en tal escala esto es un problema secundario --, el "proletariado", naturalmente, "llegará" a la unidad y en él triunfará "ineludiblemente" la socialdemocracia revolucionaria. No se trata de esto, señores kautskianos, sino de que ustedes, ahora, en los países imperialistas de Europa, se prosternan como lacayos ante los oportunistas, que son extraños al proletariado como clase, que son servidores, agentes y portadores de la influencia de la burguesía y, si no se desembaraza de ellos, el movimiento obrero seguirá siendo un movimiento obrero burgués. Vuestra prédica de la "unidad" con los oportunistas, con los Legien y los David, los Plejánov y los Chjenkeli, los Potrésov, etc., es, objetivamente, la defensa de la esclavización de los obreros por la burguesía imperialista a través de sus mejores agentes en el movimiento obrero. La victoria de la socialdemocracia revolucionaria en escala mundial es absolutamente ineludible, pero marcha y marchará, avanza y avanzará sólo contra ustedes, será una victoria sobre ustedes.
Las dos tendencias, incluso los dos partidos del movimiento obrero contemporáneo, que tan claramente se han escindido en todo el mundo en 1914-1916, fueron observadas por Engels y Marx en Inglaterra durante varios decenios, aproximadamente entre 1858 y 1892.
Ni Marx ni Engels vivieron para ver la época imperialista del capitalismo mundial, que sólo se inicia entre 1898 y 1900. Pero ya a mediados del siglo XIX, era característica de Inglaterra la presencia, por lo menos, de dos principales rasgos distintivos del imperialismo: 1) inmensas colonias y 2) ganancias monopolistas (a consecuencia de su situación monopolista en el mercado mundial). En ambos sentidos, Inglaterra representaba entonces una excepción entre los países capitalistas, y Engels y Marx, analizando esta excepción, indicaban en forma completamente clara y definida que estaba en relación con la victoria (temporal) del oportunismo en el movimiento obrero inglés.
En una carta a Marx, del 7 de octubre de 1858, escribía Engels: "El proletariado inglés se está aburguesando, de hecho, cada día más; así que esta nación, la más burguesa de todas, aspira aparentemente a llegar a tener al lado de la burguesía, una aristocracia burguesa y un proletariado burgués Naturalmente, por parte de una nación que explota al mundo entero, esto es, hasta cierto punto, lógico". En una carta a Sorge, fechada el 2I de septiembre de 1872, Engels comunica que Hales promovió en el Consejo Federal de la Internacional un gran escándalo, logrando un voto de censura contra Marx por sus palabras de que "los líderes obreros ingleses se habían vendido". Marx escribe a Sorge el 4 de agosto de 1874: "En lo que respecta a los obreros urbanos de aquí (en Inglaterra), es de lamentar que toda la banda de líderes no haya ido al Parlamento. Sería el camino más seguro para librarse de esa canalla". En una carta a Marx, del 11 de agosto de 1881, Engels habla de "las peores tradeuniones inglesas, que permiten que las dirija gente vendida a la burguesía, o, cuando menos, pagada por ella". En una carta a Kautsky, del 12 de septiembre de 1882, escribía Engels: "Me pregunta usted ¿qué piensan los obreros ingleses acerca de la política colonial? Lo mismo que piensan de la política en general. Aquí no hay un partido obrero, sólo hay conservadores y radicales liberales, y los obreros se aprovechan con ellos, con la mayor tranquilidad, del monopolio colonial de Inglaterra y de su monopolio en el mercado mundial".
El 7 de diciembre de 1889, escribía Engels a Sorge: ". . . Lo más repugnante aquí (en Inglaterra) es la respectability (respetabilidad) burguesa que se ha hecho carne y sangre de los obreros. . .; hasta el propio Tom Mann, a quien considero el mejor de todos ellos, le gusta mencionar que habrá de comer con el lord mayor. Basta compararlos con los franceses para convencerse de hasta qué punto en este aspecto influye saludablemente la revolución". En otra carta, del 19 de abril de 1890: "El movimiento (de la clase obrera en Inglaterra) avanza bajo la superficie, abarca sectores cada vez más amplios que, en la mayoría de los casos, pertenecen a la masa más inferior (subrayado por Engels), inerte hasta ahora; y no está ya lejano el día en que esta masa se encuentre a sí misma, en que vea claro que es ella misma, precisamente, la colosal masa en movimiento"[7]. El 4 de marzo de 189I: "el revés del fracasado sindicato de los obreros del puerto, las 'viejas' tradeuniones conservadoras, ricas y por ello mismo cobardes, quedan solas en el campo de batalla". . . El 14 de septiembre de 1891: en el Congreso de las tradeuniones, celebrado en Newcastle, son derrotados los viejos tradeunionistas, enemigos de la jornada de 8 horas, "y los periódicos burgueses reconocen la derrota del partido obrero burgués " (subrayado en todas partes por Engels)[8]. . .
Que estas ideas, repetidas por Engels durante décadas enteras, también fueron expresadas por él públicamente, en la prensa, lo prueba su prólogo a la segunda edición de La situación de la clase obrera en Inglaterra (1892)[9]. Habla aquí de una "aristocracia en el seno de la clase obrera", de la "minoría privilegiada de obreros" frente a "la gran masa obrera". "Una pequeña minoría, privilegiada y protegida", de la clase obrera es la única que obtuvo "prolongadas ventajas" de la situación privilegiada de Inglaterra en 1848-1868, mientras que, "la gran masa, en el mejor de los casos, sólo gozaba de breves mejoras". . . "Cuando quiebre el monopolio industrial de Inglaterra, la clase obrera inglesa perderá su situación privilegiada". . . Los miembros de las "nuevas" tradeuniones, los sindicatos de obreros no calificados, "tienen una enorme ventaja: su mentalidad es todavía un terreno virgen, absolutamente exento de los 'respetables' prejuicios burgueses heredados, que trastornan las cabezas de los 'viejos tradeunionistas' mejor situados. . ." En Inglaterra se habla de "los llamados representantes obreros" refiriéndose a gentes a las que "se perdona su pertenencia a la clase obrera porque ellos mismos están dispuestos a ahogar esta cualidad suya en el océano de su liberalismo. . ."
Hemos citado deliberadamente las declaraciones directas de Marx y Engels en forma bastante extensa, para que los lectores puedan estudiarlas en conjunto. Es imprescindible estudiarlas y merece la pena de que se reflexione atentamente sobre ellas. Porque son la clave de la táctica del movimiento obrero que prescriben las condiciones objetivas de la época imperialista. También aquí Kautsky ha intentado ya "enturbiar el agua" y sustituir el marxismo por una conciliación dulzona con los oportunistas. Polemizando con los socialimperialistas francos y cándidos (como Lensch), que justifican la guerra por parte de Alemania, como destrucción del monopolio de Inglaterra, Kautsky "corrige " esta evidente falsedad con otra falsedad igualmente palmaria. ¡En lugar de una falsedad cínica coloca una falsedad dulzona! El monopolio industrial de Inglaterra, dice, está hace tiempo roto, destruido: ni se puede ni hay por qué destruirlo.
¿Por qué es falso este argumento?
En primer lugar, porque pasa por alto el monopolio colonial de Inglaterra. ¡Y Engels, como hemos visto, ya en 1882, hace 34 años, lo indicaba con toda claridad! Si está deshecho el monopolio industrial de Inglaterra, su colonial no sólo se mantiene, sino que se ha recrudecido extraordinariamente, porque ¡todo el mundo está ya repartido! Con sus mentiras dulzonas, Kautsky hace pasar de contrabando la idea, pacifista-burguesa y oportunista-pequeñoburguesa de que "no hay por qué hacer la guerra". Por el contrario, los capitalistas no sólo tienen ahora por qué hacer la guerra, sino que no pueden dejar de hacerla, si, quieren conservar el capitalismo, porque sin un nuevo reparto de las colonias por la fuerza, los nuevos países imperialistas no podrán obtener los privilegios de que disfrutan las potencias imperialistas más viejas (y menos fuertes ).
En segundo lugar, ¿por qué explica el monopolio de Inglaterra la victoria (temporal) del oportunismo en este país? Porque el monopolio da superganancias, es decir, un exceso de ganancias por encima de las ganancias normales, ordinarias del capitalismo en todo el mundo. Los capitalistas pueden gastar una parte de estas superganancias (¡e incluso una parte no pequeña!) para sobornar a sus obreros, creando algo así como una alianza (recuérdense las famosas "alianzas" de las tradeuniones inglesas con sus amos descritas por los Webb), alianza de los obreros de un pais dado, con sus capitalistas contra los demás países. A fines del siglo XIX, el monopolio industrial de Inglaterra estaba ya deshecho. Eso es indiscutible. Pero ¿cómo se produjo esa destrucción? ¿De modo que hiciera desaparecer todo monopolio?
Si así fuera, la "teoría" de Kautsky de la conciliación (con el oportunismo) estaría hasta cierto punto justificada. Pero precisamente se trata de que no es así. El imperialismo es el capitalismo monopolista. Cada cártel, cada trust, cada sindicato, cada Banco gigantesco es un monopolio. Las superganancias no han desaparecido, sino que prosiguen. La explotación por un país privilegiado, financieramente rico, de todos los demás, sigue y es aún más intensa. Un puñado de países ricos -- son en total cuatro, si se tiene en cuenta una riqueza independiente y verdaderamente gigantesca, una riqueza "contemporánea: Inglaterra, Francia, los Estados Unidos y Alemania -- ha extendido los monopolios en proporciones inabarcables, obtiene centenares, si no miles de millones de superganancias, "vive sobre las espaldas" de centenares y centenares de millones de hombres de otros países, entre luchas intestinas por el reparto de un botín de lo más suntuoso, de lo más pingue, de lo más fácil.
En esto consiste precisamente la esencia económica y política del imperialismo, cuyas profundísimas contradicciones Kautsky oculta en vez de ponerlas al descubierto.
La burguesía de una "gran" potencia imperialista puede económicamente sobornar a las capas superiores de "sus" obreros, dedicando a ello alguno que otro centenar de millo nes de francos al año, ya que sus superganancias se elevan probablemente a cerca de mil millones. Y la cuestión de cómo se reparte esa pequeña migaja entre los ministros obreros, los "diputados obreros" (recordad el espléndido análisis que de este concepto hace Engels), los obreros que forman parte de los comités de la industria armamentista[10], los funcionarios obreros, los obreros organizados en sindicatos de carácter estrechamente gremial, los empleados, etc., etc., es ya una cuestión secundaria.
Desde 1848 a 1868, y en parte después, Inglaterra era el único país monopolista; por esto pudo vencer allí, para decenios, el oportunismo; no había más países ni con riquísimas colonias ni con monopolio industrial.
El último tercio del siglo XIX es un periodo de transición a una nueva época, a la época imperialista. Disfruta del monopolio no el capital financiero de una sola gran potencia, sino el de unas cuantas, muy pocas. (En el Japón y en Rusia, el monopolio de la fuerza militar, de un territorio inmenso o de facilidades especiales para despojar a los pueblos alógenos, a China, etc., completa y en parte sustituye el monopolio del capital financiero más moderno.) De esta diferencia se deduce que el monopolio de Inglaterra pudo ser indiscutido durante decenios. En cambio, el monopolio del capital financiero actual se discute furiosamente; ha comenzado la época de las guerras imperialistas. Entonces se podía sobornar, corromper durante decenios a la clase obrera de un país. Ahora esto es inverosimil, y quizá hasta imposible. Pero, en cambio, cada "gran" potencia imperialista puede sobornar y soborna a capas más reducidas (que en Inglaterra entre 1848 y 1868) de la "aristocracia obrera". Entonces, como dice con admirable profundidad Engels, sólo en un país podia constituirse un "partido obrero burgués ", porque sólo un país disponía del monopolio, pero, en cambio, por largo tiempo. Ahora, el "partido obrero burgués" es inevitable y tipico en todos los países imperialistas, pero, teniendo en cuenta la desesperada lucha de éstos por el reparto del botín, no es probable que semejante partido triunfe por largo tiempo en una serie de países. Ya que los trusts, la oligarquía financiera, la carestía, etc., permiten sobornar a un puñado de las capas superiores y de esta manera oprimen, subyugan, arruinan y atormentan con creciente intensidad a la masa de proletarios y semiproletarios.
Por una parte, está la tendencia de la burguesía y de los oportunistas a convertir el puñado de naciones mas ricas, privilegiadas, en "eternos" parásitos sobre el cuerpo del resto de la humanidad, a "dormir sobre los laureles" de la explotación de negros, hindúes, etc., teniéndolos sujetos por medio del militarismo moderno, provisto de una magnífica técnica de exterminio. Por otra parte, está la tendencia de las masas, que son más oprimidas que antes, que soportan todas las calamidades de las guerras imperialistas, tendencia a sacudirse cse yugo, a derribar a la burguesía. La historia del movimiento obrero se desarrollará ahora, inevitablemente, en la lucha entre estas dos tendencias, pues la primera tendencia no es casual, sino que tiene un "fundamento" económico. La burguesía ha dado ya a luz, ha criado y se ha asegurado "partidos obreros burgueses" de socialchovinistas en todos los países. Carecen de importancia las diferencias entre un partido oficialmente formado, como el de Bissolati en Italia, por ejemplo, partido totalmente socialimperialista, y, supongamos, el quasipartido, a medio formar, de los Potrésov, Gvózdiev, Bulkin, Chjeídze, Skóbeliev y Cía. Lo importante es que, desde el punto de vista económico, ha madurado y se ha consumado el paso de una capa de aristocracia obrera a la burguesía, pues este hecho económico, este desplazamiento en las relaciones entre las clases, encontrará sin gran "dificultad" una u otra forma política.
Sobre la indicada base económica, las instituciones políticas del capitalismo moderno -- prensa, parlamento, sindicatos, congresos, etc. -- han creado privilegios y dádivas políticos, correspondientes a los económicos, para los empleados y obreros respetuosos, mansos, reformistas y patrioteros. La burguesía imperialista atrae y premia a los representantes y partidarios de los "partidos obreros burgueses" con lucrativos y tranquilos cargos en el gobierno o en el comité de industrias de guerra, en el parlamento y en diversas comisiones, en las redacciones de periódicos legales "serios" o en la dirección de sindicatos obreros no menos serios y "obedientes a la burguesía".
En este mismo sentido actúa el mecanismo de la democracia política. En nuestros días no se puede pasar sin elecciones; ni nada se puede hacer sin las masas, pero en la época de la imprenta y del parlamentarismo no es posible llevar tras de sí a las masas sin un sistema ampliamente ramificado, metódicamente aplicado, sólidamente organizado de adulación, de mentiras, de fraudes, de prestidigitación con palabrejas populares y de moda, de promesas a diestro y siniestro de toda clase de reformas y beneficios para los obreros, con tal de que renuncien a la lucha revolucionaria por derribar a la burguesía. Yo llamaría a este sistema lloydgeorgismo, por el nombre de uno de sus representantes más eminentes y hábiles de este sistema en el país clásico del "partido obrero burgués", el ministro inglés Lloyd George. Negociante burgués de primera clase y político astuto, orador popular, capaz de pronunciar toda clase de discursos, incluso r-r-revolucionarios, ante un auditorio obrero; capaz de conseguir, para los obreros dóciles, dádivas apreciables como son las reformas sociales (seguros, etc.), Lloyd George sirve admirablemente a la burguesía[***] y la sirve precisamente entre los obreros, extendiendo su influencia precisamente en el proletariado, donde le es más necesario y más difícil someter moralmente a las masas.
¿Pero es tanta la diferencia entre Lloyd George y los Scheidemann, los Legien, los Henderson, los Hyndman, los Plejánov, los Renaudel y Cía.? Se nos objetará que, de estos últimos, algunos volverán al socialismo revolucionario de Marx. Es posible, pero ésta es una diferencia insignificante en proporción, si se considera el problema en escala política, es decir, en su aspecto de masas. Algunos de los actuales líderes socialchovinistas pueden volver al proletariado. Pero la corriente socialchovinista o (lo que es lo mismo) oportunista no puede desaparecer ni "volver" al proletariado revolucionario. Donde el marxismo es popular entre los obreros, esta corriente política, este "partido obrero burgués", invocará a Marx y jurará en su nombre. No se le puede prohibir, como no se le puede prohibir a una empresa comercial que emplee cualquier etiqueta, cualquier rótulo, cualquier anuncio. En la historia ha sucedido siempre que, después de muertos los jefes revolucionarios cuyos nombres son populares en las clases oprimidas, sus enemigos han intentado apropiárselos para engañar a estas clases.
El hecho de que en todos los países capitalistas avanzados se han constituido ya "partidos obreros burgueses", como fenómeno político, y que sin una lucha enérgica y despiadada, en toda la línea, contra esos partidos -- o, grupos, corrientes, etc., todo es lo mismo -- no puede ni hablarse de lucha contra el imperialismo, ni de marxismo, ni de movimiento obrero socialista. La fracción de Chjeídze[11], Nashe Dielo [12] y Golos Trudá [13] en Rusia, y los partidarios del CO en el extranjero, no son sino una variante de uno de estos partidos. No tenemos ni asomo de fundamento para pensar que estos partidos pueden desaparecer antes de la revolución social. Por el contrario, cuanto más cerca esté esa revolución, cuanto más poderosamente se encienda, cuanto más bruscos y fuertes sean las transiciones y los saltos en el proceso de su desarrollo, tanto mayor será el papel que desempeñe en el movimiento obrero la lucha de la corriente revolucionaria, de masas, contra la corriente oportunista, pequeñoburguesa. El kautskismo no es ninguna tendencia independiente, pues no tiene raíces ni en las masas ni en la capa privilegiada que se ha pasado a la burguesía. Pero el peligro que entraña el kautskismo consiste en que, utilizando la ideología del pasado, se esfuerza por conciliar al proletariado con el "partido obrero burgués", por mantener su unidad con este último y levantar de tal modo el prestigio de dicho partido. Las masas no siguen ya a los socialchovinistas descarados: Lloyd George ha sido silbado en Inglaterra en asambleas obreras, Hyndman ha abandonado el partido; a los Renaudel y los Scheidemann, a los Potrésov y los Gvózdiev les protege la policía. Lo más peligroso es la defensa encubierta que los kautskianos hacen de los socialchovinistas.
Uno de los sofismas más difundidos de los kautskistas es el remitirse a las "masas". ¡No queremos, dicen, separarnos de ellas ni de sus organizaciones! Pero obsérvese cómo plantea Engels esta cuestión. Las "organizaciones de masas" de las tradeuniones inglesas estuvieron en el siglo XIX al lado del partido obrero burgués. Y no por eso se conformaron Marx y Engels con este partido, sino que lo desenmascararon. No olvidaban, en primer lugar, que las organizaciones de las tradeuniones abarcan, en forma inmediata, una minoría del proletariado. Tanto entonces en Inglaterra como ahora en Alemania está organizada no más de una quinta parte del proletariado. Bajo el capitalismo no puede pensarse seriamente en la posibilidad de organizar a la mayoría de los proletarios. En segundo lugar -- y esto es lo principal --, no se trata tanto del número de miembros de una organización, como del sentido real, objetivo, de su política: de si esa política representa a las masas, sirve a las masas, es decir, sirve para liberarlas del capitalismo, o representa los intereses de una minoría, su conciliación con el capitalismo. Precisamente esto último, que era justo en relación con Inglaterra en el siglo XIX, es justo hoy día en relación con Alemania, etc.
Del "partido obrero burgués" de las viejas tradeuniones, de la minoría privilegiada, distingue Engels la "masa inferior ", la verdadera mayoría' y apela a ella, que no está contaminada de "respetabilidad burguesa". ¡Ese es el quid de la táctica marxista!
Ni nosotros ni nadie puede calcular exactamente qué parte del proletariado es la que sigue y seguirá a los socialchovinistas y oportunistas. Sólo la lucha lo pondrá de manifiesto, sólo la revolución socialista lo decidirá definitivamente. Pero lo que sí sabemos con certeza es que los "defensores de ila patria" en la guerra imperialista sólo representan una minoría. Y por esto, si queremos seguir siendo socialistas, nuestro deber es ir más abajo y más a lo hondo, a las verdaderas masas: en ello está el sentido de la lucha contra el oportunismo y todo el contenido de esta lucha. Poniendo al descubierto que los oportunistas y los socialchovinistas traicionan y venden de hecho los intereses de las masas, que defienden privilegios pasajeros de una minoría obrera, que extienden ideas e influencias burguesas, que, en realidad, son aliados y agentes de la burguesía, de este modo enseñamos a las masas a comprender cuáles son sus verdaderos intereses políticos, a luchar por el socialismo y por la revolución, a través de todas las largas y penosas peripecias de las guerras imperialistas y de los armisticios imperialistas.
La única línea marxista en el movimiento obrero mundial consiste en explicar a las masas que la escisión con el oportunismo es inevitable e imprescindible, en educarlas para la revolución en una lucha despiadada contra él, en aprovechar la experiencia de la guerra para desenmascarar todas las infamias de la política obrera liberal-nacionalista, y no para encubrirlas.
En el artículo siguiente trataremos de resurnir los principales rasgos distintivos de esta línea, en contraposición al kautskismo.
NOTAS
* "EI imperialismo es un producto del capitalismo industrial altamente desarrollado. Consiste en la tendencia de toda nación capitalista industrial a someter y anexionarse cada vez más regiones agrarias cualesquiera sean los pueblos que las habitan" (véase Kautsky, Die Neue Zeit, II. IX. 1914).
** J. A. Hobson: Imperialismo, Londres, 1902.
*** Hace poco he leído en una revista inglesa un artículo de un tory, adversario político de Lloyd George: Lloyd George desde el punto de vista de un tory. ¡La guerra ha abierto los ojos a este adversario, haciéndole ver qué magnífico servidor de la burguesía es Lloyd George! ¡Y los tories se han reconciliado con él!
[1] Panamá (francesa): gran fraude en una empresa capitalista surgido en 1892-1893 en Francia, ligado a abusos y al soborno de activistas esta tales, funcionarios y periódicos. Esta palabra adquirió tal significación por ser una compañía francesa la que inició las obras de apertura del canal de Panamá y de los enormes abusos por ella cometidos.
[2] Véase C. Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
[3] Kommunist: revista organizada por Lenin, que en 1915 editó en Ginebra la Redacción de Sotsial-Demokrat. Apareció un número (doble) en el que se insertaban tres artículos de Lenin; "La bancarrota de la II Internacional", "La voz honrada de un socialista francés" e "Imperialismo y socialismo en Italia". En el seno de la redacción de la revista, Lenin combatió contra el grupo de Bujarin-Piatakov, hostil al Partido, denunciando sus concepciones antibolcheviques y sus intentos de utilizar la revista con móviles fraccionalistas. Considerando la posición de este grupo, contraria al Partido, Lenin propuso a la Redacción de Sotsial-Demokrat romper con él y cesar la publicación conjunta de la revista. En octubre de 1916, la Redacción del periódico empezó a editar su Sbórnik Sotsial-Demokrata.
[4] Spektator: economista ruso M. I. Nagimson.
[5] Comité de Organización (CO), (OK en ruso, sus miembros se denominaban okistas): centro dirigente de los mencheviques; se formó en en la Conferencia de agosto de los mencheviques liquidacionistas y de todos los grupos y tendencias contrarias al Partido; cesó sus actividades después de la elección del CC del Partido menchevique en agosto de 1917. Durante la Primera Guerra Mundial, el CO tomó una posición socialchovinista.
[6] Boletín del Secretariado en el Extranjero del Comité de Organización ("Izvestia Zagraníchnogo Sekretariata O.K."): periódico meochevique publicado de febrero de 1915 a marzo de 1917 en Suiza; 10 números en total.
[7] Véase la carta de F. Engels a F. Sorge del 19 de abril de 1890.
[8] Ibid., del 4 de marzo y del 14 de septiembre de 1891.
[9] Véase C. Marx y F. Engels, Obras Completas, t. XXII.
[10] Los comités de la industria armamentista fueron creados en 1915 en Rusia por la gran burguesía imperialista para ayudar al zarismo en la guerra. Tratando de someter a los obreros a su influencia y de inculcarler ideas nacional-defensistas, la burguesía ideó la organización de "grupos obreros" anejos a esos comités. A la burguesía le convenía que en esos grupos hubiese representantes de los obreros, encargados de hacer propaganda entre las masas obreras en favor de una mayor productividad del trabajo en las fábricas de materiales militares. Los mencheviques participaron activamente en esta empresa seudopatriótica de la burguesía. Los bolcheviques declararon el boicot a los comités de la industria armamentista y lo aplicaron eficazmente con el apoyo de la mayoría de los obreros.
[11] Fracción de Chjeídze: fracción menchevique en la IV Duma de Estado, dirigida por N. Chjeídze, en la cual ocuparon siete asientos delegados-liquidacionistas de los socialdemócratas.
[12] Nashe Dielo ("Nuestra Causa"): Revista menchevique del liquidacionismo, órgano principal de los socialchovinistas en Rusia; apareció en 1915 en Petersburgo en lugar de la revista Nasba Zariá, clausurada en octubre de 1914.
[13] Golos Truda ("La Voz del Trabajo"): períodico menchevique legal editado en 1916 en Samara después de la clausura del períodico Nash Golos ("Nuestra Voz").
* "EI imperialismo es un producto del capitalismo industrial altamente desarrollado. Consiste en la tendencia de toda nación capitalista industrial a someter y anexionarse cada vez más regiones agrarias cualesquiera sean los pueblos que las habitan" (véase Kautsky, Die Neue Zeit, II. IX. 1914).
** J. A. Hobson: Imperialismo, Londres, 1902.
*** Hace poco he leído en una revista inglesa un artículo de un tory, adversario político de Lloyd George: Lloyd George desde el punto de vista de un tory. ¡La guerra ha abierto los ojos a este adversario, haciéndole ver qué magnífico servidor de la burguesía es Lloyd George! ¡Y los tories se han reconciliado con él!
[1] Panamá (francesa): gran fraude en una empresa capitalista surgido en 1892-1893 en Francia, ligado a abusos y al soborno de activistas esta tales, funcionarios y periódicos. Esta palabra adquirió tal significación por ser una compañía francesa la que inició las obras de apertura del canal de Panamá y de los enormes abusos por ella cometidos.
[2] Véase C. Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
[3] Kommunist: revista organizada por Lenin, que en 1915 editó en Ginebra la Redacción de Sotsial-Demokrat. Apareció un número (doble) en el que se insertaban tres artículos de Lenin; "La bancarrota de la II Internacional", "La voz honrada de un socialista francés" e "Imperialismo y socialismo en Italia". En el seno de la redacción de la revista, Lenin combatió contra el grupo de Bujarin-Piatakov, hostil al Partido, denunciando sus concepciones antibolcheviques y sus intentos de utilizar la revista con móviles fraccionalistas. Considerando la posición de este grupo, contraria al Partido, Lenin propuso a la Redacción de Sotsial-Demokrat romper con él y cesar la publicación conjunta de la revista. En octubre de 1916, la Redacción del periódico empezó a editar su Sbórnik Sotsial-Demokrata.
[4] Spektator: economista ruso M. I. Nagimson.
[5] Comité de Organización (CO), (OK en ruso, sus miembros se denominaban okistas): centro dirigente de los mencheviques; se formó en en la Conferencia de agosto de los mencheviques liquidacionistas y de todos los grupos y tendencias contrarias al Partido; cesó sus actividades después de la elección del CC del Partido menchevique en agosto de 1917. Durante la Primera Guerra Mundial, el CO tomó una posición socialchovinista.
[6] Boletín del Secretariado en el Extranjero del Comité de Organización ("Izvestia Zagraníchnogo Sekretariata O.K."): periódico meochevique publicado de febrero de 1915 a marzo de 1917 en Suiza; 10 números en total.
[7] Véase la carta de F. Engels a F. Sorge del 19 de abril de 1890.
[8] Ibid., del 4 de marzo y del 14 de septiembre de 1891.
[9] Véase C. Marx y F. Engels, Obras Completas, t. XXII.
[10] Los comités de la industria armamentista fueron creados en 1915 en Rusia por la gran burguesía imperialista para ayudar al zarismo en la guerra. Tratando de someter a los obreros a su influencia y de inculcarler ideas nacional-defensistas, la burguesía ideó la organización de "grupos obreros" anejos a esos comités. A la burguesía le convenía que en esos grupos hubiese representantes de los obreros, encargados de hacer propaganda entre las masas obreras en favor de una mayor productividad del trabajo en las fábricas de materiales militares. Los mencheviques participaron activamente en esta empresa seudopatriótica de la burguesía. Los bolcheviques declararon el boicot a los comités de la industria armamentista y lo aplicaron eficazmente con el apoyo de la mayoría de los obreros.
[11] Fracción de Chjeídze: fracción menchevique en la IV Duma de Estado, dirigida por N. Chjeídze, en la cual ocuparon siete asientos delegados-liquidacionistas de los socialdemócratas.
[12] Nashe Dielo ("Nuestra Causa"): Revista menchevique del liquidacionismo, órgano principal de los socialchovinistas en Rusia; apareció en 1915 en Petersburgo en lugar de la revista Nasba Zariá, clausurada en octubre de 1914.
[13] Golos Truda ("La Voz del Trabajo"): períodico menchevique legal editado en 1916 en Samara después de la clausura del períodico Nash Golos ("Nuestra Voz").
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