México se desangra: Elena Poniatowska
Hoy, domingo 26 de octubre, a un mes de la
ausencia de los 43 muchachos desaparecidos de la Normal Rural de
Ayotzinapa por la Policía Municipal de Iguala, Guerrero reclamamos aquí
en el centro del país, en la capital de México, la presencia de los
muchachos y pedimos a cielo abierto y en voz alta: “Regrésenlos”.
La Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero es muy pobre pero es el único lugar donde los que nada tienen pueden recibir una educación superior gratuita. Es la única opción de los campesinos que han escogido ser maestros rurales. Las habitaciones de los
estudiantes
de la Normal evidencian la miseria, el abandono de los muchachos. Su
comida también. Cuando a uno de ellos le sirvieron leche exclamó que era
la primera vez que la veía y sonrió al decir que le gustaba. Así como
la leche, son muchos los alimentos que los chavos desconocen. Sus
camisetas, sus mochilas, sus suetercitos recargados en los muros de su
cuarto vacío, sus utensilios de plástico, todos son prendas de pobre.
Ya es hora de que en México hablen los pobres, ya es hora de que los ciudadanos se manifiesten por encima de los partidos.
Ya es hora de que seamos consultados. Ser consultado es un derecho
político que demandamos desde hace mucho tiempo los habitantes de los 32
estados de la república. Somos miles los mexicanos que no nos sentimos
representados, miles los mexicanos que queremos una
democracia
participativa, miles de mexicanos que levantamos la voz y pedimos ser
tomados en cuenta en los asuntos públicos, sobre todo en los de
trascendencia nacional como es nuestro futuro energético. Los grandes
temas nos conciernen pero conciernen sobre todo a los jóvenes porque
además de ser el futuro tienen que mantenerse vivos. Sin ellos
simplemente no hay país. Así como se dice “Sin maíz no hay país”, sin
los jóvenes no hay nada.
El pasado miércoles 23 de octubre en una marcha que NO
convocó un solo partido, los ciudadanos se organizaron solos e
inauguraron una protesta ejemplar, absolutamente fuera de serie. La
marcha resultó cinco veces mayor que la consignada por los medios: 350 mil personas, un río de gente seguía entrando y abarrotaba las calles aledañas al zócalo de por si lleno a reventar.
La multitud protestaba contra el crimen de Ayotzinapa, un crimen de
lesa humanidad. Los estudiantes fueron cazados, sometidos a la tortura
hasta la muerte, a la desaparición forzada, a ejecuciones arbitrarias y
ahora los culpables quieren librarse de su responsabilidad acusando a
los jóvenes y buscan criminalizarlos al querer ligarlos al cartel de
“Los Rojos” o a “Guerreros Unidos”. No se vale desviar la investigación
de los hechos y deslizar en conferencias de prensa que se trata de un
enfrentamiento entre cárteles. Tampoco se vale implicar a los muchachos
en grupos guerrilleros. El “caso Iguala” es una mancha atroz en la vida
oficial y política de nuestro país ya de por sí hundida en el lodo.
El periodista París Martínez se preocupó por levantar con amigos y
familiares perfiles de los estudiantes. Es justo, a pesar de que solo
podamos hacerlo con unas cuantas líneas, que recordemos a cada uno y por
eso les pido que después del nombre y la descripción de cada muchacho
digamos todos al unísono: “Regrésenlo” así como en la Guardería ABC en
Hermosillo cuando la muerte de 49 niños y 76 heridos, el 5 de junio de
2009 dijimos “Presente”, el nombre de cada niño.
1. Jhosivani Guerrero de la Cruz, de 20 años, de
Omeapa delgado, de cara espigada, de ojos rasgados apodado “Coreano”
camina 4 kilómetros de ida hasta la carretera para tomar el transporte y
cuatro de regreso porque quiere ser maestro de primaria en su tierra
Omeapa.
2. A Luis Ángel Abarca Carrillo, de 21 años, de la
Costa Chica, de San Antonio, municipio de Cuautepec lo apodan
Amiltzingo. Muy cariñoso, es miembro de la “Casa Activista” en la que
los normalistas pueden inscribirse para recibir formación política. Allá
adentro resuena el nombre de Lucio Cabañas. Los ricos de Guerrero
consideran revoltosos a los normalistas porque el héroe al que buscan
imitar es el guerrillero Lucio Cabañas que también fue maestro.
3. A Marco Antonio Gómez Molina, de 20 años apodado
Tuntún de Tixtla le encantan las tocadas de rock, le gusta mucho
“Saratoga”, “Extravaganza”, “Los Ángeles del Infierno”. También él es
compañero que siempre hace reír de la Casa Activista.
4. A Saúl Bruno García, de 18 años lo conocen como
Chicharrón, y es “desmadroso”, es de los que trata de hacerte reír hasta
donde más, muy bromista y amistoso. Es de Tecuanapa y le falta el dedo
anular de la mano izquierda porque se lo mordió el molino cuando hacia
la masa. Saúl Bruno García rapó a todos los de la “Casa Activista”. Un
compañero tenía fotos del momento de la rapada en su celular, pero los
policías se lo quitaron.
5. Jorge Antonio Tizapa Legideño, de Tixtla tiene 20
años –dice su mamá–, y tiene un hoyito en la mejilla izquierda. Le
gusta trabajar en el campo sembrar granos y hortalizas porque nunca
alcanzan los recursos del gobierno estatal para los 500 estudiantes.
6. Abel García Hernández, de Tecuanapa es un niño campesino de 19 años, tiene una mancha atrás de la oreja derecha, es flaquito y mide 1.62 de altura.
7. A Carlos Lorenzo Hernández Muñoz,
de 19 años lo bautizaron como “el Frijolito” y es de la Costa.
Parlanchín, siempre está dispuesto a ayudar a las personas”. “El
Frijolito” fue el primero en ponerse de pie para donar su sangre cuando
la pidieron en Tixtla para un enfermo.
8. Adan Abraján de la Cruz, de 20 años,
campesino, es del Barrio de El Fortín, en Tixtla, un pueblo que cuida la
Policía Comunitaria. Es del equipo de futbol de los Pirotécnicos de El
Fortín, sus amigos lo consideran buen futbolista…
9. Felipe Arnulfo Rosa, campesino es de un rancho
del Municipio de Ayutla y tiene 20 años. Se cayó de espaldas siendo
chiquito y tiene una cicatriz en la nuca.
10. A Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, lo bautizaron
como “Pilas”, por inteligente. “No echa relajo, es sereno y razona
mejor que otros, le gusta tener todo en su lugar”. Emiliano fue uno de
los 20 alumnos de primer ingreso que, hace dos meses se inscribieron en
la Casa Activista. Diez miembros de la Casa Activista se encuentran
entre los 43 normalistas secuestrados el 26 de septiembre.
11. César Manuel González Hernández, de 19 años es
de Huamantla, Tlaxcala, desmadroso, tiene el apodo de “Panotla”, pero
también le dicen “Marinela”, porque una vez, en Jalisco, se llevó la
camioneta de la empresa que hace pastelitos.
12. Jorge Alvarez Nava, “el Chabelo” de 19 años es
del municipio de Juan R. Escudero, Guerrero, tiene una cicatriz en el
ojo derecho y es tranquilo. Nunca alburea a nadie, nunca dice una
grosería y su paciencia hace que nunca le falte al respeto a nadie. Es
uno de los más sensibles de la Casa Activista… Sus padres aguardan en la
cancha deportiva de la Normal de Ayotzinapa y se abrazan al hablar de
él.
13. José Eduardo Bartolo, Tlatempa, de 17 años es
de Tixtla, estudiante de primer año de la Normal Rural. Su padre es
albañil de oficio y espera que su hijo sea profesionista.
14. Israel Jacinto Lugardo, de 19 años es
de Atoyac, y sus amigos lo apodan “Chukyto”. Su mamá sostiene un cartel
con el rostro de su hijo y lo exhibe ante los automovilistas, durante
la toma de la caseta de Palo Blanco, en la Autopista del Sol. “Él es
medio robusto, tiene una cicatriz en la cabeza. Su piel es
morena clara, su nariz media chata. Es un buen muchacho, se vino con mucha ilusión a estudiar.
15. Antonio Santana Maestro, apodado Copy porque
habla muy bien en público, es reconocido en la Casa del Activista a la
que acuden los otros jóvenes. El Copy toca la guitarra, también le
gustan los videojuegos, juega con el PSP… pero lo que más le encanta, es
la lectura…”
16. Christian Tomás Colón Garnica, de 18 años
de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. Su papá viajo desde su tierra apenas
se denunció el rapto de los 43 jóvenes normalistas. “Yo soy jornalero,
gano 600 pesos semanal, máximo, y eso cuando hay, porque a veces no hay
trabajo. Mi muchacho quiere ser maestro esa es la profesión que él
quiere, pero lo frenaron, lo detuvieron… ¡¿Qué vamos a hacer?!”
17. A Luis Ángel Francisco Arzola, de 20 años, sus
compañeros normalistas lo conocen como “Cochilandia”, pero nadie sabe
por qué. Llegó con el apodo. Es un chavo serio, trabajador, y aquí lo
estamos esperando y queremos que él sepa que no vamos a parar hasta
encontrarlo”.
18. Miguel Ángel Mendoza Zacarías, de Apango,
municipio Mártir de Cuilapa tiene 23 años, y sus compañeros consideran
que el “ya es grande”. Ellos tienen entre 17 y 20 años. En su
pueblo, Apango, era peluquero para salir adelante. Es un chavo bajito,
“chido” según sus cuates porque los apoya, da consejos, da todo a cambio
de nada. Cuidaba a sus papás y a sus hermanos. Vino a la Normal en el
mismo asiento del autobús con un compañero “pero empezaron los balazos y
desafortunadamente él corrió para un lado y yo para otro, a él lo
arrestaron los policías de Iguala, yo logré escapar, pero desde entonces
no lo encuentro…”
19. Benjamín Ascencio Bautista, de 19 años, a quién
le dicen “comelón” porque un día se acabó solo todas las galletas en una
mesa durante una conferencia es originario de Chilapa. Antes de
ingresar a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fue educador
comunitario del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE). Se
prepara a voluntarios para alfabetizar en poblaciones marginadas,
aisladas, rurales e indígenas de todo el país.
20. Alexander Mora Venancia, de 19 años y
proveniente de “El Pericón”, municipio de Tecuanapa, Guerrero, nadie le
podía quitar la idea de ser maestro. Le gusta dar clases. Primero ayudó
en el campo pero quiso estudiar… “Y yo le exijo –dice su padre- a la
autoridad que haga su trabajo como debe ser, que no tape a los culpables
de la masacre que cometieron los policías de Iguala y su presidente
municipal. Así como vivos se los llevaron, quiero que vivos los
regresen…”
21. Leonel Castro Abarca, campesino de la comunidad
de “El Magueyito”, municipio de Tecuanapa, no tiene apodo y para sus
amigos “es una persona seria, pero con sentido del humor. Sueña con ser
maestro, para sacar a su gente adelante.
22. Everardo Rodríguez Bello, de 21 años es
originario de Omeapa. Lo conocen como El “Shaggy” porque se parece al de
Scooby Doo. Técnico en mecánica automotriz desde el CONALEP se enoja
mucho con la desigualdad sobre todo cuando se trata de comida: si a ti
te dan seis tortillas y a él cinco, protesta.”
23. Doriam González Parral, de Xalpatláhuac,
Guerrero tiene 19 años. Es chaparrito y “se ve como un niñito”, “y por
eso le dicen “Kínder”. Causa mucha gracia cuando echa relajo. Tiene un
hermano en la Normal… Los hermanos entraron juntos, es notoria su
fraternidad y los dos fueron secuestrados juntos…”
24. Jorge Luis González Parral de 21 años, es el
hermano mayor de Doriam, el Kínder, es un compañero serio que ha
trabajado en diferentes taquerías y aunque le gustaba quería progresar y
escogió ser maestro igual que Kinder su hermano. Su apodo es “Charra”
porque tiene una cicatriz en la pierna como si se la hubiera hecho con
una charrasca…”
25. Marcial Pablo Baranda,de 20 años habla una
lengua indígena y quiere ser maestro bilingüe al lado de otros maestros
bilingües que vienen de pueblos todavía más pobres. Es bajito, buena
onda, primo de Jorge Luis y Doriam y sus amigos lo apodan “Magallón”,
porque su familia tiene un grupo musical tropical con ese nombre que
canta canciones de su tierra la Costa Chica. Se la pasa cantando cumbias
y toca la trompeta y las tarolas.
26. Jorge Aníbal Cruz Mendoza, de Xalpatláhuac,
también es de la banda de los Kínder, a él le dicen “Chivo” y es serio y
aunque se lleva bien con todos casi no echa desmadre…”
27. A Abelardo Vásquez Peniten, originario
de Atliaca, Guerrero, le gusta el futbol. En un partido hace poco metió
muchos goles… Nunca echa desmadre, se da a respetar porque nunca le
falta al respeto a nadie ni anda criticando. Además del futbol le
encanta estudiar porque agarra un libro y agarra otro y otro, y otro.”
28. A Cutberto Ortíz Ramos de Atoyac le dicen “El
Kománder” porque tiene cierto parecido con el cantante de corridos
norteños. Tiene una mirada muy fuerte, es robusto, alto, amigable,
responde de buena manera. En los campos de cultivo de la escuela le echa
ganas… Y le encanta contar un chiste de Bob Esponja, se ríe e imita a
la perfección la risa de Bob Esponja…”
29. Bernardo Flores Alcaraz, campesino, tiene 21
años y en su pecho un lunar como una manita de gato… Tiene mucha ilusión
de ser maestro y de ayudar a los niños y a los señores adultos que no
saben leer ni escribir. En el campo hay mucha gente rezagada en
educación y su ilusión es enseñarles…Los 43 normalistas salieron a
recabar fondos para hacer sus prácticas, no se vale que les trunquen su
vida y los dejen tirados en su sangre…
30. Jesús Jovany Rodriguez Tlatempa de Tixtla
apodado el Churro de 21 años es el mayor de cuatro hermanos y “el único
apoyo de su mamá” según su prima quien marchó durante cinco horas
manteniendo en alto una pancarta con su retrato. Lo invitaron a la
jornada de boteo del 26 de septiembre. Es un muchacho sumamente noble
que mantiene a una sobrina de un año porque su hermana es mamá soltera y
funge como figura paterna. Su prima reclama con furia su presentación
así como pide justicia para los muchachos de Tlatlaya en el estado de
México que son muchos.
31. Mauricio Ortega Valerio de Matlalapa o
Matlinalpa cerca de “La Montaña” 18 años es apodado “Espinosa” porque
cuando lo raparon – tradición en la Normal de Ayotzinapa para los
alumnos de primer ingreso– le salió cierto parecido con Espinosa Paz, el
cantante.
32. A Martín Getsemany Sánchez García de Zumpango,
de 20 años, a quién le gusta jugar futbol y le va al Cruz Azul, toda su
familia lo busca. Tiene ocho hermanos y durante la marcha del miércoles
22 en Chilpancingo, sus familiares llevaron una manta con su fotografía.
33. Magdaleno Rubén Lauro Villegas de 19 años,
conocido como El Magda, es un compa tranquilo y noble que estudia para
convertirse en maestro bilingüe, para para dar clases a los niños
indígenas que no hablan español…”
34. Giovanni Galindo Guerrero de 20 años conocido
como el Espáider, “porque es flaquito y tiene su propio estilo para
correr y brincar como si se estuviera colgando de las telarañas igual
que el “Hombre Araña”…”
35. A José Luis Luna Torres de 20 años de Amilzingo,
Morelos, sus cuates le dicen Pato, porque se parece al Pato Donald y
tiene voz de pato. Es serio, tranquilo, siempre te habla bien, es buena
onda, pero es callado y no echa mucho desmadre.
36. Julio Cesar López Patolzin de 25 años de
Tixtla “no tiene apodo. Le dicen simplemente “El Julio”. Es buena onda
el bato pero calladito, no echa mucho relajo, solo se lleva con unos
pocos pero siempre es agradable…”
37. A Jonás Trujillo González de la Costa Grande del
Ticuí municipio de Atoyác de Álvarez le dicen Beni porque su hermano
también está en la Normal de Ayotzinapa pero en segundo año y él se
llama Benito… Por lo tanto ellos son los Benis… Es alto, gordito y se
lleva muy bien con su hermano. Los dos son muy parecidos, aunque el
menor es más alto y más clarito de piel…”
38. A Miguel Ángel Hernández Martínez, de 27 años lo
apodan “Botita” porque a su hermano mayor quien también estudia en la
Normal le dicen “El Bota” y a él , en automático, le pusieron “el
Botita” aunque es de estatura media y gordo, nada desmadroso, siempre
amigable, sano, no pesado: No es alburero, es buena onda de echar la
mano, pendiente de los demás, un chavo muy solidario con todos, que en
la clase le explica al profe y le hace el paro…”
39. Christian Alfonso Rodríguez de 21 años, de
Tixtla anhela ser maestro y le gusta la danza folclórica. “A él le dicen
“Hugo” porque siempre usa playeras de Hugo Boss. Su primo en la marcha
del miércoles 22 se quedó ronco de tanto explicar: “No solo es mi primo,
es mi amigo… es una persona muy aplicada, muy dedicada al estudio y a
la danza y es injusto que alguien que se entregue y se esfuerce de ese
modo, sufra consecuencias trágicas a manos del gobierno…”
40. José Ángel Navarrete González de 18 años
comparte una habitación dentro de la Normal con otros dos jóvenes, en la
que no hay un solo mueble, ni siquiera camas, sólo pliegos raídos de
hule espuma.
41. A Carlos Iván Ramírez Villarreal de 20 años le
dicen “El Diablito” La verdad es que es bueno, no se mete con nadie,
tranquilo, quiere ser alguien pero en buena onda, no payaso pues…”
42. José Ángel Campos Cantor de 33 años de Tixtla es
el de mayor edad de los 43 normalistas desaparecidos. Aunque mayor
nunca abusa de los demás, al contrario, apoya en todo, es amigo de
todos…”
43. A Israel Caballero Sánchez originario
de Atliaca, un pueblito a la mitad del camino entre Tixtla y Apango le
dicen “Aguirrito” por gordito. Está preparándose para ser maestro en
comunidades indígenas y cuando sus compas le dicen Aguirrito protesta: “No sean cabrones, no me pongan esa chinga…”
Ayotzinapa está destrozado. México está destrozado. Los alumnos de la
Normal de Ayotzinapa conservan los tenis rotos de sus compañeros, su
ropa, hasta los cartones que les sirven de cama. Esperan su regreso a
pesar de que al extraordinario sacerdote Alejandro Solalinde, protector
de los migrantes que ahora mismo celebra misa en Ayotzinapa, varios
testigos le dijeron que los estudiantes habían sido asesinados,
desmembrados y tirados a una fosa a la que le prendieron fuego. No hay
respuesta suficiente entre crimen tan grande. La foto del estudiante del
estado de México
Julio César Mondragón
al que le sacaron los ojos circula en Internet, su rostro desollado.
Estamos ante una catástrofe nacional. En cinco estados hay protestas en
apoyo a los 43 desaparecidos.
México se desangra. La comunidad internacional está
escandalizada y considera que México es ahora el país sin guerra más
peligroso para los jóvenes. Jóvenes mutilados, jóvenes sin cuerpo,
jóvenes asesinados. En el mundo
entero resuena la indignación. La madre del estudiante de Guadalajara
Ricardo Esparza que asistió al Cervantino de Guanajuato dijo que
agradecía recibir el cuerpo muerto de su hijo para llevarle flores. ¿No
resulta monstruosa su conformidad? O como se pregunta Gloria Muñoz
Ramírez. “¿Hasta dónde ha llegado el terror implantado por el gobierno
en el seno de la sociedad?”
Frente al terror solo queda la unión de un pueblo que se levanta y
grita como lo ha hecho durante días: “Vivos se los llevaron, vivos los
queremos”.
Fuente: La Jornada