Matanza en Ankara
Miguel Alonso
Un nuevo atentado criminal ha golpeado a una concentración de las masas que, de forma heroica, se enfrentan a la camarilla criminal islamista del AKP. Según ultimas noticias las victimas mortales de este atentado fascista se acercan al medio centenar y hay mas del doble de heridos.
Los manifestantes se estaban concentrando en las inmediaciones de la estación principal de ferrocarril de Ankara, para hacer una Marcha por la Paz, por las calles de la capital turca. La misma habia sido convocada por sindicatos de izquierda; Confederación de Sindicatos del Sector Público (KESK), la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK), la Asociación Médica de Turquía (TTB) y la Unión de Cámaras de Ingenieros y Arquitectos de Turquía (TMMOB) y contaba con el respaldo de partidos de izquierda como Partizan o el HDP.
El criminal atentado tiene el mismo sello de provocación de los atentados de Suruç y Diyarbakir/Amed. El mismo sello de los servicios secretos fascistas del gobierno del AKP y la camarilla militarista kermalista. La provocación tiene, a mi entender, un doble fin, por una parte aterrorizar a la población ante el próximo evento electoral (si se celebra) y segunda y no menos preocupante justificar, atribuyendo la autoría al Daesh, una intervención militar, en "defensa propia" en Siria.
Este es el mismo modus operandum seguido en acciones similares, solo que en esta ocasión la camarilla militarista de Ankara se enfrenta a dos superpotencias, Rusia y China, que parecen decididas a frenar los planes de destrucción del estado sirio. La República Árabe Siria ha pedido a las mismas que defiendan su espacio aereo y la capacidad para hacerlo parece mas que evidente.
Los criminales de Ankara ven con gran preocupación su situación caracterizada por el fracaso de su brutal represión a la población tanto turca como kurda y en el exterior ve desvanecerse sus ansias expansionistas y de gendarme en la región, por el apoyo del eje Moscu-Teheran-Pekin al gobierno sirio, en su lucha contra las bandas de mercenarios armados y entrenados por ellos. Todo esto ha conducido a un callejón si salida, la política "del Palacio" de Erdogan.
El respaldo explicito de la OTAN "a la defensa de uno de sus miembros" puede envalentonar al sátrapa turco en su huida hacia delante, en lo que puede ser el preludio de una nueva gran guerra imperialista.
Derrocar a los militaristas y a los explotadores es hoy la gran tarea de los pueblos para frenar la misma.
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