ALFARO, LA REVOLUCIÓN LIBERAL Y EL
CAPITALISMO BUROCRÁTICO
ALFARO
Y LA REVOLUCIÓN LIBERAL
El gobierno fascista de
Correa viene planteando que es el sucesor de Eloy Alfaro y que la “revolución
ciudadana” es la continuación de la “revolución liberal”. Por su lado, los
revisionistas del viejo PC y el PS-FA dicen que Alfaro es parte del ideario
“socialista”; mientras que el MPD habla de que con la revolución liberal se
produjeron “grandes y profundos cambios” en el país.
La realidad es muy
diferente.
Eloy Alfaro comandó una
revolución democrático-burguesa de viejo tipo que quedó inconclusa pues no
resolvió los dos problemas fundamentales, el nacional y de la tierra, que
permanecieron pendientes aún después de las luchas independentistas de
1810-1830.
La Revolución Liberal
quedó inconclusa por dos razones básicas: por un lado, se produce entre los
años 1895 y 1906, cuando el capitalismo pasaba de la fase de libre empresa a la
fase de monopolio o imperialismo. Analizar esto es muy importante, pues una
cosa es el capitalismo en sus fases mercantilista y de libre empresa y otra muy
diferente cuando ingresa a la etapa de monopolio.
En la fase
mercantilista y de libre empresa (siglos XVII, XVIII y XIX) el capitalismo
estaba en ascenso, en florecimiento, de una u otra manera era revolucionario
frente al feudalismo y buscaba liquidarlo para poder establecer las relaciones
capitalistas de producción en todo el mundo. En esas condiciones la burguesía
era revolucionaria en distintos grados y podía dirigir a cabalidad la
revolución democrática.
En cambio cuando inicia
el siglo XX, el capitalismo avanza a su fase superior y última: el
imperialismo, esto es la reacción en toda la línea. Ya no es un capitalismo en
ascenso sino en descenso, ya no está floreciendo sino moribundo y en
descomposición. En estas condiciones la burguesía ya no puede dirigir a
cabalidad y consecuentemente la revolución democrática, sino exclusivamente el
proletariado.
Este es el marco
histórico mundial en el cual se produjo la Revolución Liberal y por lo que no
pudo avanzar a cumplir las tareas fundamentales.
Fue precisamente por
esta encrucijada histórica, que muchos de los liberales no quisieron realizar
más que tibias reformas y por lo que procedieron a abortar los débiles intentos
revolucionarios de Eloy Alfaro y sus lugartenientes, concluyendo con su
asesinato el 28 de enero de 1912.
EL
INICIO DEL CAPITALISMO BUROCRÁTICO EN EL ECUADOR
Si analizamos los
“logros” de la Revolución Liberal veremos que estos son muy incipientes frente
a lo que debería haber cumplido.
Separar la Iglesia del
Estado, fomentar la educación de la mujer, construir algunos colegios
nacionales, implementar la figura jurídica del divorcio, establecer algunas
libertades públicas y completar la construcción del ferrocarril… pero ¿dónde
quedaron la industrialización y la repartición de la tierra?
La Revolución Liberal
no industrializó al Ecuador, esto debido a que dicho proceso no terminó con la
semi-colonialidad en la que nos mantenía Inglaterra (desde los tiempos de la denominada
independencia) dominio que fue paulatinamente reemplazado por el imperialismo
norteamericano.
Decir que la
construcción del ferrocarril fue una gran proeza constituye un desconocimiento
histórico profundo en el mejor de los casos. El ferrocarril ya funcionaba en
varios países europeos y en Norteamérica
en el siglo XVIII. A nuestro país dicha máquina llegó con dos siglos de
retraso y vino importada desde Inglaterra, lo único que construyó la revolución
liberal fue el trazado geográfico por donde recorrería el tren.
Nunca hubo
industrialización alguna, salvo la que el imperialismo promovió en función de
sus intereses, esto es industria liviana y de ensamblaje, con un riguroso
control de patentes; todo esto acompañado de una economía primaria y
extractivista.
De igual manera, el
problema de la tierra quedó casi totalmente intocado; los terratenientes y sus
grandes haciendas no fueron afectados, en lo fundamental, por la Revolución
Liberal.
La Revolución Liberal
no se equipara a las revoluciones democrático-burguesas sucedidas en Inglaterra
en 1664, en Francia en 1789 y EEUU en 1776. Mientras en dichas revoluciones el
capitalismo se abrió pasó sobre la base de la industrialización y el combate al
feudalismo, con procesos dirigidos por una burguesía en ascenso, en nuestro
país el capitalismo nació sometido al imperialismo y sin destruir la
semi-feudalidad, dirigido por una burguesía débil y vacilante.
Esto es lo que dio
comienzo al desenvolvimiento del capitalismo burocrático en el Ecuador.
Un siglo después de la
Revolución Liberal, nuestro país sigue sin resolver dos temas fundamentales: el
problema nacional y el problema de la tierra.
No tenemos soberanía ni
independencia nacional más que en términos formales; quien dirige el destino de
Ecuador es el imperialismo, principalmente EEUU y China sobre la base del
chantaje financiero, comercial, diplomático, militar; la alienación cultural,
etc. Consiguientemente con esto no tenemos desarrollo industrial propio, tan
solo industria liviana y de ensamblaje; vivimos con una economía primaria y
extractivista.
La tierra está
concentrada en pocas manos: varios miles de terratenientes son dueños de 6
millones de hectáreas distribuidas en haciendas agrícolas, ganaderas y
turísticas a lo largo y ancho del país, mientras que cerca de 800 mil familias
campesinas tienen poca tierra o no la tienen.
EL
ALFARISMO, COMPONENTE DE UNA CORRIENTE SOCIAL-DEMÓCRATA BURGUESA
El gobierno de Correa
busca apoderarse de la figura de Eloy Alfaro, básicamente con fines
corporativos y electoreros. Esta actitud es propia de los regímenes fascistas:
tratar de utilizar el pasado histórico de una nación, tergiversándolo y
acomodándolo al discurso oficial para legitimarse ante las masas. Así por
ejemplo Hitler y Mussolini escarbaban en el pasado inmediato y mediato de
Alemania e Italia respectivamente para decir que ellos son los “continuadores”
de tal o cual proceso o líder histórico.
Para esto, Alianza País
ha utilizado a algunos sectores oportunistas como por ejemplo Tomás Borges
fundador del FSLN, Mireya Cárdenas de los restos de AVC y Galo Mora, conocido
por su filiación con el viejo partido comunista. Todos ellos se prestan para
estos shows reaccionarios a cambio de un plato de lentejas que les da el viejo
Estado.
Por su lado, el
revisionismo y un sector de la burguesía burocrática trata de presentar a Eloy
Alfaro y la Revolución Liberal como componentes de la lucha por el
“socialismo”. Esto es totalmente descabellado. Alfaro y los liberales lucharon
por instaurar el capitalismo, se guiaron por la ideas de la Revolución Francesa
y en modo alguno podían o pueden representar ideales socialistas. Tratar de
acomodar a Alfaro en la lucha por el “socialismo” es una línea de revisionismo
y oportunismo político extremos.
En su tiempo, Eloy
Alfaro y el sector más avanzado de los liberales, representaban la lucha
revolucionaria dentro del marco de la revolución democrática. Pero en nuestro
tiempo, el alfarismo como concepción ya no puede ser la guía para la revolución
democrática de nuevo tipo que necesita el Ecuador, mucho menos en la lucha por
el socialismo.
Levantar el alfarismo
en nuestros días es tanto como pretender asumir los pensamientos de
Montesquieu, Robespierre, Voltaire, Lincoln y otros burgueses para direccionar
la lucha por el socialismo. Por tal razón, levantar en la actualidad el
alfarismo pretendiendo hacerlo pasar como corriente revolucionaria es una
falsedad que encubre en la realidad una corriente social-demócrata burguesa y
por ende, reaccionaria.
Eso es lo que hacen
sobre todo las burguesías burocráticas: Chávez utiliza la figura de Simón
Bolívar; los Castro en Cuba usan a José Martí; en Nicaragua, Ortega se vale de
Sandino, etc.
Igualmente el
revisionismo y el oportunismo político: en nuestro país, los alfaristas de AVC
acabaron claudicando ante el gobierno de la burguesía burocrática de Rodrigo
Borja y hoy co-gobiernan con el fascista Correa; el PCMLE también comenzó a
declararse alfarista poniendo a Alfaro como la guía ideológico-política de los
GCP, razón por la cual éste grupo y otras sucursales del revisionismo hoxhista
se van diluyendo en la social-democracia cada vez con más fuerza.
LA
POSICIÓN IDEOLÓGICA DE LOS COMUNISTAS
-Los comunistas y
revolucionarios valoramos el esfuerzo de Eloy Alfaro y los liberales más
avanzados en su intento por plasmar la revolución democrático-burguesa; pero
realizamos esa valorización en su justa dimensión, no tratando de “estirarla”
para hacerla pasar como una gran revolución que cumplió las tareas principales
y tampoco como parte de la lucha por el socialismo.
-Esta revolución quedó
inconclusa debido a las condiciones históricas en las que se presentó; no
resolvió el problema nacional y de la tierra.
-El gobierno utiliza la
figura de Alfaro con fines fascistas, hay que desenmascararlo.
-El alfarismo jamás
puede ser la guía para la revolución democrática de nuevo tipo pendiente en
nuestro país, peor aún en la lucha por el socialismo.
-Las guías ideológicas,
políticas y organizativas para la lucha por la Nueva Democracia, el Socialismo
y el Comunismo, son los grandes dirigentes que ha formado el proletariado en
más de 150 años: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, Stalin, Mao Tse Tung; y
otros destacados revolucionarios como José Carlos Mariátegui, el Presidente Gonzalo,
Charú Mazumdar…y a nivel nacional Milton Reyes, Rosita Paredes, Jorge Tinoco,
Miguel Poso.
-Hay que seguir
combatiendo al imperialismo, el gobierno fascista y el revisionismo; seguir
difundiendo el Maoísmo entre las masas, seguir generando una nueva corriente
revolucionaria, entendiendo que ahora estamos sembrando y que en unos años la
cosecha será victoriosa.
COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
29/01/2012
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