La protesta inicial del lunes contra la eliminación de un parque para construir un centro comercial se convierte en una amplia movilización contra el Gobierno de Erdogan
La Policía emplea gases lacrimógenos y cañones de agua contra los manifestantes.- REUTERS
Las protestas comenzaron el pasado lunes en el Parque Gezi, inicialmente como forma de queja ante el derribo de árboles para construir un centro comercial y, desde entonces, se han convertido en una amplia movilización contra el Gobierno del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan. La Policía ha intervenido esta mañana para desalojar un campamento levantado desde hace días en el parque y la actuación ha desencadenado fuertes enfrentamientos. El suelo de la principal calle comercial ha quedado lleno de cristales y piedras, en un contexto de violencia que ha concluido con decenas de heridos.
Un portavoz del servicio médico, Huseyin Demirduzen, ha asegurado que 12 personas, incluidos un diputado pro kurdo y un fotógrafo de la agencia Reuters, han sufrido golpes y ha cifrado en varios cientos las personas intoxicadas por efecto del gas lacrimógeno. Numerosas personas han sufrido daños tras la caída de un muro. Entre los heridos figura una turista egipcia que se encuentra en estado crítico por el golpe de un bote de gas, según Demirzuden. La mujer, de 34 años, ha sido intervenida quirúrgicamente por una hemorragia cerebral.
"No tenemos un Gobierno, tenemos a Tayyip Erdogan. Incluso los seguidores del AKP dicen que han perdido la cabeza y no nos escuchan", ha lamentado uno de los manifestantes, Koray Caliscan, que ha pronosticado un "verano de descontento" en las calles de Turquía. Por lo pronto, las manifestaciones se han extendido también a Ankara, donde las fuerzas de seguridad han utilizado este viernes gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de personas que intentaba alcanzar la sede del AKP. Los manifestantes de Ankara, en su mayoría simpatizantes del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), protestaban inicialmente contra las restricciones a la venta de alcohol pero terminaron coreando consignas en solidaridad con las movilizaciones de Estambul.
El gobernador de la ciudad Estambul, Avni Mutlu, confirmó por la tarde que hay una mujer en estado crítico, así como 12 heridos y 63 detenidos, informa la cadena NTV. Poco después, el ministro de Interior turco, Muammer Güler, rebajó el número de heridos a 7, a la vez que desmintió los insistentes rumores de que hubiera muertos. Decenas de personas sufrieron además problemas respiratorios por los gases lacrimógenos usados por la policía. En una rueda de prensa de la llamada Plataforma Taksim, dos médicos aseguraron incluso que durante el asalto policial al parque un joven murió de un ataque al corazón, aunque estas afirmaciones no fueron confirmadas oficialmente. Los médicos acusaron al hospital donde fue ingresada la supuesta víctima de no haber hecho públicos estos datos.
Uno de los participantes, que se identificó como Ali, aseguró que las protestas seguirán, incluso con mayor fuerza. "Es una protesta espontánea en la que participa mucha gente de clase media, hay un enorme apoyo social. No es obra de un partido, sindicato u organización de izquierda determinada", aseguró el manifestante cerca de la plaza Taksim. Desde las calles Estambul, Mert Burge, estudiante de 18 años, se ha quejado de la "presión" a la que el Gobierno somete a la población y ha reconocido que la movilización "ya no es sólo por los árboles" del parque, sino porque a una gran parte de la población "no le gusta la dirección que está tomando el país". "Nos quedaremos aquí esta noche y dormiremos en la calle si hace falta", ha advertido este joven.
La catedrática Betül Tanbay, una de las líderes de la Plataforma Taksim, recordó que la demolición del parque es completamente ilegal porque el plan municipal de remodelación de esa plaza, aprobado hace año y medio, únicamente prevé la construcción de un túnel bajo la plaza, pero ninguna intervención en el parque mismo. La pretensión de reconstruir unos históricos barracones otomanos para albergar un centro comercial fue rechazada por la comisión municipal, pero Erdogan "rechazó el rechazo" y prometió que las obras seguirían adelante, añadió la catedrática ante la prensa. La sexta sala del Tribunal Administrativo de Estambul emitió este viernes una orden de paralizar las obras, pero Tanbay duda de que se cumpla. "Están usando la fuerza bruta policial para imponer un proyecto no aprobado por el municipio", denunció.
Las organizaciones de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch criticaron el "uso excesivo de la fuerza" de la policía contra manifestantes pacíficos. La Policía antidisturbios se enfrentó recientemente a miles de manifestantes reunidos con motivo del 1 de Mayo en Estambul. Asimismo, también se han registrado movilizaciones contra la posición del Gobierno respecto a la crisis siria, el endurecimiento de las restricciones al alcohol y las medidas contra las expresiones de afecto en público.
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