El fin de Abbas
Abdel Halim Kandil
Al Quds al-Arabi
Traducido para el CEPRID por María Valdés
Si el presidente palestino, Mahmoud Abbas, tuviese algún tipo de dignidad y vergüenza, por no decir un sentido de identidad nacional, habría anunciado su renuncia de inmediato tras aceptar el aplazamiento del informe Goldstone en el Consejo Internacional para los Derechos Humanos.
Sabemos que Abbas no renunciará, y menos sin una orden directa de los norteamericanos e israelíes y haya un nuevo [dirigente] les sirva como lo hace Abbas, controlando totalmente el lenguaje de la política y de la inteligencia.
La prensa israelí [el diario Maariv] ha amenazado con difundir un vídeo en el que Abbas pedía al Ministro de Defensa de Israel Barak continuar la guerra en Gaza para derrocar a Hamás. El diario Maariv menciona el acta de una reunión hecha por Farouk Kaddoumi en la que se sugiere que Abbas instó a los israelíes, durante el gobierno de Sharon, a cometer el asesinato del presidente Arafat con un lento envenenamiento.
Todos han condenado a Abbas, desde el secretario de la Liga Árabe, Amr Mousa, hasta el propio gobierno egipcio o la OCI por perder la oportunidad de condenar a Israel a nivel internacional y perseguir a sus líderes por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Abbas ha sido objeto de la condena y del desprecio incluso por Richard Falk, el Relator Especial de la ONU para los derechos humanos de los palestinos, quien consideró que Abbas primó su interés personal sobre los derechos, intereses y agonía del pueblo palestino.
Después de lo ocurrido ya no tiene valor el Acuerdo sobre Reconciliación preparado por El Cairo porque una de las partes [Abbas] ha vendido su sangre y ha traicionado a la patria. Incluso aunque el acuerdo se firme, la mayoría de Hamás en el Consejo Legislativo ha solicitado que Abbas sea destituido y juzgado; las familias de las víctimas y mártires [del ataque israelí a Gaza] han comenzado un procedimiento internacional contra Abbas como un socio penal de los israelíes.
La presencia de Abbas ya no tiene sentido para los palestinos por su desprecio a la legitimidad histórica. No hay nadie, no ya Hamás, la Jihad Islámica, el Frente Popular, el Frente Democrático o la Iniciativa Nacional, dentro o fuera de Palestina que no haya condenado a Abbas con fuertes epítetos. Y el movimiento Fatah, que a lo largo de su historia ha puesto decenas de miles de mártires y presos, se ha hecho un esclavo obediente de Benjamín Netanhayu.
Abbas de ha convertido en un rehén de los deseos de Israel, como en su momento hizo Saad Haddad en Líbano [organizó una fuerza colaboracionista con los israelíes, el denominado Ejército del Sur de Líbano, tras la invasión israelí de 1982] y tuvo que huir con sus hombres [cuando en mayo de 2000 los sionistas fueron derrotados por la resistencia libanesa, hegemonizada por Hizbulá]. El mismo destino le espera a Abbas.
El movimiento Fatah tiene derecho a una dirección honesta, a lavar la vergüenza de su nombre. ¿Cómo puede el Fatah de Abbas establecer en sus estatutos que resistirá la presión o decisión internacional que menoscabe el derecho de los palestinos de los Territorios [Ocupados] y hacer esto?
Abbas está en contra de la resistencia armada, en contra de cualquier levantamiento o acción de masas eficaz para eliminar la ocupación y ha arrestado a cientos, miles, mientras mantiene sus contactos con los israelíes a pesar de los ataques atroces contra la Mezquita de Al Aqsa y la detención del jeque Raed Salah [árabe palestino con ciudadanía israelí]. Abbas hace lo que los israelíes quieren y si esta vez ha salvado a Israel de la condena internacional lo que va a venir es una mayor negligencia con Jerusalén o el derecho al retorno de los refugiados palestinos y la aprobación implícita de los asentamientos judíos en Cisjordania y el [mantenimiento] del asedio mortal de la población de Gaza.
Abbas se ha convertido en un gran deterioro, ha terminado con su personalidad jurídica: ya no es el presidente de Palestina, se ha convertido en un ministro más del gobierno israelí.
Abdel Halim Kandil es escritor egipcio.
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