DEBATE SOBRE EL MARXISMO Y LA RELIGION A PROPOSITO DE LA CRITICA AL FUNDAMENTALSIMO ISLAMICO
Estimados lectores y lectoras:
Dado la actualidad del tema y por otra parte asumiendo la critica hecha por el compañero, coronel Kurtz, autor del escrito que a continuación publicamos, creemos necesaria esta tribuna de debate como un instrumento para que se puedan expresar las diversas posiciones que existen en el mismo.
Invitamos a nuestros lectores y lectoras a expresarlas y participar activamente en el debate.
DR-redacción.
Estimados camaradas, les un envio un caluroso saludo rojo y
felicitarlos por su trabajo.Pero en este caso, me gustaría y dentro de
compartir su repudio a lo sucedido en Francia, echo de menos por parte
de ustedes, un mayor análisis marxista sobre la cuestión de la religión y
el fundamentalismo. Por eso les escribo para ir creando un debate m-l-m
sobre la cuestión de la religión.
“El sufrimiento religioso es, por una parte, la expresión del sufrimiento real y, por la otra, la
protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo” Escribia Marx en la “ Crítica de la Filosofía del derecho de Hegel”
Para Marx la religión es tanto expresión (reflejo) del sufrimiento real, como también protesta
contra ese sufrimiento. Cabe entonces preguntarse, ¿Cuál es la criatura oprimida?, ¿Cuál es el
mundo sin corazón?, ¿Cuál es la situación carente de espíritu de la cual la religión es “suspiro”,
“corazón”, y espíritu”? Hay una sola respuesta, la sociedad en general (tanto la capitalista como las anteriores sociedades de clases antagónicas) y las contradicciones que en ella se engendran producto de las diferencias y la enajenación basada en la explotación del hombre por el hombre. Es lógico por tanto que concluya su idea calificando a la religión de opio del pueblo en el sentido de bálsamo o de consuelo para los oprimidos. Pero Marx no consideró simplemente la religión como opio, sino que,- superando los límites de la crítica iluminista – lo consideró como algo que el pueblo se suministra para poder soportar la miseria cotidiana y obtener ilusoriamente determinada seguridad. Sólo cuando esta ilusión lleva al hombre a posiciones fanáticas, estamos en presencia de la función enajenante que pueden desempeñar este tipo de creencias.
Los marxistas no luchamos contra la religión desde una
perspectiva anticlerical liberal, que le da un valor positivo absoluto a
lo secular. Para un intelectual ilustrado la persistencia de las ideas
religiosas en amplios sectores del movimiento de masas se explicará
esencialmente por su ignorancia o su atraso. Para los marxistas en
cambio, la raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos
es la opresión social de las masas trabajadoras, su aparente impotencia
total frente a las fuerzas ciegas del capitalismo, que cada día, cada
hora causa a los trabajadores sufrimientos y martirios mil veces más
horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento extraordinario, como
las guerras, los terremotos, etc. [23]
Porque la religión no es
más que la visión invertida de la sociedad y surge de las relaciones
sociales materiales, la lucha contra la religión no puede ser un combate
ideológico y abstracto, sino que "hay que vincular esta lucha a la
actividad práctica concreta del movimiento de clases, que tiende a
eliminar las raíces sociales de la religión". La agudización de la
lucha de clases en el Medio Oriente -esencialmente como lucha
antimperialista y/o de liberación nacional- acompañado por el ascenso
del islamismo militante, plantea una situación altamente contradictoria
para los marxistas. Desde hace años existe una polarización en las filas
de la izquierda, en particular de los grupos del trotskismo europeo, en
torno a qué política plantear hacia esas organizaciones, dando lugar a
dos posiciones que, en mi opinión, son equivocadas. Por un lado, están
quienes dándole un valor absoluto al carácter reaccionario de la
religión -manifestado en la opresión hacia las mujeres, el rechazo y la
persecución a la izquierda marxista, la imposición de valores morales
rigurosos, entre otros elementos ciertos.- anteponen la defensa del
"laicismo" casi como un principio, adoptando así una posición
"democratista" abstracta. La tendencia opuesta es a considerar a los
movimientos islamistas en sí mismos como "progresivos" y
"antimperialistas", por ser expresión política de las masas más
explotadas y oprimidas.
Desde el punto de vista de la lucha de
clases, uno de los elementos fundamentales ha sido el retroceso de la
clase obrera mundial en las últimas décadas, que ha impedido que sus
sectores más avanzados, tanto en los países centrales como en el mundo
semicolonial, presenten una alternativa para los pueblos oprimidos por
el imperialismo.Exceptuando los camaradas de India, o Filipinas. Esto se
ha visto en las movilizaciones contra la guerra de Irak que, a pesar de
su masividad, mayormente no han contado con acciones obreras
contundentes que pudieran detener los engranajes de la maquinaria bélica
mediante la huelga general o el sabotaje. El otro aspecto que creo
decisivo en el fortalecimiento de los grupos islamistas de los últimos
años, es la crisis de la perspectiva socialista y el internacionalismo
proletario. Creo que estos elementos, de superar el estado actual,
podrán influir en los futuros procesos de radicalización política de
sectores que en los países oprimidos enfrenten al imperialismo.
“El sufrimiento religioso es, por una parte, la expresión del sufrimiento real y, por la otra, la
protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo” Escribia Marx en la “ Crítica de la Filosofía del derecho de Hegel”
Para Marx la religión es tanto expresión (reflejo) del sufrimiento real, como también protesta
contra ese sufrimiento. Cabe entonces preguntarse, ¿Cuál es la criatura oprimida?, ¿Cuál es el
mundo sin corazón?, ¿Cuál es la situación carente de espíritu de la cual la religión es “suspiro”,
“corazón”, y espíritu”? Hay una sola respuesta, la sociedad en general (tanto la capitalista como las anteriores sociedades de clases antagónicas) y las contradicciones que en ella se engendran producto de las diferencias y la enajenación basada en la explotación del hombre por el hombre. Es lógico por tanto que concluya su idea calificando a la religión de opio del pueblo en el sentido de bálsamo o de consuelo para los oprimidos. Pero Marx no consideró simplemente la religión como opio, sino que,- superando los límites de la crítica iluminista – lo consideró como algo que el pueblo se suministra para poder soportar la miseria cotidiana y obtener ilusoriamente determinada seguridad. Sólo cuando esta ilusión lleva al hombre a posiciones fanáticas, estamos en presencia de la función enajenante que pueden desempeñar este tipo de creencias.
Porque la religión no es más que la visión invertida de la sociedad y surge de las relaciones sociales materiales, la lucha contra la religión no puede ser un combate ideológico y abstracto, sino que "hay que vincular esta lucha a la actividad práctica concreta del movimiento de clases, que tiende a eliminar las raíces sociales de la religión". La agudización de la lucha de clases en el Medio Oriente -esencialmente como lucha antimperialista y/o de liberación nacional- acompañado por el ascenso del islamismo militante, plantea una situación altamente contradictoria para los marxistas. Desde hace años existe una polarización en las filas de la izquierda, en particular de los grupos del trotskismo europeo, en torno a qué política plantear hacia esas organizaciones, dando lugar a dos posiciones que, en mi opinión, son equivocadas. Por un lado, están quienes dándole un valor absoluto al carácter reaccionario de la religión -manifestado en la opresión hacia las mujeres, el rechazo y la persecución a la izquierda marxista, la imposición de valores morales rigurosos, entre otros elementos ciertos.- anteponen la defensa del "laicismo" casi como un principio, adoptando así una posición "democratista" abstracta. La tendencia opuesta es a considerar a los movimientos islamistas en sí mismos como "progresivos" y "antimperialistas", por ser expresión política de las masas más explotadas y oprimidas.
Desde el punto de vista de la lucha de clases, uno de los elementos fundamentales ha sido el retroceso de la clase obrera mundial en las últimas décadas, que ha impedido que sus sectores más avanzados, tanto en los países centrales como en el mundo semicolonial, presenten una alternativa para los pueblos oprimidos por el imperialismo.Exceptuando los camaradas de India, o Filipinas. Esto se ha visto en las movilizaciones contra la guerra de Irak que, a pesar de su masividad, mayormente no han contado con acciones obreras contundentes que pudieran detener los engranajes de la maquinaria bélica mediante la huelga general o el sabotaje. El otro aspecto que creo decisivo en el fortalecimiento de los grupos islamistas de los últimos años, es la crisis de la perspectiva socialista y el internacionalismo proletario. Creo que estos elementos, de superar el estado actual, podrán influir en los futuros procesos de radicalización política de sectores que en los países oprimidos enfrenten al imperialismo.