Feminismo, mujer y lucha de clases.
Miguel
Alonso.
Hay una
intencionada insistencia en presentar al “feminismo” como un elemento
transversal (interclasista) y por lo mismo no ideológico. Esto evidentemente es
falso.
No solo es
falso, sino que atenta contra la verdadera y seria compresión de la historia y de
los diversos marcos sociales, que han vivido y viven las mujeres.
El discurso
oficial define el feminismo como “la igualdad del hombre y la mujer”
pretendiendo poner el acento en “el género” sexual al cual atribuye toda la
opresión de la mujer, frente a otras luchas. Para el feminismo pequeño-burgués,
lo principal es la lucha Hombre/Mujer.
Toda toma de
posición, implica un acto ideológico y político e ignorar que vivimos en un
modo de producción capitalista, en fase imperialista, hacer abstracción del
mismo, es filosóficamente idealismo puro, que trata de ocultar que la
contradicción principal de estas sociedades capitalistas, la lucha de clases
entre el proletariado y la burguesía. Es tomar partido por el capitalismo, pero
feminista, claro. Algo semejante al “capitalismo rosa” de la comunidad LGTB.
La corriente
filosófica feminista con su corpus conceptual universitario, basado en múltiples
tendencias, que van desde el cultural, anarquista, socialista, liberal,
radical, revisionista, al extremo del separatismo
homofóbico lésbico. Todo ellos, unidos por el nexo de la lucha contra el
patriarcado, centro ideológico de las religiones, que es base el pensamiento
burgués.
En ello
vemos la parte positiva de estos movimientos, como una erosión de la ideología
burguesa dominante y en la expresión del malestar frente a la opresión de los
roles sociales que asignan, las mismas, a la mujer.
La cuestión
del pensamiento mágico es un lastre que ha oprimido a las mujeres y a los
hombres desde la antigüedad.
Esa visión del mundo y la sociedad, dominada por
fuerzas tenebrosas, dioses castigadores, infiernos y cielos, en la que se basa
el idealismo filosófico, la metafísica, ha sido la excusa de todo tipo de represiones;
sexual, política o científica e impregna la superestructura de la dominación en
los diversos modos de producción, con el hilo conductor de servir a los
explotadores.
Es
fundamental para el proletariado proseguir la lucha contra las religiones, sean
las que sean, con su denuncia y desmontar su farsa opresora, al servicio de los
poderosos.
Ahora bien,
es evidente que la dirección ideológica de este movimiento feminista actual, es
burgués o pequeño-burgués radicalizado, cuando vemos a los mass-media de la burguesía,
a las instituciones burguesas incluso a las represivas, como la Guardia Civil (Es tiempo de mujeres) festejar y animar
a la participación a las mismas, incluso a participar en la “huelga de las mujeres”.
Cuando vemos como de forma intencionada sustituir y ocultar el carácter de clase del Día
Internacional de la Mujer Trabajadora por el ecléctico Feminismo-transversal, de "techos de cristal" y "seres de luz". Recordemos a las feministas yankees apoyando la candidatura de la criminal de guerra Hillary Clinton o a la feminista directora del FMI, Lagarde o a la española Ana Patricia Botín.
La posición
de los comunistas, mujeres y hombres, por lo que luchamos, es por una nueva
sociedad revolucionaria, libre de tipo de opresión, sea de clase, de sexo o de
raza. Reafirmando nuestra posición, que solo en la Revolución Proletaria, puede
la mujer trabajadora ser libre y tomar, junto a sus compañeros, la vida en sus
manos; “sin Cesar, ni burgués ni Dios…” en palabras de la Internacional.
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