Hace 95 años –
Preparando la Gran Revolución Socialista
de Octubre de 1917 en Rusia
ORGANIZAR Y PREPARAR LAS FUERZAS
PARA EL COMBATE DECISIVO*
De las tesis “Ideas básicas” del informe sobre la situación política, presentado
al Congreso del Partido Obrero Social Demócrata (bolchevique) de Rusia, celebrado en Petrogrado del 26 de
julio al 3 de agosto de 1917
…6) En virtud
del desarrollo actual de los acontecimientos, el poder estatal en las
cuestiones decisivas, a saber, en el frente y en Petrogrado, se encontró de
hecho en manos de la burguesía contrarrevolucionaria, apoyada por la camarilla
militar del personal de mando del ejército. Es esta dictadura la que ha
adoptado y adopta las medidas enumeradas para destruir las libertades
políticas, aplicar la violencia contra las masas y perseguir implacablemente al
proletariado internacionalista, siendo total la desintegración, la impotencia y
la falta de actividad del Gobierno, así como del Comité Ejecutivo Central,
órgano central de los Soviets.
7) Los demócratas constitucionalistas juegan
con los eseristas y los mencheviques igual que el gato con el ratón; salen del
Gobierno, reanudan el regateo para entrar en él, organizan al mismo tiempo y de
prisa a la contrarrevolución de la burguesía y disparan con las acusaciones más
repugnantes: hoy contra los bolcheviques, después contra Chernov, incluso
contra el hipócrita … de Tsereteli y otros.
Los guías de los eseristas y mencheviques
pierden la cabeza, se degradan hasta expresar confianza, e incluso los mejores
elementos provinciales de estos partidos que menos se han aproximado a la
contrarrevolución, temen aprobar la pena de muerte, pero temen aún más
reprobarla, para no divorciarse de “sus” ministros.
8) Mientras tanto, el país sufre la agonía
dolorosa y detestable de los Soviets, que se descomponen en vida debido a que
no tomaron a su tiempo el poder estatal en sus manos.
9) La consigna de entregar el poder a los
Soviets, que propagaba nuestro partido, era la consigna del desarrollo pacífico
de la revolución, la transición pacífica del poder de la burguesía a los
obreros y campesinos pobres, la superación pacífica de las ilusiones de la
pequeña burguesía.
Ahora, son ya imposibles el desarrollo
pacífico de la revolución y el paso sosegado del poder a los Soviets, pues el
poder ya está en manos de la dictadura militar, apoyada e inspirada por la
burguesía y encabezada por el partido de los demócratas constitucionalistas.
La consigna del momento actual no puede ser
sino la liquidación total de la dictadura
de la burguesía contrarrevolucionaria. Sólo el proletariado revolucionario,
siempre y cuando le apoyen los campesinos pobres, está en condiciones de
cumplir esta tarea, tarea de turno de la nueva revolución en Rusia.
10) El éxito de la nueva revolución depende
de si la mayoría del pueblo toma conciencia con bastante rapidez y firmeza de
lo desastrosas que son las esperanzas de conciliación con la burguesía,
expresadas y apoyadas por los partidos de los eseristas y los mencheviques.
El desarrollo de los acontecimientos refuta
estas esperanzas de una manera categórica.
11) La tarea primordial del partido de los
bolcheviques en este momento, consiste, por lo tanto, en no ceder ante las
provocaciones de la contrarrevolución (que con gran deseo y todo el tiempo
aspirará a ello) a desafiar al proletariado –precisamente ahora- a que inicie
un combate prematuro, que traería consecuencias irreparables para él. Consiste
sí en orientar todos los esfuerzos a fin de organizar y preparar las fuerzas
para el combate decisivo, cuando la crisis nacional y el profundo auge de las
masas creen las condiciones propicias para ello y atraer a los pobres de la
ciudad y del campo al lado de los obreros, contra la burguesía.
12) En beneficio del proletariado, ahora sería
más importante prepararlo de manera sistemática y prolongada para la nueva
revolución, con el fin de que la experiencia propia de las masas las haga
comprender su necesidad y se desenmascare por competo a la dictadura militar,
respecto a la cual el Gobierno de coalición formado hace poco no es más que un
encubridor.
Pero tampoco se puede olvidar que la crisis militar
y alimentaria, así como otras condiciones, pueden provocar una catástrofe
enorme, de extraordinaria fuerza.
El deber del proletariado, particularmente
en la capital, será entonces tensar
todas las fuerzas para tomar en sus manos el poder estatal y orientarlo, en
alianza con el proletariado revolucionario de los países avanzados, hacia la paz
y la reorganización socialista de la sociedad.
(*) Extraído del
libro de Albert Nenarókov Historia
ilustrada de la Gran Revolución Socialista de Octubre. El año de 1917 en Rusia,
un mes tras otro. Editorial Progreso, Moscú 1987, pp.1 178-180. Texto
seleccionado y transcrito para Dazibao Rojo por R. Manzanares.
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